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UCR y empresa costarricense se alían para ampliar la distribución de la mora enana en el país

UCR entregó la licencia de producción y distribución de la mora enana a la empresa Microplantas S.A.

Este año, la Universidad de Costa Rica (UCR) y la empresa Microplantas S.A. unieron esfuerzos para poner a disposición de los agricultores nacionales una especie de mora conocida como “mora enana” y así aumentar su distribución en el país.

Esto, a través de la transferencia del conocimiento de la UCR hacia la empresa, por medio del otorgamiento de una licencia de protocolo. Es decir, los permisos y las claves para llevar a cabo el proceso de micropropagación de la planta.

Desde hace algunos años, la UCR trabaja en el mejoramiento de esta fruta y la distribuía entre algunos agricultores desde el Laboratorio de Biotecnología del Centro de Investigación Agronómicas (CIA).

No obstante, el aumento en la demanda del producto y la escasez de esta mora en el territorio nacional llevó a que los investigadores de la universidad formalizaran una alianza con el laboratorio privado Microplantas S.A., que se encargará de ampliar la producción y comercialización de la fruta.

(Foto: Arturo Brenes).

Para los involucrados, esta alianza es una muestra de cooperación exitosa, en la que por medio de la transferencia del conocimiento de una institución a otra se aumenta la capacidad de poner a disposición de los costarricenses los resultados de una investigación y generar un mayor impacto en la agricultura.

Transferencia del conocimiento

Gran parte de los proyectos que se desarrollan desde el CIA surgen a raíz de una necesidad del sector de la agricultura. La mora enana no es la excepción y el laboratorio aceptó trabajar en el proyecto para estudiar los escenarios más ventajosos para su propagación, mejorar su calidad y así poder llevarla hasta los productores.

Sin embargo, la demanda de este tipo de mora rebasa las capacidades del laboratorio de la UCR, por lo que “se decidió transferir el conocimiento y dar la licencia en forma de protocolo a un laboratorio privado”, de acuerdo con Arturo Brenes, investigador principal.

“El protocolo consiste precisamente en la parte de micropropagación, en la parte de clonación de las plantas para que sean llevadas hasta invernadero; o sea, hasta la fase de almácigo, para que puedan llegar al productor”, explicó Brenes.

Por su parte, Fernando Alvarado, director de Microplantas S.A., afirmó que este vínculo con la UCR les permitirá ofrecer un producto de alta calidad y escalar a la fase de producción comercial.

Además, aseguró que tanto productos individuales como la Cooperativa de Productores Agrícolas y de Servicios Múltiples de la Zona de los Santos (Apacoop) ya se han acercado a la empresa para adquirir las plantas.

El proceso llevado a cabo por el CIA ha permitido generar una mora enana de mayor calidad y más resistente a las condiciones del campo. (Foto: Arturo Brenes).

El proceso de licenciamiento se llevó a cabo por medio de la Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación (Proinnova) de la UCR, para quienes esta licencia es estratégica, de cara a un período de escasez de esta fruta en el país.

La UCR es consciente de que no cuenta con la capacidad en recurso humano ni espacial para atender la demanda de los productores de mora, por lo que transferir el conocimiento a otro actor beneficia tanto al mercado de la agricultura como a la institución.

De acuerdo con Lilliana Rojas, gestora de Proinnova, ahora el papel de la UCR será el de acompañamiento. “La U dará apoyo si la empresa tiene alguna dificultad en la implementación del protocolo y quedaría recibiendo regalías sobre las ventas que haga la empresa, que van a tener un impacto en el laboratorio para poder financiar otros proyectos de investigación”, explicó Rojas.

Sobre el proceso de compartir el conocimiento con el sector privado, Brenes aseguró que es su deber como biotecnólogo, con la finalidad de trasladar los beneficios de los resultados de la investigación a la mayor cantidad posible de agricultores.

“La biotecnología, por definición, demanda que el producto de sus protocolos sea llevado hasta un proceso productivo”, dijo Brenes.

Para el investigador, con este tipo de transferencia del conocimiento, la academia le está “devolviendo a los contribuyentes parte de lo que ellos están invirtiendo en la academia al incidir en el sector productivo”.

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