Bajo el sello Poiseis Editores, fue publicado en el 2021 el poemario Andamios de lluvia de la compositora e intérprete musical Natalia Esquivel Benítez, quien cuenta además con una larga y fructífera carrera como educadora y promotora cultural. El libro reúne 37 poemas, agrupados en 4 secciones, a saber: Coda del desamor, Las paredes del día, Cantos de cigarra y Codetta. Las ilustraciones, así como la portada, obra de Rebeca Alvarado, contribuyen a la configuración estética del libro. Se trata de un texto que aborda la experiencia femenina del desprendimiento y el duelo amoroso. Puede leerse, por tanto, desde su faceta testimonial, sin que por ello pierda resonancia poética. Ya en el primer poema la autora, al dedicarle el libro a su hija, define claramente el tono general de la obra. Se trata de una “canción del tiempo exiguo… tejida en las noches y los días / que se han tornado lluvia.” En efecto, el poemario parece transcurrir por la lluvia, en cuyos andamios la autora escribe, al mismo tiempo que se construye a sí misma: “Quizá soy solo lluvia, un largo sueño fluvial y translúcido / que resuena con las horas.”
Se advierte en todo el libro un doble tono lírico. Hay una serie de declaraciones que expresan coloquialmente la inevitabilidad de la ruptura: “No me lleves contigo/ es muy tarde y me esperan.”, “ya no sé quién eres / ni hacia qué neblina vas.”; profundizando el duelo amoroso agrega: “una parte viva de ti está conmigo.” Estas expresiones se entrelazan con imágenes muy bien logradas, como cuando dice: “Hacia los fragmentos de mi cuerpo/ viaja este dolor de hojas secas.” o bien “mi corazón y el tuyo se reconocen / danzan, / silenciosamente, / en la tardía transparencia de la lluvia.” El texto va condensando estas dos formas expresivas hacia el dolor liberador de la partida definitiva: “Se que a partir de ahora / ya no sabré nada de ti. / La lluvia ha calado su transparencia, / ha removido el fango de mis pupilas / y ahora puedo imaginar / una piel de horizontes y cosechas.”
El poema “Decisiones” concluye el paulatino desprendimiento del ser amado, de esta manera: “He decidido salir de este tiempo pluvial / y enrumbarme hacia el aire de enero /…He decidido agradecerte / por el retoño que cultivaste / en mi soledad / y tu sabia partida sin retorno.” En el mismo poema se describe, como contrapunto de lo anterior, el hondo reencuentro con la hija: “Aspiro tu olor hija / …para volver a tu abrazo / a la pura contemplación de tu dicha”. Se retoma aquí el canto que ambas, madre e hija, ya escuchaban en el primer poema del libro: “al unísono de nuestra respiración”, en la soledad de la madrugada, “en el paisaje borroso / de una fisura temporal.”
“Como un resquicio de luz en los andamios”, Natalia Esquivel nos entrega así, a lo largo de este libro, su canción de lluvia, “transida de soledad y rebeldía”; testimonio de un tiempo diluido entre la pena, el amor y el olvido, escrito con lucidez, resiliencia y fino trazo poético.
