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Los sueños de un rockero

Dreams es una de las piezas musicales mejor conocidas de la banda de rock estadounidense Damantiom of Adan Blessing

Dreams

Celso Romano

Novela

BBB Producciones

2018

Dreams es una de las piezas musicales mejor conocidas de la banda de rock estadounidense Damantiom of Adan Blessing (¿La maldición de Adán el bendito? 1968-1973), misma que le sirve de título a la última novela del sui generis narrador Celso Romano, seudónimo de Francisco Rodríguez Barrientos. Dreams era uno de los covers que mejor se le daba a la banda costarricense Espejismo y que el narrador, Alejandro Barquero, había escuchado en su adolescencia, allá por el año 70 del siglo pasado.

Tras un acceso de nostalgia Barquero decide buscar en YouTube la canción y luego de escucharla le echa un vistazo a los comentarios de los escuchas, donde encuentra el nombre de Kurt Mata Bachmann, baterista de Espejismo y a quien Alejandro Barquero frecuentara entonces, pues se conocían desde la primaria. Lee y nos traduce un largo diálogo entre Mata y Hunter 2000 donde termina de reconocer al hijo del médico nicaragüense Amadeo Mata Nickiford asentado en San Isidro de Coronado, más tarde en Moravia, luego de un periplo de largos años por el espeso mundo de la música popular y comercial gringa, especialmente en el profundo oeste usamericano.

El ahora académico, Alejandro Barquero, se entera de que Kurt, “El Bicho” por su melena ensortijada, atuendo y delgadez, está de regreso en San José, en Los Yoses para más señas, ya no como músico, sino como productor de conciertos y espectáculos. Decide contactarlo y se entrevistan en “Giacomin”, donde se abre una amplia y serpenteante conversa que se extiende hasta el apartamento de Mata. Y entonces asistimos a todos los entresijos de una peregrinación existencial plagada de fracasos, éxitos a medias, drogas, discusiones, desavenencias, altercados y mucho alcohol; y a la carga ontológica de un músico que no logró hacer “carrera” a pesar de su larga marcha por el mundo musical underground y comercial.

El repaso de las vicisitudes familiares es arduo. Asistimos a la niñez, adolescencia y juventud del músico, así como al encuentro de sus padres en Baltimore, Estados Unidos, luego en Managua y finalmente en San José. Y, además de los periplos con sus compañeros de diversas bandas rockeras por carreteras, hoteles, bares, gimnasios, arenas y otros antros de poblados y ciudades de USA, conoceremos las ambiguas relaciones con su hermana, sus hijos y el acontecimiento “fatal” de Karin, su hija. Y claro, el secreto de Arthur Morgan en una de los más irracionales, por “místicos”, salvajes y masivos acontecimientos del siglo XX americano.

“Existen imanes sentimentales, imanes de la carne y de la sangre, como existe el magnetismo de la tierra. Y todos son naturales –es decir, verdaderos–, porque todo es materia; hasta el espíritu no es sino materia transformada hasta un grado supremo de estilización y refinamiento. Llegados a este punto recibe diversos nombres; nombres que, en última instancia, designan lo mismo: Belleza, Símbolo, Conocimiento, Revelación…” (pág. 131). Esta frase del narrador, de alguna manera sintetiza el periplo de los sueños que se desgarran en la cotidianidad y que, sin embargo, se conservan en la memoria como nostalgia y melancolía de algo que  no fue pero pudo haber sido.

Dreams es la gran metáfora del “sueño usamericano” que muchos latinoamericanos persiguen al marchar al “norte brutal y revuelto” en busca de un paraíso prometido. Un paraíso que, generalmente, se convierte en un infierno donde la vida se escapa –en la narración que nos ocupa– entre ráfagas de guitarras, teclados, golpes de percusión y alucinaciones psicodélicas en una ardua confrontación metálica donde el perseguidor se convierte en perseguido. Por eso el personaje principal de la historia, Kurt Mata Bachmann, en uno de sus tantos parlamentos expresa: “¡Cuán extraño y misterios es, en el fondo, todo ser humano!”.

Esta breve pero intensa novela de Celso Romano, al margen de su inmensa e intrincada trilogía inédita Malinconia (la cual esperamos ver publicada pronto), se presenta como un ejemplo narrativo de la buena prosa costarricense que se publica en nuestro tiempo. Con una obertura, un desarrollo, dos variaciones (Allegro giocoso y Andante-Adagio molto espressivo) y una coda, la novela se explaya por un mundo poco frecuentado por la literatura criolla. Por ello y más, la saludo y la recomiendo.

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