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La “orcodoxia” de un aforista

Acabo de terminar la lectura de Orcodoxia (BBB Producciones, 2018) el último libro de aforismos de Francisco Rodríguez Barrientos.

Orcodoxia

Francisco Rodríguez Barrientos

Aforismos

BBB Producciones

2018

Acabo de terminar la lectura de Orcodoxia (BBB Producciones, 2018) el último libro de aforismos de Francisco Rodríguez Barrientos. El término “orcodoxia”, inexistente de por sí, es un juego sutil y lúdico sobre la ortodoxia. Vendría a ser algo así como la corrección del infierno (horco u orco) o la doxa infernal: es decir, lo que debe seguirse con corrección en el infierno, lo correctamente infiernoso o infernal.

Según los mataburros “orco” es la deformación de un término proveniente del inglés antiguo referido a numerosos monstruos de la mitología celta. La existencia de esas criaturas fue forjada para dar explicación a los hechos de sangre y asaltos acaecidos en los campos y bosques. En castellano la palabra evolucionó como “ogro”. En la mitología romana la palabra orcus (“orco”) es sinónimo de inframundo y, en ocasiones, también es el nombre de un gigante hijo del dios Plutón. La palabra castellana derivada del latín sería “huerco”. ¿Puerco? ¿Porquería? ¿Puercodoxia? Ustedes pueden seguir el juego semántico que nos propone el autor.

Lo cierto es que, una vez más, el maestro Rodríguez Barrientos nos sorprende con su filigrana filosófica, su fisga estilística, su chota lúcida, su humor negro y la reflexión mesurada, sintética, profunda, propias de una inteligencia vivaz e iconoclasta con una erudición impresionante. Subraya asuntos como el de la vejez (la calvicie es recurrente), el crimen y la criminalidad; en general la violencia de este bicho conocido como homo sapiens.

Repasa a sus autores favoritos, muchos de ellos precursores del aforismo, con quienes dialoga y, además, nos presenta a una serie de personajes “reflexionando”: profesores de filosofía, de historia, de psicología, o sencillamente escritores o aspirantes a ello, principiantes, noveles, críticos literarios, peluqueros y personas anónimas que sirven de alter ego al aforista mayor de Centroamérica y, por qué no decirlo, de Hispanoamérica, dada su profusa y singular producción. Y, como siempre, no deja títere con cabeza.

He aquí unos ejemplos a modo de abrebocas:

“14. CRÓNICA NEGRA. Era un criminal vesánico, adicto deslumbrado a perturbadoras orcodoxias.

  1. Dios es la única posesión segura de los pobres, un valor cada vez peor cotizado en Bolsa.
  2. ¡Cuán esclavos somos de la mirada ajena!
  3. ¿REALMENTE ES TAN PODEROSO? Cosa intrigante: no son los hombres quienes deben hablar en el lenguaje de Dios sino Este el que debe hacerlo en las simples lenguas de los hombres. Si no puedes imponer tu lengua…, entonces…
  4. DESCUIDO. Metió las patas…, en el ataúd.
  5. Dice un personaje bastante cínico de Alfred Döblin: “Solo hay tres internacionales: la de la obstinación, la de la necedad y la de la comodidad”. ¿Y la del fútbol que, de algún modo, las reúne a las tres?
  6. El verdadero deseo es el sexual; los otros suelen confundirse con el capricho.
  7. Las palabras están hechas para revelar, no para esconderse en ellas. Si hacemos esto, tarde o temprano nos vomitarán asqueadas. Y quedaremos mudos. Y deshonrados.”

El libro es corto y se lee de una sola sentada. Así que les invito a ingresar al agudo universo aforístico de Francisco Rodríguez Barrientos, el autor hispanoamericano, reitero, más prolífico en este género (17 volúmenes) hasta donde tengo noticia. Vale.

 

 

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