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Instituto Clodomiro Picado llevará sueros antiofídicos a Sri Lanka

El antiveneno será de alto impacto en la salud pública del país asiático, con el que también se espera coordinar procesos de transferencia tecnológica.

3.000 frascos de suero antiofídico producidos en Costa Rica llegarán a Sri Lanka, para llevar a cabo un ensayo clínico que pretende demostrar la calidad y eficacia del antiveneno costarricense, en el tratamiento de personas afectadas por mordeduras de serpientes en ese país.

El Instituto Clodomiro Picado de la UCR abastece de sueros antiofídicos a Costa Rica, para contrarrestar un promedio de 600 mordeduras de serpientes por año.
El Instituto Clodomiro Picado de la UCR abastece de sueros antiofídicos a Costa Rica, para contrarrestar un promedio de 600 mordeduras de serpientes por año.

Como parte del proyecto, desarrollado por el Instituto Clodomiro Picado (ICP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), en los próximos meses el antiveneno será enviado a tierras asiáticas. Tras el desarrollo de las primeras pruebas, la idea es que el producto llegue para quedarse y así atender a miles de personas al año, en esa isla ubicada en el Océano Índico.

Según el investigador del ICP, José María Gutiérrez, este suero vendría a atender miles de accidentes, en un país en el que se utiliza antiveneno fabricado en India, que no es específico para los venenos de las serpientes de Sri Lanka y que genera un alto porcentaje de reacciones adversas en los pacientes.

Por este motivo, el suero producido por el ICP fue creado para atender directamente las mordeduras de las especies Daboia russelli (víbora de Russell), la principal serpiente venenosa de Sri Lanka, y las especies Hypale hypnale y Echis Carinatus, las cuales también causan gran cantidad de los accidentes en aquel país, en el que habitan unas 20 millones de personas.

Gutiérrez también señaló que en Costa Rica ya se realizaron las pruebas preclínicas, para mostrar la seguridad y la eficacia del antiofídico. “Esta evaluación permite determinar, en modelos de laboratorio, si el antiveneno es capaz de neutralizar los venenos de Sri Lanka”, detalló.

En próximas semanas, los sueros deberán aplicarse en un ensayo clínico en Sri Lanka, en donde la Universidad de Peradeniya se encargará de dicho ensayo.

El investigador además explicó que la intención del Instituto es que el envío del suero se efectúe en los próximos dos meses; el material ya se encuentra listo para partir hacia la isla, que se encuentra al sur de India.

Proyecto de impacto humanitario

Según el científico del ICP, el proyecto –que facilitará el envío de estos sueros antiofídicos a Sri Lanka− tendrá un “alto impacto en la salud pública” de ese país.

“En este país ocurren alrededor de 35.000 accidentes por mordedura de serpiente al año; para poner un punto de referencia, en Costa Rica ocurren 600 accidentes de este tipo”, destacó Gutiérrez.

Agregó que también se busca que el conocimiento y la tecnología para la elaboración del antiveneno se transfiera al propio país, de manera que se establezca en él un laboratorio encargado de hacerse cargo de la producción para su propio consumo.

“Al final del proceso, la idea es que Sri Lanka sea autosuficiente en cuanto a producir todo el antiveneno que dicho país requiere”, puntualizó Gutiérrez.

Comentó que para el ICP esta sería la primera experiencia en transferencia de tecnología al extranjero, lo que representaría una forma de proyectar los frutos del desarrollo científico-tecnológico del país y, específicamente, de la UCR.

Transferencia tecnológica

El Instituto Clodomiro Picado también ha desarrollado proyectos para generar sueros antiofídicos para Nigeria y Papúa Nueva Guinea. A raíz de la divulgación de esos trabajos fueron contactados por el organismo no gubernamental estadounidense Animal Venom Research International (AVRI), con quienes se coordina el proyecto en la isla de Sri Lanka.

“Representantes de AVRI nos visitaron en el ICP e iniciamos discusiones sobre la mejor manera de apoyar la producción de antivenenos para Sri Lanka. Al final, llegamos a la conclusión de que lo mejor era desarrollar un proceso colaborativo entre AVRI, el ICP y la Universidad de Peradeniya en Sri Lanka”, señaló Gutiérrez.

La UCR firmó el Acuerdo de Cooperación Técnica con la organización norteamericana, en el que se definieron responsabilidades de cada parte en el proyecto, que inició con la idea de producir un lote piloto para Sri Lanka.

Dicho acuerdo detalló que, en una segunda etapa, se hará la valoración preclínica que ya se llevó a cabo en Costa Rica y la clínica, que es la que está por realizarse en el país asiático.

Eso sí, la idea es que el proyecto vaya más allá y que genere los procesos adecuados para la transferencia de conocimientos al propio país. “Si todo sale bien, la tercera etapa sería implementar un proceso de transferencia tecnológica a Sri Lanka, para que ellos asuman allá la producción del antiveneno que requiere ese país”, dijo Gutiérrez.

Este proceso de transferencia tecnológica no pasa desapercibido para otras instancias de la Universidad. El gestor de la Unidad de Gestión y Transferencia de Conocimiento para la Innovación de la UCR (Proinnova), Mauricio Villegas, informó a UNIVERSIDAD que esta oficina ya participa en el proceso.

“Proinnova ha acompañado al ICP a lo largo del proceso, en el planteamiento de las fases del proyecto y la redacción de los documentos legales (convenios o contratos de cooperación con cláusulas de propiedad intelectual, acuerdos de transferencia de materiales y contratos de licenciamiento de propiedad intelectual), en aras de lograr una transferencia tecnológica exitosa a Sri Lanka”, precisó Villegas.

El proyecto está a la espera de que se ejecute el estudio clínico, que será coordinado por personal médico y autoridades de salud de Sri Lanka.

De acuerdo con Gutiérrez, en esta fase el antiveneno se comparará con el que se produce en India y, se estima que la evaluación pueda desarrollarse en un periodo de un año y medio, aproximadamente. Una vez superada esa etapa, se iniciaría la transferencia de conocimientos.

“Una vez concluido el estudio, y si los resultados son favorables en cuanto a que el antiveneno de Costa Rica es eficaz y seguro, entonces se iniciará la negociación para la transferencia de la tecnología a dicho país”, añadió.

Estima que el proceso demorará varios años y que al finalizar habrá generado una importante colaboración investigativa entre los dos países involucrados. Este proceso desencadenaría un mayor conocimiento de los venenos y de los sueros antiofídicos, por lo que, según Gutiérrez, también tendría un importante impacto académico para la investigación en Costa Rica.

 

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