Los Libros

Imaginación colectiva y educación

Imaginación colectiva y educación José Manuel Zeledón Ortiz Ensayo B.B.B. Producciones 2020

Con este sugerente título, el sociólogo y educador de adultos, José Manuel Zeledón Ortiz, ha escrito un ensayo-testimonio de su experiencia de toda una vida como maestro y formador de adultos. Se trata de un libro (B.B.B. Producciones, San José, octubre 2020) de 266 páginas de letra amplia y abundantes dibujos didácticos. En ella el autor nos entrega una experiencia o vivencia muy original en nuestro medio, sobre lo que ha sido para él toda una vida dedicada a una forma específica de educación.  Aquí no se trata de educación formal, no se busca obtener títulos, no se tiene como sujetos del quehacer educativo a niños o adolescentes; aquí se pretende formar cuadros dirigentes en comunidades que deben promoverse a sí mismas. Para ello se deben conjuntar una gran diversidad de ciencias humanas, lo que constituye una experiencia crítica y holística; allí convergen la sociología (formación profesional del autor), psicología, pedagogía, especialmente para adultos fundada en el pensamiento de Paulo Freire, y ciencias políticas. No se busca, con ello, comunicar o transmitir tan solo conocimientos, sino, ante todo, formar en valores a ciudadanos, a fin de que ejerciten sus derechos con el fin de conformar comunidades libres, dueñas de su destino, que asumen su vida como comunidades de manera democrática, por estar compuestas de hombres y mujeres conscientes de sus derechos y de sus deberes cívicos. Estamos ante una experiencia pedagógica que aspira a dar una formación cívica integral como corresponde a un pueblo que se pretende democrático; es la democracia como formación integral desde sus bases sociales.

Para ello se parte de una concepción del ser humano como ser social y no como un individuo aislado, tal como lo concibe una visión antropológica de ideología burguesa. Por el contrario, aquí se concibe al ser humano como miembro de una comunidad y se le educa para convivir en ella y no para competir como forma de sobrevivir egoístamente. El objetivo de la vida social es formar comunidades; se trata de convivir para lograr sobrevivir.

Tan bello y noble programa educativo parece ser tan solo una utopía, tan generoso como irrealizable, sobre todo si estamos inmersos en el seno de una sociedad impregnada de las aberraciones de un capitalismo decadente y dependiente, como el imperante en nuestro país. Consciente de ello, nuestro autor nos propone una pedagogía que busca enseñarnos a vivir un poco o mucho contracorriente, conscientes de los objetivos que se buscan y recurriendo a los medios de que se disponen; lo cual solo se logra si hay propósitos claros y firmeza de convicciones. Tal es el objetivo de la educación, la cual se debe cultivar no como un período de la vida, sino como una actitud que aspira a tener una mente abierta y creativa cualquiera sea la edad y condición social que se tenga. Un proceso educativo así involucra nuestra razón al igual que nuestra voluntad y afectividad, conducidos por la imaginación, haciendo realidad la célebre sentencia de Einstein: “Solo hay algo superior a la inteligencia. Y eso es la imaginación”. Porque el ser humano es algo más que un dato: es un proyecto que dura y perdura mientras se viva. Pero este proyecto de vida no se vive en solitario sino en comunidad.

En sus páginas, José Manuel Zeledón Zeledon no expone solo una teoría, sino que destaca su experiencia personal como promotor social, experiencia llevada a cabo a través de toda una vida. Por eso considero que este ensayo es parte de lo que ahora se llama “literatura testimonial”, una experiencia personal cuyo significado axiológico trasciende la esfera de lo individual. Las ilustraciones y dibujos ilustran con su lenguaje icónico lo que el texto escrito analiza y describe. Debemos agradecer al autor el haber querido compartir en esta singular obra, su experiencia personal, poco común, por desgracia, en nuestro medio. En una época en que hay un clamor generalizado reclamando una mejor educación en todos los niveles, una obra como esta constituye una bocanada de aire fresco, un aliento de vida para nuestro corazón abatido por tanta crisis. El libro de José Manuel Zeledón es un grito de esperanza, un rayo de luz. Leerlo nos renueva la fe en que una sociedad mejor es posible.

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