Forja Tomas Venclova

Las cultura lituana encuentra mucha cercanía con la latinoamericana

Aunque para muchos en Latinoamérica Lituania, como los otros países del mar Báltico, Letonia y Estonia, son casi desconocidos, existen vínculos culturales que superan la distancia y la historia. Uno de los mayores intelectuales lituanos, Tomas Venclova, poeta, traductor, filólogo y crítico literario, explica un poco en esta entrevista ese vínculo y la importancia del idioma lituano, parte esencial de su identidad y cultura. 

A sus 86 años, Tomas Venclova es uno de los intelectuales lituanos más destacados, con una trayectoria reconocida internacionalmente, tanto por su propia creación poética como por crítico literario y traductor de obras rusas, lituanas, polacas, entre otras, y así como por su postura disidente de la Unión Soviética, por lo que tuvo que exiliarse en la década de 1970. Poeta, traductor, filólogo, ensayista, crítico literario, vivió en EE. UU. y fue profesor de literatura rusa y polaca en la universidad de Yale y en la universidad de California en Berkeley, donde fue invitado por su amigo el poeta polaco y premio nobel 1980 Czeslaw Milsoz, también nacido en Lituania. En su extensa carrera como poeta y traductor tuvo amistad con otros autores rusos también galardonas con el premio Nobel, como Boris Pasternak (1958), Joseph Brodsky (1987), así como la gran poeta Anna Ajmátova, de quien también fue traductor.

Venclova ha traducido al lituano a autores como T.S. Elliot, Robert Frost, Osip Mandelstam, W.H. Auden o Baudelaire y es que las nutridas librerías de Vilnius, la capital lituana, están repletas de autores de todo el mundo, desde clásicos hasta los más contemporáneos, pero todo en lituano.

El idioma lituano es la más antigua de las lenguas indoeuropeas en uso, lo cual lo hace complejo y difícil de aprender para los no nativos, pero al mismo tiempo es elemento esencial y articulador de la identidad y la cultura de Lituania, la más grande de las tres repúblicas del Báltico.

Precisamente en su apartamento en Vilnius, donde reside de forma más permanente en los últimos años, pasamos a saludarlo y conversar sobre ese fenómeno de preservación de su lengua que enorgullece a los lituanos. Nos introdujo la profesora costarricense Jordana González, radicada en Lituania, quien además es traductora al castellano de la obra de Venclova.

¿Por qué es tan importante para los lituanos esa preservación del idioma?

—Para mí, como escritor, es muy importante el idioma lituano. Como lengua indoeuropea es pariente del alemán, del ruso y del español, aunque es un parentesco muy lejano. El lituano es el idioma más arcaico de los idiomas indoeuropeos. Es como el griego y el latín antiguos.

Tenemos muchas palabras que son muy similares al latín. Por ejemplo, hombre es vir en latín y viras en lituano, o igneo fuego, ugnes en lituano. Por eso yo leo griego y me doy cuenta que algunas estructuras gramaticales o finales de las palabras son parecidas.

El lituano resulta un idioma muy complicado, porque es muy rico. Nosotros estamos muy orgullosos de nuestra lengua. Para nosotros siempre fue muy importante poder conservar nuestro idioma y por eso lo hemos conservado. En gran medida por el sustancial esfuerzo de los escritores.

Otro aspecto muy importante para la identidad lituana es que hasta mediados del siglo XX, la mayoría de los lituanos eran campesinos. Los motivos rurales son muy importantes en la literatura nacional. Solamente hasta ahora se conforma una cultura urbana, pues vive más gente en las ciudades que en los pueblos.

Creo que esos dos aspectos son fundamentales en la identidad lituana.

En el siglo XX fue importante la lucha por la independencia y la identidad nacional lituana. ¿Cómo cree que se realiza esa lucha en la actualidad, en el siglo XXI?

—La lucha por la independencia lituana se dio en dos momentos durante el siglo XX. El primero entre 1918 y 1920. Después fue independiente durante 20 años. Lituania es un país pequeño, podemos decir como los países centroamericanos, es un poco más grande que Costa Rica. Somos tres países del mar Báltico, junto con Letonia y Estonia, que tienen un tamaño parecido. En una condición así, en los años 1940, cuando teníamos vecinos como la Unión Soviética y Alemania, fue muy difícil conservar la independencia. Por eso vino la ocupación soviética que duró 50 años. Muchas personas no lo aceptaban; hubo un movimiento clandestino muy fuerte de resistencia. Muchas de esas personas eran católicas, aunque no todas. Lituania es un país tradicionalmente católico, lo cual es otro parecido con Centroamérica. Hay luteranos, incluso ateos, pero no muchos.

Entonces, obtuvimos la segunda independencia cuando la Unión Soviética se vino abajo, que fue un proceso en el que el pueblo lituano contribuyó mucho porque estaba muy activo. No hubo muchas muertes, pero 14 personas murieron cuando el ejército soviético intentó apoderarse de la torre de la televisión y el Parlamento. La resistencia logró impedirlo. Medio año después el poder soviético se derrumbó también en Moscú.

Ahora ya han pasado más de 30 años de vida independiente y el país vive mejor que nunca, incluso mejor que en el anterior periodo independiente.

Nos sentimos más seguros, aunque tenemos la dictadura de Putin al lado y hay cierto peligro que todavía está presente. Por eso a veces se puede sentir alguna tensión en el país.

La cultura en Lituania puedo afirmar que está surgiendo. El teatro es excelente, uno de los mejores en toda Europa. Hay desarrollo del cine y muchos escritores y muy buenos, pintores, etc.

En Vilnius la vida cultural es muy activa. Es una ciudad hermosa, la mayoría de su arquitectura tradicional fue construida en el siglo XVII, con la influencia del católico barroco. Cuando estuve en Sudamérica, al caminar por las calles en algunas ciudades se me parecía mucho a Vilnius. Por ejemplo, en Quito, una vez lo comenté con alguien que había estado aquí en Lituania y esa persona me dijo que posiblemente en Vilnius era más auténtico.

Como intelectual y como escritor ¿le preocupa el desarrollo acelerado de la tecnología, como la Inteligencia Artificial?

—Sí, es un desarrollo muy rápido. Yo tengo 86 años y para mí a veces es difícil adaptarme a las novedades. Uso el computador, el correo electrónico, pero el teléfono inteligente lo usa solamente mi esposa. Creo que muchas de las cosas que vienen ahora ya no las voy a aprender.

Pero creo que sucederá algo como cuando Güttenberg descubrió la imprenta de tipo móviles; es un punto de inflexión. Entonces, desaparecieron los libros escritos a mano y aparecieron los impresos. Seguro a muchos les costó adaptarse a eso nuevos libros impresos. Ahora desaparecen los impresos y muchos lo cambian por Internet. Para mí es muy difícil, a mí me gusta leer los libros de verdad y los periódicos en papel.

Además, mucha de la información que hay en Internet no es precisa o correcta y mucha no es verdadera. En los medios de comunicación impresos era más difícil poder mentir de tal manera.

Por ejemplo, ahora, con la guerra, es muy difícil saber cuál es la información verdadera y cuál es la falsa.

Por otro lado, antes, cuando iba a viajar, me gustaba ir a la ventanilla, pedir el boleto y pagar con efectivo; ahora todo hay que hacerlo por Internet y para mí a veces resulta muy complicado. Por supuesto que una conversación cara a cara con una persona es algo más literario que hacerlo por Internet.

Antes escribía mis versos a mano, ahora lo hago en computadora y reviso y corrijo, pero no queda ningún manuscrito que muestre las señales de lo que he trabajado, solamente un resultado final. Eso me irrita un poco.

¿Cuáles son los principales referentes de la cultura lituana y su relación con Europa?

—El folclor está muy presente en la literatura lituana, tanto en poesía como en prosa.

Creo que nuestra literatura recuerda algo también de la literatura de Latinoamérica. Porque siempre hemos escrito sobre temas rurales con descripciones realistas, que es algo muy presente en latinoamérica. Por ejemplo, la influencia de la obra de Gabriel García Márquez en autores recientes es muy notoria, donde la vida rural se da con pinceladas de fantasía. Nos hace falta un Borges, a quien he traducido. Es un autor que me gusta mucho, porque como escritor también amo los libros y las bibliotecas. Mis poemas son de una poesía docta, para comprenderlos hay muchas referencias y guiños a la literatura.

La cultura lituana siempre ha estado mano a mano con la cultura europea. Todo lo que sucedía en Europa se reflejaba en nuestra cultura, por ejemplo, la arquitectura del siglo XVII se desarrolló allá como aquí. Tenemos también algunos monumentos góticos. Es que Lituania se relaciona con esa parte católica de Europa, con España, Italia, Portugal. Vilnius es una ciudad parecida a cualquiera de la Europa del sur. Pero las capitales de Estonia y Letonia, son más parecidas a ciudades de Alemania y de Suecia; es un estilo completamente diferente. Ellos no son católicos, sino luteranos.

En la literatura, creo que ahora hay una influencia modernista y posmodernista de Europa y Latinoamérica. Eso nos da una literatura contemporánea muy interesante.

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