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Cuerpos transitables

La condición esencial del concepto de cuerpo es ser delimitado, no obstante, esto no implica que deba ser cerrado.

Cuerpo abierto: Un ensayo sobre la construcción

y deconstrucción de los límites somáticos

Camilo Retana

Ensayo

EUNA

2019

La condición esencial del concepto de cuerpo es ser delimitado, no obstante, esto no implica que deba ser cerrado. Por el contrario, es indispensable que sea abierto. El “afán de fijar una contención liminar al individuo” ha producido diversos mecanismos tendientes a cerrar el cuerpo y así establecer límites que permitan dicha contención.

Camilo Retana, doctor en Filosofía por la Universidad de La Plata, se ocupa en este ensayo de ese complejo tema y lo desglosa con una atención crítica y minuciosa.

De manera que propone analizar el cuerpo en la sociedad contemporánea al “pensar el cuerpo como una superficie lábil que solo se independiza del mundo y otros cuerpos en función de unos recortes que no le son inherentes, sino que dependen de un serie de instancias y prácticas culturales que se encargan de trazarlos.”

En el diálogo cuerpo abierto/cuerpo cerrado están en juego aspecto esenciales de las relaciones sociales e intersubjetivas.

Dice Retana: “En un estudio de carácter histórico-filosófico como este, preguntarse por los cierres corporales significa entonces indagar en los procedimientos mediante los cuales la cultura ha procurado sellar el cuerpo y trazar los linderos de lo que este contiene.”

Esos procedimientos son identificables y su fijación en las coordenadas socio-históricas los hace reveladores. Por ejemplo, el autor explica: “lo que me interesa señalar acá son las posibilidades ontológicas que esa tensión entre un imaginario del cuerpo abierto y otro del cuerpo cerrado ofrece en términos de nuestra experiencia contemporánea de lo somático. Mientras que la visión del cuerpo abierto, hasta cierto punto dominante en la cultura popular medieval, empieza a menguar, lentamente la concepción burguesa del cuerpo –coincidente, ciertamente, con el proyecto liberal de invención del individuo- empezará a convertirse en la concepción dominante. A saber: el declive del cuerpo abierto coincide con la constitución de una res extensa cada vez más hermética al contacto y la articulación.”

Una indagación en algunos de los discursos acerca del cuerpo le permite a Retana “identificar y localizar algunos de los dispositivos que se han puesto en marcha para la instauración de una ontología del cuerpo cerrado.”

De manera que dialoga con algunos de estos autores. Desde luego, uno de los primeros en tomar en cuenta es Sigmund Freud, en quien evidencia un afán casi desesperado por cerrar el cuerpo.

“El trazado freudiano de un cuerpo que se cierra impacta no solo nuestra imaginación sexual en particular, sino también nuestros imaginarios sobre lo psíquico en general. La formulación freudiana del cuerpo como una entidad que debe aprender a cerrarse remite a una concepción anatómica que ha de depurarse no solo de sus líquidos y desperdicios, sino también de las posibles “irrupciones” que pueda sufrir el organismo.”, señala Retana.

El libro está dividido en tres capítulos: el primero trata sobre los cierres del cuerpo, donde incluyó sus revisiones a Freud y la sexualidad; luego, la relación cuerpo cadáver, donde de alguna manera toca el tema de la dicotomía psico/somática sobre la que volverá más adelante; luego, los cierres en la relación de los cuerpos con el entorno.

El segundo capítulo lo destina a repasar algunas teorías acerca de las “las filosofías de lo abierto”. Aquí relee a Julia Kristeva, Judith Butler, Deleuze y Guattari, Guy Hocquenghem, Donna Haraway y Jean Luc Nancy.

Finalmente, el tercer capítulo se ocupa de expresiones socio-culturales que desafían “las comprensiones canónicas de lo somático.” Aquí se refiere a la figura del zombi, muy recurrida en la cultura de masas contemporánea, también analiza la novela Historia del pelo, del argentino Alan Pauls y algunas obras del artista plástico costarricense Emanuel Rodríguez.

Más que esclarecedor este libro es inquietante, como corresponde a la labor filosófica de su autor. Pero además implica una postura política, pues como dice el autor “Los cierres corporales dictaminan –o buscan dictaminar- no solo donde comienza y termina un cuerpo, sino también lo que ese cuerpo es y debe ser.”

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