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Última encuesta CIEP-UCR: campaña electoral cerró casi inmóvil, con 32% de indecisos y segunda ronda inminente

Movimientos minúsculos entre candidaturas se registran en la semana final, con Figueres a la cabeza y una estrecha disputa por uno de los cupos hacia el balotaje.

La incertidumbre y la lentitud de la campaña electoral se prolongaron hasta la semana final, con movimientos mínimos en la apretada carrera por lograr el acceso a una segunda ronda que parece ya inevitable y con 31,76% de indecisos, claves para elegir a los dos eventuales contendores de abril.

El apoyo electoral se manifiesta disperso entre seis candidaturas presidenciales que presentan entre 17% y 6% de respaldo, con un panorama casi igual al que ha venido mostrando en semanas recientes el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR).

La última medición de CIEP-UCR, a cinco días de los comicios, muestra la ventaja que siempre mantuvo el expresidente José María Figueres (Partido Liberación Nacional, PLN), aunque no suficiente para evitar un empate técnico con Lineth Saborío (Unidad Social Cristiana, PUSC), que se estanca en casi 12,9%.

El margen de error de la encuesta del CIEP-UCR es de 3,1 puntos, con 1.006 entrevistados por teléfono celular entre el jueves 27 de enero y este martes 1 de febrero, un día antes de que se venza el período legal para la publicación de estudios de opinión.

Pese a ese margen de error, Figueres logra ahora una ventaja estadísticamente significativa frente a Fabricio Alvarado, también estancado con un apoyo de 10,3% de los electores decididos a votar.

Figueres, Saborío y Alvarado llegan a la fase final de la campaña con posiciones iguales a las que tenían desde mitad de diciembre, aunque la última encuesta registra ahora movimientos por debajo de ellos.

Rodrigo Chaves (Progreso Social Democrático), José María Villalta (Frente Amplio) y Eliécer Feinzaig aparecen con puntajes de entre 8,2% y 5,7%, con alguna opción de colarse en la meta en las posiciones de acceso a la segunda vuelta del 3 de abril.

“Las diferencias son muy pequeñas: cualquiera de ellos podría ocupar las posiciones más cercanas a las primeras dos candidaturas”, advierte el informe del CIEP al recomendar no sacar conclusiones con base en las pequeñas diferencias entre sus puntajes.

La incertidumbre persiste porque siguen sin escoger candidatura el 31,76% de las personas que declaran irán a votar. La cantidad se redujo desde 41% en 10 días, pero los electores parecen haberse repartido en pequeñas cuotas entre diversas candidaturas.

El número de costarricenses indecisos supera los 700.000, un volumen que podría modificar las posiciones de las candidaturas si hubiera algún motivo que los movilice, algo de lo que ha carecido la actual contienda electoral.

Este panorama hace probable que Costa Rica acuda el 3 de abril a una segunda ronda electoral por cuarta vez en su historia, todas durante la reconfiguración política del siglo XXI.

Esta campaña, sin embargo, presenta diferencias en relación con la de 2018, por la ausencia de un factor polarizante como fue entonces el matrimonio igualitario, que hundió las candidaturas aventajadas de inicios de la contienda y llevó al balotaje a dos nombres que parecían improbables, Fabricio Alvarado y Carlos Alvarado.

“Esta no es una típica carrera entre dos contendientes dada la enorme indecisión y la alta volatilidad. Al menos 6 candidaturas tienen alguna probabilidad, algunos más y otros menos, de llegar a una eventual segunda ronda”, señala el informe de CIEP-UCR, que da por hecho que nadie alcanzará el 40% necesario para ganar en primera vuelta.

Esta advertencia no incluye a las 19 candidaturas presidenciales que no alcanzan ni los puntos del margen de error, una zona gris en la que se mantiene el candidato oficialista Wélmer Ramos (Partido Acción Ciudadana) y Rolando Araya (Costa Rica Justa), a pesar de la visibilidad que han recibido ambos candidatos en meses recientes en medios de comunicación y debates.

Momento de emociones

Al faltar menos de una semana para unas elecciones, después de casi cuatro meses de entrevistas, recorridos, noticias y propaganda, las candidaturas tienen escaso margen de ganar adeptos mediante la exposición de ideas o propuestas, y menos aún por las simpatías partidarias que de por sí son cada vez menores.

“Las emociones pueden jugar un papel importante en los procesos de decisión política del electorado”, indica el estudio del CIEP al presentar un pequeño predominio de sentimientos negativos, como ha sido la norma durante la campaña.

El 35% de los encuestados declaró que las elecciones le generan “angustia”, a lo que se suma el 19% que se manifiesta “triste”, mientras un 32% respondió que está “esperanzado” y un 14% , “entusiasmado”.

Además, el 55% expresa que tiene interés “alto” o “muy alto” en el proceso electoral, frente al 40% que se registraba en octubre pasado, cuando comenzó la competencia entre 25 partidos por la Presidencia de la República, y más aún por las 57 curules de la Asamblea Legislativa.

La cantidad máxima de candidaturas en la historia del país, los movimientos de figuras políticas entre partidos y la ausencia de temas centrales en la campaña han sido factores de lentitud y confusión, lo que se relaciona con las dificultades del electorado para inclinarse por las opciones dispuestas, lo que se refleja en casi un indeciso por cada dos personas decididas en la semana final.

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