Este martes a las 10:30 de la mañana, el Tribunal Penal de Heredia dictará sentencia en el caso por el asesinato de Eva Morera, joven madre y estudiante, que murió a manos de Randall Garita Oviedo en noviembre del 2019.
Durante el juicio, que tuvo lugar la semana anterior, la Fiscalía acusó a Garita por los delitos de homicidio calificado, desobediencia y portación ilícita de arma de fuego permitida. Por el primer cargo pidieron 35 años de cárcel, tres por desobediencia y cuatro años más por el cargo restante. De acatarse la solicitud de la entidad, el femicida compliría una condena de 42 años de prisión.
En 2019 Garita, tras conseguir que la joven lo viera en su casa para tener una visita con el hijo de ambos, la encerró en una habitación y cuando intentó escapar, le disparó dos tiros por la espalda. Cabe destacar que la relación que la joven y Garita sostuvieron años antes estuvo marcada por incidentes de violencia, tanto psicológica como física, por lo que el agresor tenía una orden de alejamiento vigente en su contra.
A pesar de que el caso está marcado por violencia de género, este se tramitó como homicidio calificado, pues hasta el 17 de marzo de este año, la legislación costarricense sólo calificaba como femicidios los cometidos por parejas o esposos, y no por aquellos hombres con quien la víctima tuviera una relación anterior. No obstante, la definición ampliada de femicidio, tal y como la establece la Convención de Belem do Pará, define que un femicidio es aquel en que una lógica vinculada con las relaciones desiguales de poder entre géneros es claramente identificable.
Oscar Morera, padre de la víctima y activista contra la violencia de género, indicó que la familia espera que la condena sea ejemplarizante, pero que entienden que le corresponde al tribunal definir qué tipo de condena aplica y que son “totalmente respetuosos del proceso”.
Morera indicó que respaldan la solicitud de la Fiscalía y agregó que están satisfechos y agradecidos con la forma en que el sistema judicial ha respodido en procura de justicia por la muerte de su hija. También dijo que durante todo el proceso, desde la construcción del expediente hasta el juicio, han sentido el compromiso y el acompañamiento por parte de las autoridades, tanto de la Fiscalía como del Inamu, que también presentó una querella en el caso y pidió las penas máximas para el imputado.
La defensa de Garita, a cargo de Francisco López Carmona, se ha basado en alegar que fue un homicidio simple. El viernes pasado, el confeso femicida alocutó en el juicio y pidió “perdón” a la familia y amigas de Eva. Se dirigió al papá y a la mamá de la víctima, a su hermana, a sus amigas y al hijo de la joven.
Sobre este particular, Oscar Morera señaló que es evidentemente una “estrategia de la defensa, porque si él no tenia, esas palabras de arrepentimiento, entre comillas, obviamente el Tribunal podría interpretar de que él no se había arrepentido por eso, y eso es una perversidad aún mayor”.
Pero, dijo, lo que hizo Garita es aún peor y es perverso, porque “son palabras muy estudiadas”, lo que ha demostrado “a lo largo del juicio que Randall es un criminal, que ha usado la mentira y ha coaccionado gente a lo largo del tiempo”, por lo que considera que es solamente un intento de mitigar la posibilidad de que las penas máximas le sean aplicadas.
Morera además agregó que durante la alocución y aunque entre disculpas, Garita no perdió oportunidad de culpar a Eva de su propia muerte, haciendo señalamientos sobre su carácter, sus relaciones y demás; además de que al pretender una disculpa con sus allegados, intentó “reducirla a los roles usuales que se le imponen a las mujeres, no reconociéndole su humanidad”. “Igual, dijo, ya no importa lo que él diga, o cuánto trate de revictimizarnos, ya no puede hacernos más daño, el mayor daño ya está hecho y fue la muerte de mi hija”, señaló.
El padre doliente además lamentó el accionar de la defensa y señaló que aunque es comprensible que “el defensor público haga su trabajo, es deplorable que eche mano de recursos misóginos y machistas” en el proceso. Por ejemplo, dijo, el defensor le preguntó durante su testimonio si Eva era “rebelde”, como si eso fuera algo negativo. En respuesta, dijo, él explicó el origen del apodo que como papá le tenía y porqué esta rebeldía era una cualidad, pero que “estos misóginos entienden que cuando yo digo que Eva es mi princesa rebelde, esa rebeldía merece un castigo de un macho justiciero y ese fue Randall”.
“Al final, en resumen”, dijo Morera, “durante todo este tiempo todos hicimos todo lo posible para que esto no sucediera, hasta Eva, ella hizo todo lo que pudo. El problema es que había una persona que hizo todo lo posible para que al final eso sucediera, y ese fue Randall Garita Oviedo”.
