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Tercer intento de Gobierno para vender el BCR genera más dudas en bancadas que propuestas anteriores

Únicamente Nueva República se mantiene a la expectativa. Reacciones en las otras fracciones de oposición apuntan a que iniciativa del Gobierno es cada vez menos potable

El tercer intento del Gobierno para obtener la autorización de los diputados para vender el Banco de Costa Rica (BCR), lejos de acercar a la administración de Rodrigo Chaves a ese objetivo, parece distanciarla. En lugar de lograr avances con las fracciones al disipar elementos que impidieron el avance del expediente, la nueva propuesta es la que más dudas está generando.

Ahora se suman cuestionamientos por la falta de transparencia en la propuesta, la posibilidad de que procure preparar el terreno para un “traje a la medida”, como han ocurrido en licitaciones criticadas a la administración en el BCIE y en el decreto de emergencias para la pista del aeropuerto de Liberia, y adicionalmente, la sombra de ser una moneda de cambio en las negociaciones para la elección del Directorio Legislativo, el próximo Primera de Mayo.

El Gobierno realizó dos intentos de avanzar con una propuesta para vender el BCR, justificándolo como “una oportunidad de bajar súbitamente la deuda pública” en un rango de un 4,3 a un 5,4% del total de esa deuda, tras haber estimado en $1.785 millones el valor de la entidad financiera.

En esa dirección, presentó en setiembre del 2022 el proyecto 23.331, que fue cuestionado por las bancadas de oposición por considerarlo “atropellado”, y no logró buenas reacciones en su trámite. Incluso el dictamen de Servicios Parlamentarios indicó que presentaba graves problemas de indeterminación y problemas de constitucionalidad, por lo que carecía de viabilidad jurídica. Recibió dictamen negativo unánime en abril del 2023.

En julio del 2023, el Poder Ejecutivo lanzó su segunda versión, que en general consideraron como “más de la misma iniciativa” que se había estrellado.

En esta semana, el Gobierno circuló entre las fracciones un nuevo borrador, que en principio no recoge una sola muestra de apoyo o constancia de que se ha logrado un avance respecto de las anteriores versiones, y si nuevas críticas.

En el caso de la fracción del Frente Amplio (FA), firme opositora al principio de vender el banco al que ha calificado como un “despropósito”, confirmaron que ni siquiera se han producido contactos o consultas para procurar que los puntos más álgidos se suavicen. Simplemente, recibieron el borrador sin ningún intento de retroalimentación.

Otras bancadas han externado que no hay avances, sino todo lo contrario. “Lo poco nuevo que trae (el proyecto) es contraproducente, desde el punto de vista del propósito que tienen algunos de vender el banco, justamente es evitar la transparencia”, comentó Óscar Izquierdo, jefe de fracción del Partido Liberación Nacional (PLN).

Los liberacionistas recalcaron que mantienen la posición inicial de oposición de oponerse a la venta. “No tiene ningún sentido vender el BCR, los proyectos del Gobierno no justifican de ninguna manera la intención de por qué venderlo y más bien la última versión deja mucho que desear en materia de transparencia”, expresó Izquierdo.

E n el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) incluso se habla de que parece “un traje a la medida”, en referencia a la misma frase que utilizó el presidente Rodrigo Chaves al destituir a su ministro de Transportes Luis Amador, por la licitación para la pista del aeropuerto de Liberia. “Es un texto borrador que nos pasaron esta semana, todavía lo estamos revisando detalladamente, pero nos preocupan muchísimo algunos puntos; por ejemplo, contempla constituir una comisión de calificación  y selección de firmas asesoras, donde el Ministerio de Hacienda podrá evitar directamente a potenciales oferentes identificados, esto puede ser un portillo muy peligroso, para hacer un “traje a la medida”, además hay un memorando de confidencialidad para posibles compradores, que hay que revisar con lupa. En fin, hay aspectos poco transparentes sobre la venta de este activo que nos dejan muchas dudas”, manifestó Alejandro Pacheco, el jefe de fracción.

El Partido Liberal Progresista (PLP), que en principio podría ser un aliado por su enfoque del papel del Estado, también continúa distanciado del proyecto. “Seguimos extrañando en el proyecto lo que hemos señalado repetidamente al Gobierno: que la venta se diseñe con el objetivo primordial de dinamizar la competencia en los mercados bancarios y de servicios financieros, en aras de disminuir los márgenes de intermediación y las tasas de interés. El proyecto para vender el banco, solo con el objeto de disminuir el nivel de endeudamiento, no es lo más conveniente”, indicó el jefe de fracción Eliécer Feinzaig.

La única bancada en la que la iniciativa no ha recibido críticas es en Nueva República (NR). Al consultar con esta bancada, se informó que recibieron el borrador pero que no han definido una posición, porque esperan tener una reunión con autoridades del Poder Ejecutivo para recibir una explicación profunda de la iniciativa.

No se trata de un panorama esperanzador para el proyecto, que además deberá enfrentar el lastre de ser identificado como una posible negociación bajo la mesa para el Directorio Legislativo: en ese sentido, el propio Izquierdo desmintió que el tema de la venta del BCR se hubiera mencionado en las conversaciones para buscar apoyo para la reelección de Rodrigo Arias, del PLN y actual Presidente Legislativo, pero Horacio Alvarado, diputado del PUSC que aspira al puesto, si se encargó de indicar que estaría dispuesto a la discusión del tema, a pesar de que en su bancada no se han producido manifestaciones positivas para el tema.

Debe recordarse que solo en caso de superar el escollo de la comisión -que en las dos ocasiones anteriores ha sido inalcanzable- todavía el proyecto requeriría de 38 votos de respaldo en el Plenario.

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