País

Técnicos del sector belleza solicitan al Gobierno que los deje operar

El sector de técnicos de belleza está compuesto por unas 50.000 personas, y cerca del 60% de estas son mujeres.

La Comisión Costarricense de Técnicos en Belleza solicitó al Gobierno que les permita operar, pues ya son muchas las personas del sector que están teniendo dificultades para pagar sus préstamos y alquileres, y poder mantener sus hogares.

De acuerdo con Yorleny Córdoba, integrante de la comisión, el sector -que ha realizado gran cantidad de gestiones-  está compuesto por más de 50.000 pequeñas y medianas empresas, donde laboran estilistas, barberos, manicurista, maquillistas, esteticistas, masajistas y maso terapeutas, quienes ya cuentan con un protocolo seriamente planeado para operar en la atención al público.

“La mayoría de las personas que conformamos el sector somos jefas de hogar (unas 30.000); pero también contamos con hombres, población LGBTQI y muchos jóvenes”, señaló Córdoba y añadió: “Aportamos a la economía nacional y hemos sido responsables en el establecimiento de un protocolo sanitario que cumpla con todos los requerimientos del Ministerio de Salud; sin embargo, no se nos ha permitido trabajar”.

Con este fin han emprendido una campaña con el lema #NecesitamosTrabajar, que evidencia la necesidad de las personas trabajadoras del sector por volver a abrir sus negocios, pues ya son muchos meses en que no han podido generar recursos para mantener a sus familias, pagar recibos ni cargas sociales.

Córdoba señaló que la propuesta que hacen es que se les permita reactivar labores a partir de este lunes 20 de julio, y se comprometen a seguir todas las medidas sanitarias.

En una carta emitida al Presidente Carlos Alvarado, las personas que integran la comisión indicaron que “la prolongación de los cierres obligados ya resulta desesperante. La cadena de impactos negativos es dolorosamente constatable: desempleo, quiebra de casas proveedoras, desocupación de locales, reducción de los aportes a la seguridad social, merma en el pago de servicios públicos esenciales, impagos crediticios… hambre y desconsuelo sociofamiliar”.

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