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Ruta del Arroz libró a importadores de pagar ₡20 mil millones al fisco y quebró a 331 productores

Economía rural dejó de percibir ₡18 mil millones por la caída del valor de la actividad arrocera nacional desde que Chaves firmó los decretos, y se estima que con la reducción de 20 mil hectáreas sembradas se han perdido 18 mil empleos, siendo la Región Chorotega la más afectada.

La reducción de los aranceles del 31%, decretada como parte de la Ruta del Arroz, libró a los importadores de arroz pilado y en granza de pagar ₡20 mil millones al fisco ($39 millones al tipo de cambio actual), estima la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz) con base en los registros de importación oficiales.

En el mismo periodo, los decretos firmados por el presidente Rodrigo Chaves quebraron a 331 personas productoras de arroz y se obtuvo una imperceptible reducción en los precios, lejos del nivel de pérdidas de ingresos del Estado. La pequeña disminución tuvo una corta vida de julio de 2022 a marzo de 2023, porque ya en enero del 2024 los precios volvieron a subir.

“El presidente dijo que bajaba los aranceles con la Ruta de la Arroz porque cuatro industrias hacían clavos de oro, cosa que era mentira porque siempre hubo un precio sostenible, ahora la industria se convirtió en importadora porque prácticamente no paga impuestos y prefiere comprar del cono sur, prácticamente no nos compran y si lo hacen es a precios ruinosos”, lamentó el productor bagaceño Jorge Morales, quien dejó de sembrar arroz hace nueve meses.

“El presidente dijo que bajaba los aranceles con la Ruta de la Arroz porque cuatro industrias hacían clavos de oro, cosa que era mentira porque siempre hubo un precio sostenible, ahora la industria se convirtió en importadora porque prácticamente no paga impuestos y prefiere comprar del cono sur, prácticamente no nos compran y si lo hacen es a precios ruinosos”, Jorge Morales.

Entre quienes han reducido su siembra y las personas productoras que abandonaron completamente la actividad, se suma una pérdida de miles de toneladas métricas de arroz y de 18 mil empleos asociados con ellas, siendo la Región Chorotega la más afectada.

Esto significa que la economía rural, propia de las cinco regiones fuera de la GAM, dejó de percibir ₡18 mil millones que circulaban en salarios, compra de abonos y gastos de las familias productoras y trabajadores de las tierras.

“El pulpero, el del taller, el de la gasolinera, el de la venta de repuestos, la gente que vende agroquímicos, eran ₡40 mil millones en el 2021/2022 que se movían, era un montón de plata y no hay forma que la importación reponga ese movimiento”, explicó Fernando Rivas, presidente de la Asamblea Nacional de Productores y de la Junta Regional Chorotega.

Rivas es un pequeño productor que aún sostiene 8 hectáreas de arroz —lejos de las 25 que sembraba antes de la Ruta del Arroz— que atribuye al financiamiento y apoyo técnico que recibió de Conarroz, pero al que muchas otras familias no pueden acudir porque su nivel de endeudamiento es muy alto.

“La mayoría de los productores que abandonaron la actividad tenían pequeñas parcelas de siete u ocho hectáreas e invirtieron en nivelar sus tierras y en maquinaria que ahora está pudriéndose debajo de un árbol y que han ido vendiendo como chatarra para comer”, contó Rivas.

Asimismo, agregó que “la gente está desesperada, van al gota a gota, muchos han perdido sus propiedades y casas, algunos que tenían un pequeño patrimonio le han ido haciendo frente, pero de aquí en adelante empieza el desastre”.

El día de ayer, la Asamblea General de Productores, máximo órgano del sector, aprobó un proyecto de ley por impulsar en el que se propone recoger un canon que pagarían tanto los productores de arroz como la importación. Este canon se repartiría como subsidio entre los pequeños y medianos productores que mantienen en la actividad para enfrentar el cada vez más desafiante clima para la agricultura, invertir en tecnología, así como nivelar la competencia con otros países que exportan al país y que subsidian a sus productores.

Jorge Morales se dedicó por décadas al cultivo del arroz en Bagaces, junto a sus dos hijos, pero hace nueve meses entregó su última cosecha porque la Ruta del Arroz lo hizo insostenible y ahora corre el riesgo de perder sus tierras ante el banco.

Comportamiento del precio

Entonces, ¿qué pasó con el costo del arroz desde que se firmaron los decretos de la Ruta del Arroz en agosto del 2022? Entre agosto del 2022 y agosto del 2023, hubo múltiples bajas intermitentes no significativas de entre -0.02% y -0,39%, con excepción de la de marzo del 2023 de -1,95% que fue su disminución mensual máxima. En conjunto sumaron una una caída interanual máxima del -3,40% en agosto del 2023, lejos de la importante rebaja de costos por la reducción arancelaria del 31%, la cual fue completamente revertida el pasado enero, cuando precio tuvo una variación positiva (+0,18), aunque no de forma significativa, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

“El precio no bajó, entonces lo que exponen son promociones de los supermercados para decir que se ha bajado el 30%, pero esas promociones siempre han existido”.

La eliminación del control de precios como parte de Ruta del Arroz, así como la reducción del 31% de los aranceles que se cobraba al arroz importado ha dejado al país a la merced del precio internacional, pero los productores advierten que la apertura del merca hará que en poco tiempo el mercado del arroz quede en pocas manos y que el precio sea controlado a su antojo.

Esto ha sucedido con otras actividades en Costa Rica, como el mercado concentrado de medicamentos, que mantiene precios hasta un 50% más caros que en otros países de América Latina. El Gobierno anunció que bajaría las medicinas a pocas semanas de haber iniciado la administración, sin tener éxito porque las medidas no se dirigieron a atacar el  poder de acaparamiento de la industria farmacéutica.

El arroz, como las medicinas, son productos de primera necesidad, los arroceros lo siembran con vocación por considerarlo “el alimento de los pobres”. La demanda masiva de estos productos hace que los economistas los consideren productos “inelásticos”, es decir, aquellos que las personas compran aún cuando suben de precio porque los necesita.

En el país se consumen 410 mil toneladas métricas de arroz al año, pero cada año se producen menos por la falta de apoyo de gobiernos, en especial de las dos últimas administraciones. El sector agropecuario reclama, por ejemplo, acceso al crédito blando, una medida que en otros países exportadores se da y que desnivela la competencia con el productor nacional.

La Ruta del Arroz aceleró rápidamente el desgrane del sector. Evidencia estadística científica ha demostrado que la apertura comercial en Costa Rica de otros granos como el frijol resultó en un aumento de precio paulatino, pero sostenido de estos alimentos, mientras que el precio del arroz se mantuvo estable, mientras estuvo la regulación de precios y los aranceles.


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