País

Rodrigo Arias sobre gobierno de Chaves: “ya es hora de que comience a dibujar la agenda en temas macro”

El presidente de la Asamblea Legislativa explica el rol que quiere jugar en el particular momento político del país, al culminar una larga carrera política sin garantía de permanecer en curul hasta 2026 y sin señales de relación cercana con el PLN

Rodrigo Arias Sánchez habla con la libertad de que ya no secunda a su hermano Óscar, sin sentirse responsable de lo que ocurra con los desconciertos de su Partido Liberación Nacional (PLN) y seguro de que su función de diputado es el final de una larga carrera política, al punto de que él mismo menciona la posibilidad de dejar la curul antes de 2026.

Dice encarnar un rol de buscar acuerdos y por eso se autocontiene en sus opiniones. Sí ve mensajes inconvenientes del Gobierno y, a la vez, calificaciones que cree precipitadas sobre el trabajo de los nuevos diputados, pero sobre todo observa ausencia de planes desde el Poder Ejecutivo.

Seis días antes de su reunión bilateral con el mandatario Chaves, así habló el diputado Arias, quien se ufana de haber logrado un buen clima con todas las bancadas y de mantener una relación de franqueza con el presidente Rodrigo Chaves, condiciones básicas para esa función, paradójicamente, parece emprender en solitario.

  • ¿Cuál cree que es su papel en este momento político?

—Mi ilusión al llegar aquí era ejercer un puesto con el que yo tuve mucha relación en ocho años como ministro de Presidencia, que es la Presidencia del Congreso, como una forma de buscar consensos que el país necesita, que es lo que he hecho en mi carrera política. Tengo claro que trabajo por encima de banderas partidarias. Para eso era necesario crear un clima de confianza, porque vos no podés hacer acuerdos sin ese buen ambiente. Es lo que he querido forjar en estos escasos tres meses. Me parece que hay un saldo positivo, con fracciones que tienen a los encuentros con respeto en sesiones extraordinarias y veremos qué se puede hacer en ordinarias.

  • ¿Y con el Ejecutivo?

—Digamos que cordial, por decir una palabra, como debe ser la relación de un presidente. Debemos buscar cómo responder a este momento de profundas crisis. Yo escribí hace unas semanas un texto que se llamó La tormenta perfecta y ahora esa tormenta está más cerca de nosotros. Hemos estado acostumbrados a vivir con inflación pequeña y ahora tenemos 11 y no sabemos hasta cuánto subirá. ¿Se compensará salarialmente? Ahí comienzan a crujir las cosas, como van a crujir con la recesión de EE.UU. que hará que compren menos o vengan menos los turistas. Esas amenazas ya están en el país y la Asamblea Legislativa debería estar con lazos comunicantes apropiados para poder reaccionar estas sesiones que nos corresponden en sesiones ordinarias.

  • Pero ahora los diputados van a correr a presentar sus propios proyectos según sus intereses.

—Sí, ahí tenemos un problema. Hay proyectos de ley acumulados y los diputados van a llevar a despacho más de 400 proyectos. La tarea ingrata es ver cuáles responden a prioridades del país ahora, más que intereses particulares, mientras que los nuevos proyectos avanzan en comisión y están listos para poderse ver, los de reactivación de economía y generación de empleo, que es una buena agenda.

  • Eso acá en la Asamblea Legislativa, pero en lo económico ¿hay trabajo que el Ejecutivo puede hacer por su cuenta?

—Bueno, también estoy claro que el país necesita un marco general de reglas claras, de confianza para el sector productivo nacional, para invertir y reinvertir utilidades, que la inversión extranjera no nos tenga temor. Algunas de las cosas que uno siente son amenazas, que dicen ‘es que ustedes tienen un presidente populista, ¿qué se puede hacer?’ Mi respuesta es que en Costa Rica hay un sólido estado de Derecho y vivimos un fuerte principio de legalidad. Todas las reformas que hicimos de tener una Sala Constitucional, normas de propiedad intelectual… son activos importantes para asegurarnos de que va a seguir viviendo esa inversión extranjera, más ahora con las dinámicas internacionales. Tenemos estabilidad, buena ubicación y tenemos una educación aceptable comparativamente por tradición.

  • Y en ese contexto ¿usted cree tener un rol desde acá?

—Mi rol… es que este es el fin de mi actividad pública. Quiero culminar muchos años en política con un rol de negociación y forjar acuerdos. Así quiero culminar mi carrera política, con una permanencia que no sé si será total o parcial.

  • Eso le iba a preguntar: ¿pretender dejar la curul antes de 2026?
  • Eso lo dictará mi salud y cómo me sienta, si siento que no hay espacio para hacer las cosas que quiero. Ahí voy, con entusiasmo y con relación de respeto de mis compañeros de todas las fracciones, una buena comunicación con todas las fracciones. Es poder escucharlos, y ese don no siempre se tiene en la política; mucho político cree que lo que dice es santa palabra.
  • Las circunstancias políticas ahora son particulares y en mucho están marcadas por el Gobierno. ¿Cómo lo caracteriza?
  • Sé que mi posición hubiera sido distinta si hubiera ganado el Partido Liberación, porque para comenzar habría un programa de gobierno que se hubiera puesto sobre la mesa y que yo conocía. Este gobierno es un gobierno sui generis, muy concentrado en la figura del Presidente, quien ejerce un poder fuerte y personal con sus ministros, sin una agenda fuerte que enviar a la Asamblea. Quizás no tuvo tiempo o no tenían la estrategia de hacerlo. Entonces nos llevamos tres meses conociendo programas livianos, quizás exceptuando la reforma a la Ley de Aduanas. Esperaría que poco a poco el dinamismo llevará al Presidente a profundizar en temas estructurales y ya es ahora de que comience a dibujar la agenda en temas macro. Nos hace falta conocer cuál es su agenda económica, su posible estrategia de renegociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), los principios de equilibrio fiscal y cuáles son los créditos de apoyo bilateral; así será más fácil conocer las necesidades que hay para atender el déficit y la deuda.
  • ¿Lo que el Presidente ha expuesto no les permite conocer las ideas de Gobierno?

—Ese dibujo todavía no está y es necesario. Eurobonos parece un tema aislado, pero es parte central en esa agenda económica y era el plan de hablar el lunes pasado. También hace falta el dibujo de los planes en el sector social, desempleo, informalidad, el millón de personas pobres… no se ve todavía un proyecto integral.

  • ¿Y en la relación entre poderes?

—Yo sí quiero dejar claro con el Gobierno y con el Presidente que debemos manejarnos bajo un irrespeto institucional claro, que debemos atenernos a reglas de la relación entre poderes. Siento que en ese tema mi participación es importante, porque tengo una relación fluida con él y podemos hablarnos con franqueza. Si se mantiene así, me mantendré abierto.

  • ¿No cree que se están generando en el país tensiones políticas de esas que amenazan el desarrollo económico de un país?

—Sí se está provocando un riesgo de fricciones que afectan a la estabilidad política. Parte de lo que yo le diría al Gobierno es que uno puede entender esa forma de gobernar, de quitar nudos e inyectar acción, algo que puede generar aplausos. Siento que él ha estado cultivando a las bases, pero debe pensar en cómo generar la confianza necesaria para generar la reinversión que el país necesita. La confianza es el ingrediente más importante para la economía.

La oficialista Pilar Cisneros y el opositor Eliécer Feinzaig (PLP) coinciden en la pobre productividad de los primeros tres meses de esta Asamblea Legislativa, pero la primera lo justifica. (Foto: Asamblea Legislativa).
  • ¿El poco aprovechamiento de las sesiones extraordinarias por parte del Ejecutivo lo atribuye a poca preparación o a una idea que ya pintó la diputada Cisneros de querer bordear a la Asamblea Legislativa?

—No creo que el Gobierno haya pensado en brincarse a la Asamblea Legislativa. Es cierto que el Ejecutivo puede hacer cosas por directrices, decretos o recursos administrativos, y no es de extrañar que haya dado prioridad a eso en el inicio. Oportunamente el Gobierno va a venir aquí a pedir las cosas que necesitan, no tenemos que preocuparnos. De hecho, en la agenda de esta semana están endeudamientos con el FMI, créditos bilaterales, eurobonos y presupuesto extraordinario. Pero hay que tener calma, no hay que apresurarse. Un partido (de fútbol) son 90 minutos, y hemos jugado menos de 10. No me preocupa esto, yo veo normalidad en las cosas. Dicen que hay pasividad aquí, pero no quisiéramos tener el Congreso en llamas. Diay, si él propusiera mandar una ley para que todo se haga por referendo, aquí sí habría una reacción muy fuerte, por poner un ejemplo extraordinario, pero el Presidente es inteligente y sabe las reglas institucionales y que vivimos en una democracia y el respeto entre poderes, con sus potestades.

  • Dice usted tener proyectos de ley en lo social y en infraestructura, y tiene también señalamientos propios de un control político más fuerte, ¿pero se autocontiene usted por ser presidente de la Asamblea Legislativa y evita confrontar el Gobierno?

—Claro, mucho. Es que yo soy presidente de un poder con seis bancadas y no represento a un partido. Esto me limita mucho la capacidad de actuar como diputado en promover proyectos míos y pronunciarme sobre temas, tengo que ser comedido en algunos temas. Sí puedo hablar sobre temas generales, y lo hago en alguna medida. Y no soy un presidente ejecutivo, uno que da una orden y se hace, no puedo comprometerme por la voluntad de las diputadas y diputados.

  • Se supone que usted debería poder apoyarse en su bancada PLN y coordinar funciones que usted no puede cumplir. ¿Lo hace?

—Bueno, yo creo que… yo asisto a reuniones de fracción como un diputado más, discutimos algunos proyectos, pero que alguien me pueda suplir, no existe.

  • ¿Tiene relación con José María Figueres?

—He estado en las últimas reuniones a las que ha venido.

  • ¿Coordina algo? ¿Se relaciona con él?

—No, no.

  • ¿Por qué?

—Tengo una relación cordial

  • La misma palabra que usó para referirse a la relación con Rodrigo Chaves.

—Sí

  • ¿No tiene él un liderazgo?

—Es un excandidato y tiene ascendencia sobre los diputados, porque él escogió a muchos, pero no hay una imposición. En mi caso no, tengo madurez y años para actuar en cosas que creo inconveniente.

  • ¿Cuál es su posición con un proyecto como ese del diputado del PLN, Gilberth Jiménez, de bajar el umbral para la segunda ronda?

—Es que ese proyecto nace de un diputado que ha presentado una serie de proyectos, de los cuales yo no comparto ninguno. Me parece que esa propuesta afecta la representatividad democrática y no va a caminar aquí en la Asamblea. Son salidas que hacen daño al partido y a la confianza de las personas sobre lo que aquí se hace, salidas desafortunadas.

  • ¿Es un factor más en los problemas actuales del PLN?

—Del Partido prefiero no hablar por ahora porque es un tema que está “en desarrollo”, como dicen los periodistas.


Presidentes buscan de la distancia adecuada y productiva entre Zapote y Cuesta de Moras

El presidente Rodrigo Chaves cumplió finalmente su visita al “café” que invitó el presidente legislativo Rodrigo Arias después de aquellas palabras que no cayeron bien en Cuesta de Moras, cuando el mandatario pidió apoyo para autorizar endeudamiento externo señalando que los diputados no deberían jugar “chapitas”.

Dos semanas después de ese chispazo, habiéndose recuperado Chaves del virus que lo obligó a suspender una primera cita el 1° de agosto, la charla tuvo lugar en un ambiente de aparente cortesía, a pesar de señalamientos más o menos moderados que ha hecho públicos Rodrigo Arias sobre el estilo del Gobierno y sobre su falta de planes, según sus palabras.

La cita coincidió con los días de inicio de las sesiones ordinarias, en las que las seis bancadas legislativas toman el control de la agenda después de los tres meses en que estuvo en manos del Poder Ejecutivo, con resultados que las fracciones coinciden en señalar como “pobres”, aunque difieran en las explicaciones.

El encuentro, sin embargo, era más de forma que de fondo, advertía días atrás la diputada Pilar Cisneros, referente del oficialismo.  “Va a servir para limar asperezas porque don Rodrigo Chaves tiene su manera de ser y la gente a veces no lo entiende”, decía la legisladora días atrás, aunque reconocía probable que exploraran la posibilidad de aprobar “eurobonos”, el mecanismo de endeudamiento externo que busca el Gobierno por $6.000 millones.

La misma Cisneros reconoció que la productividad de las sesiones extraordinarias en el inicio del mandato fue escasa. “ Productividad no es buena porque el sistema no lo permite. El Gobierno presentó proyectos importantes, pero los diputados no los iban a dispensar de todo trámite y había otros expedientes en la corriente”, justificó.

Elicér Feinzaig, del Partido Liberal Progresista (PLP) difiere de esa argumentación. “ Ha sido un período poco productivo, con una agenda bastante pobre, porque el Gobierno ha enviado poco y poca monta. Lamento la oportunidad desperdiciada, porque con el nivel de aprobación y de popularidad, este era el momento para impulsar las grandes transformaciones. Ese tiempo perdido es irrecuperable”.

Más cerca de Feinzaig está Jonathan Acuña, diputado jefe de la bancada del Frente Amplio: “Hemos tenido una agenda limitadísima, con poca claridad de líneas principales de abordaje. Hay deudas muy grandes en combate a corrupción, donde no se convocó en los primeros tres meses ni un solo proyecto del caso “Cochinilla”. El resultado evidente es tener sesiones terminando a las 4:30 p.m., la agenda limitada por tener un gobierno con control de agenda por primera vez y viniendo de partido emergente, sin posiciones políticas claras”, dijo.

Acuña incluso recordó que en al menos dos ocasiones tuvieron que cancelar audiencias de trabajo de ministros en la Comisión de Asuntos Hacendarios porque a última hora cancelaban con la justificación de que fueron llamados a Zapote para participar en la conferencia de prensa de los miércoles que lidera el presidente Chaves.


 

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