Intervenir por un año sobre el impuesto a los combustibles aparece como una posibilidad ante el probable incremento del costo de los derivados del petróleo, como efecto del ataque armado de Rusia en Ucrania.
Esa es la opción que plantea el Gobierno en un proyecto de ley anunciado este viernes y que ofrece el candidato presidencial José María Figueres, del Partido Liberación Nacional (PLN), aunque con distintos planteamientos.
Mientras el candidato presidencial señala la conveniencia de recortar 100 colones en el impuesto para reducir al precio final del litro de combustible, que ronda actualmente los 750 colones con fuerte presión al alza, el gobierno de Alvarado propone a la Asamblea Legislativa una iniciativa para solamente evitar el crecimiento del tributo.
“El Gobierno congelaría el impuesto específico a los combustibles en su valor actual por un año, y renunciaría a cuatro ajustes trimestrales. Esto significará un impacto en la recaudación de ingresos del Gobierno, sin embargo, las autoridades plantean esta medida extraordinaria de manera responsable para evitar una afectación mayor a la ciudadanía y a las actividades productivas sin poner en riesgo los objetivos fiscales del país”, dice el comunicado de la Presidencia de la República emitido este mediodía.
Esta explicación oficialista se brindó dos horas después de que el aspirante presidencial Figueres señaló necesaria la reducción del impuesto por un plazo de 12 meses, después de que este jueves el precio internacional del barril de petróleo alcanzó los $110, el mayor precio desde 2014.
De acuerdo con Figueres, la caída en los ingresos gubernamentales (de unos $350 millones) se podrían compensar con recursos provenientes de utilidades de empresas públicas, con reducción de gastos como en gestión de deuda pública, y con el cobro por huella de carbono de productos importados, de acuerdo con el comunicado del partido.
Otra forma de atenuar el impacto de una eventual reducción del impuesto, según Figueres, es el uso de mezcla de biocombustibles, para utlizar hasta un 10% de etanol en gasolina y 5% de biodiesel, en línea con las políticas energéticas que ha planteado en meses recientes.
De esos planteamientos, el único que acogería el gobierno saliente de Alvarado es el de congelar el incremento trimestral, al aducir la necesidad de manejar con prudencia las finanzas públicas, aunque reconoce que vendrían efectos del aumento del precio del petróleo sobre la cadena productiva y sobre el costo de la vida.
