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Recope prevé que altos precios de los combustibles se mantengan

La merma en la oferta internacional causada por la invasión de Rusia a Ucrania, más la alta cotización del tipo de cambio auguran que el panorama actual se mantendrá la menos en el futuro cercano.

Este jueves los precios amanecerán en niveles nunca antes vistos. El litro de gasolina súper alcanzará ¢909, el de la Plus 91 (llamada regular) ¢889 y el diésel llegará a ¢845.

Aún sin este nuevo aumento, ya en marzo los precios habían alcanzado niveles que superaron las marcas más altas de la historia reciente, de junio de 2014, cuando esos combustibles llegaron a costar respectivamente ¢816, ¢788 y ¢689.

Freddy Martínez, jefe de Estudios Económicos y Financieros de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) explicó que los altos precios se deben esencialmente a dos factores: el comportamiento internacional de los precios, y el tipo de cambio del dólar, que también muestra una tendencia violentamente al alza ya que el precio de la venta del Banco Central pasó de ¢645,25 al iniciar el año, a ¢664,60 este miércoles, un nivel inédito.

Respecto del mercado internacional, dijo que poco a poco empiezan a sentirse los efectos de la  guerra en Ucrania, e informó que Rusia en las últimas semanas ha disminuido su exportación de petróleo en un 26%, lo cual impacta el mercado al haber menos oferta del producto.

Explicó que las cotizaciones de los precios internacionales se dan por dos factores, el primero de ellos es la especulación ante diferentes elementos que empujan al alza o la baja los precios. Por ejemplo, este lunes el prospecto de un avance positivo de las conversaciones entre rusos y ucranianos en Turquía, más el cierre sanitario de la ciudad china de Shanghai y su consecuente merma en la demanda de combustible, hicieron que el mercado cayera un poco, “pero hoy se ve una baja de inventarios en los Estados Unidos y ocurre efecto contrario”. Aclaró que se refiere a los inventarios comerciales de petróleo, no las reservas estratégicas que se guardan para casos de emergencia o guerras.

Ello apunta hacia el segundo factor que normalmente incide y que hoy en día cobra preeminencia: la fluctuación en oferta y demanda, en este momento influida por la guerra en la Europa Oriental.

Así, detalló que la capacidad de almacenamiento de refinerías de Estados Unidos para suplir a las bombas y exportar, “está en este momento niveles críticos, casi menores que 2014”.

Por todo ello, reconoció que no es posible afirmar que los precios seguirán subiendo, “no tengo bola de cristal”, pero observó que es previsible que se mantengan en niveles altos, ya que “no hay ningún elemento fundamental que nos haga esperar una baja la otra semana o el otro mes. El precio se mantendrá en los niveles que ha mostrado últimamente, superior a ¢800”.

Detalló otro factor coyuntural reciente que empujó los precios: Una tormenta en el país asiático de Kazajistán dañó un importante oleoducto lo cual ha significado una merma en el mercado de más de un millón de barriles, además de un tipo de petróleo crudo muy buscado, por ser liviano.

Por otra parte, respecto al ya mencionado problema del tipo de cambio, Martínez subrayó con gravedad la “muy fuerte el alza en la última semana y media” y recordó que los valores del tipo de cambio de hoy son recogidos en la fórmula que definirá los precios el viernes 8. Es decir, “los precios de los combustibles recogen un incremento del tipo de cambio que va a afectar al consumidor, no podemos hacer nada desde acá. El gobierno y el Banco Central deben estar muy preocupados por este tema”.

Sin embargo y a pesar de todo ello, el economista hizo un llamado a la tranquilidad y aseguró que no se vislumbra ningún escenario de escasez de combustibles: “no va a faltar el producto, que suba el precio no está en nuestras manos, pero siempre tendremos el producto en terminales para la venta”.

Puntualmente, sentenció que “lo previsible” es que se mantengan los precios altos aunque “puede que se estabilicen”. Empero, insistió en llamar la atención a la situación de dólar en un contexto de transición entre una administración a otra, que “causa incertidumbre”. Además, recordó que el país enfrenta alzas en precios no solo de petróleo, sino “prácticamente ente todos bienes y servicios que se importan, como el trigo, aluminio, o hierro, todo mucho más caro provoca presión sobre tipo de cambio”.

Por otra parte, siempre preocupado por el tipo de cambio y su influencia en le precio de los hidrocarburos, recordó que el sector turismo no se ha recuperado a la velocidad necesaria, lo cual se preveía y que tardará para volver a sus niveles anteriores a la pandemia.

Filas en planteles

Ante el alza de los precios, no es de extrañar que se den largas filas de camiones cisternas en los planteles de Recope, como el de Ochomogo, Cartago, donde una recorrido hecho por un equipo de UNIVERSIDAD esta mañana encontró una fila de algo más de un kilómetro, en algunos casos de personas que aparcaron sus camiones desde el domingo, según manifestaron.

Ese movimiento intenso de camiones cisternas es, sin embargo, “normal”, según explicó Martínez, “se da siempre que cambia el precio, pero ahora la situación es extraordinaria con el diésel, porque aumenta muchísimo”. En efecto, en esta oportunidad el aumento de ese carburante específico es de ¢121.

Sin embargo, Martínez aseguró que las estaciones de servicio mandan a los cisternas con la idea de comprar hoy antes de que aumente le precio, “mañana cuando aumente el precio, se van a ganar una buena cantidad de plata. De igual manera, cuando se vislumbra una baja, uno o dos días antes no compran nada”.

Aseguró que no hay desabastecimiento, aunque “probablemente en estaciones de servicio ocurra que vaya mucha gente”.

Por otra parte, el sector transporte también ha manifestado su preocupación ante el aumento de precios, en particular del diésel.

Mediante un video difundido ayer en diversos medios de comunicación, la vicepresidenta de la Cámara Nacional de Transportes (Canatrans), Silvia Bolaños, hizo un “llamado urgente” al gobierno para que suspendiera el aumento, como se hizo durante 2020 a causa de la pandemia, pero ello no sucedió.

A través de las redes sociales de Canatrans. Bolaños también manifestó que “la mayoría de las rutas entraría prácticamente en un paro técnico y esto obligaría a las empresas a reducir sus esquemas de operación y frecuencia de servicios”.

 

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