País Convención interna con poca afluencia para escoger a Piza o a Ortiz

El PUSC votó des-pa-ci-to

Siete horas de elecciones internas en el PUSC: escuelas en silencio, ciudadanos de lejitos y uno que otro liberacionista.

“Es para agarrar a todos desprevenidos, nos estamos haciendo la vaca muerta para comernos al zopilote vivo”, decía medio en broma a las 2:30 de la tarde de este domingo Gilda Solano, una participante en la convención interna del Partido Unidad Social Critiana (PUSC).

Así, evocando una de las conocidas frases de su precandidato favorito Rodolfo Piza, esta coronadeña intentaba tomarse con humor la escasez de votantes que se evidenció durante las siete horas de urnas abiertas en todo el país, con la mayoría de escuelas en silencio. Solo una camioneta con perifoneo rompía la calma con la canción comercial de moda “Despacito”.

Doña Gilda quería decir que el PUSC (el otrora partido fuerte que intenta recuperarse después del derrumbe del 2004) puede parecer hoy inofensivo de cara a las elecciones de febrero 2018, pero que en realidad tiene posibilidades de ser protagonista. Esto lo dijo la mujer y es la consigna de los simpatizantes socialcristianos, tanto de Piza como de Rafael Ortiz, el otro precandidato.

Las urnas se cerraron a las 4 p. m., con la previsión de resultados disponibles esta misma noche. “Creemos que la votación puede rondar los 150.000 personas (menos de 5% del padrón nacional)  y un 75% puede ser para don Rodolfo”, dijo con mucho optimismo su jefe de campaña, Johnny Leiva, en la sede de la tendencia, en barrio Escalante de San José.

A las 5 p.m. alistaban un toldo y el equipo de sonido para celebrar el triunfo en las internas, como lo indicaban algunas encuestas. A 50 metros decenas de grupos de amigos o familiares disfrutaban la tarde fresca y soleada en el parque Francia muy ajenos a las carreras políticas. “Esos viejos no me roban ni un minuto de mi domingo, ni pagándome me arrimo. Además, están como anticuados”, decía Alonso, un joven se 26 años que esperaba a sus amigos en la esquina. Piza y Ortiz le parecen de otra época, demasiado conservadores por demás.

Visitas hechas por 10 estudiantes de Periodismo de la Universidad de Costa Rica en varios puntos del área metropolitana, en Atenas y en Turrialba repetían los informes. Votación baja, escuelas vacías, algunos electores históricos del PUSC y un elemento sorpresa: varios participantes que dicen haber sido del Partido Liberación Nacional (PLN) y hoy que prefieren apoyar a uno de los precandidatos de la agrupación que fue su mayor rival.

“No me gusta lo que veo en el PLN y la verdad es que cambiar de bandera tampoco es pecado”, decía Ulises Obando en la misma escuela Estado de Israel. Su esposa y una hija también confesaban su abandono a la agrupación verdiblanca. Otra hija votó por el Partido Acción Ciudadana (PAC) en 2014 y cree que “Piza es lo que fue Luis Guillermo Solís en la campaña pasada”, aunque en la convención del PLN votó por José María Figueres porque creía que podía beneficiar a otros partidos. Los encuestadores la tienen complicada, ya se sabe.

La incertidumbre de apoyos electorales quizás sea uno de los factores de la baja afluencia. Solo un ejemplo: en la mesa 0337, en la escuela Porfirio Brenes (centro de Moravia) había 3.000 personas inscritas y a las 3:40 p. m. solo habían votado 59 (2%), a un ritmo inferior a 9 por hora. Sus dos fiscales de mesa se entretenían con el celular, como tantos otros en las escuelas visitadas.

Tampoco es que sorprendiera la escasez de participantes. Son tiempos malos para los partidos políticos, tradicionales como el PUSC o nuevos como algunos otros. Además, los socialcristianos vienen de unos años difíciles y aunque han tenido un repunte, nada garantiza que ya esté del todo recuperado. La jornada deja ver que renquea.

Además esta fue la primera elección en la historia del PUSC sin la presencia del expresidente Rafael Ángel Calderón Fournier, su fundador, heredero del calderonismo de su padre de mitad de siglo XX y luego personaje cuestionado por el caso CCSS-Fischel. Ahora dirige otro partido y le disputa votos al PUSC.

Sin permiso para llamarse ahora “calderonistas” ni “mariachis” (el apodo histórico originado por la indumentaria de los obreros comunistas que se aliaron a Calderón durante la Guerra Civil), el PUSC probó cómo es caminar sin muletas en la sala de recuperación. Con la confirmación del candidato al final de la noche comenzará otra etapa para ver si el paciente puede tomar velocidad o sigue renqueando lento con las cicatrices abiertas. Muchos miran en medio de un silencio como el que este domingo predominaba en los centros de votación.

Al margen de la elección del candidato, las estructuras locales elegían también a sus representantes, consciente de que pueden tener peso sobre las asambleas al nivel cantonal y luego provincial, donde se escogen a los candidatos a diputados que se presentarán en 2018. Y eso sí está que arde.

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