El Ministerio de Educación Pública (MEP) no se preparó “adecuadamente” para contener la violencia entre los estudiantes en los centros educativos, pese a la evidencia del mal estado de la salud mental en los jóvenes. Así lo señaló a UNIVERSIDAD la investigadora del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad de Costa Rica (UCR), Ana María Jurado.
Para Jurado, los eventos violentos sucedidos en las últimas semanas en centros educativos se veían venir, pues en Costa Rica y a nivel mundial, los jóvenes han sido los más afectados en su salud mental durante la pandemia.
“El MEP no puede alegar que no lo sabía, porque se lo dijimos todos, todos sabíamos las condiciones de salud en que iban a llegar las personas jóvenes producto directamente de esta pandemia”, aseguró Jurado.
Durante la pandemia, de acuerdo con Jurado, muchos de los jóvenes no pudieron desarrollar las herramientas necesarias para interactuar con sus pares, debido a los confinamientos y el curso bimodal. Esto les afectó pues los centros educativos eran el escape de situaciones difíciles en casa para alguna parte de esta población.
“A la gente le preocupa la violencia entre personas jóvenes, pero eso es la punta del iceberg, debajo de todo eso, hay una población joven con un estado de salud crítico a nivel de su salud mental. (…) En estos jóvenes vos ves una expresión de lo mal que se sienten. (…) Ellos han perdido mucho en sus habilidades de socialización y en sus capacidades para resolver conflictos, pero además de eso están emocionalmente muy comprometidos”, agregó.
Jurado indicó también que debido a otros problemas que tiene que resolver la institución, tales como el rezago educativo, el MEP no se preparó para abordar la situación de la mejor manera.
“Creo que a pesar de que la situación era harto conocida, el MEP no estaba tan preparado para poder atender estas problemáticas. (…) ¿De verdad no tuvieron dos años para prepararse? Esto se pudo prevenir sin duda, dando espacios para que los jóvenes pudieran hablar sobre lo que esta situación ha significado durante la pandemia, pero como el rezago en educación es tan abrumador la única preocupación fue recuperar lo educativo”, añadió.
La investigadora externó que es inconcebible el manejo represivo de las situaciones de violencia que se ha dado por parte de las autoridades, quienes se han enfocado en atender el problema con la detención de jóvenes, así como en la revisión de bultos.
“Para mi es inconcebible que la respuesta sea represiva. (…) No es la vía para desescalar un problema. Estos muchachos no son delincuentes, nada hace la Policía ahí, son personas que han tenido una época muy dura con muchas pérdidas y lo peor que se puede hacer es echarles la Policía“, indicó Jurado, quien agregó que ese abordaje, que se ha utilizado en países como Estados Unidos, es contraproducente
Para Jurado, la forma más acertada de atender estas situaciones debería ser entender primero por qué sucedió el fenómeno, y ofrecer una respuesta integral.
“Esto significa que tenemos que entender el fenómeno social. Hay que volver a las comunidades y entender qué es lo que está sucediendo en las comunidades para que estos jóvenes tengan ese tipo de reacciones. (…) El segundo punto es atender psicológicamente a estos chicos. Hacer contención emocional en las aulas es lo correcto”, señaló.
Añadió también que es necesario volver a involucrar a los padres y madres de familia con la escuela, pues la relación entre estos y los maestros se ha venido deteriorando en los últimos años.
“Es el camino que hay que seguir para recuperar la salud mental de los jóvenes”, finalizó.
El pasado miércoles, el MEP indicó que actualmente desarrolla una campaña con el propósito de sensibilizar a la comunidad educativa, por medio de diversos canales, acerca de la necesidad de detener las acciones de violencia en los centros educativos, promoviendo el respeto como manifestación prioritaria en la convivencia.
Entre estas acciones, el MEP puso a disposición de la comunidad educativa nacional un nuevo instrumento para promover la convivencia en los centros educativos. Se trata de la guía preventiva denominada “Ruta estratégica de gestión de la convivencia en el territorio educativo”.
Precisamente el miércoles, las personas estudiantes y docentes del país se unieron para marcar las primeras pautas de la ruta con la realización de dinámicas para el bienestar y la salud socioemocional. En las dos primeras lecciones se dedicaron al desarrollo de estrategias de convivencia para así dialogar con las personas estudiantes, escuchar e incluso identificar los principales riesgos de violencia en sus centros de enseñanza.
De acuerdo con el MEP, este espacio permitió promover el convivio, el diálogo, y la expresión en diferentes ámbitos como el artístico, deportivo, político, cultural, académico y ambiental.
“El trabajo en prevención de la violencia es parte de la educación integral, al crear espacios seguros y de participación se fomentan habilidades en diferentes campos en beneficio de todas las personas. Asimismo, un buen ambiente de convivencia educativa fortalece el clima escolar, lo cual, se traduce en mejor rendimiento académico, motivación y permanencia”, externó la viceministra académica del MEP, María Alexandra Ulate.
