País Alex Solís:

“El proyecto de nueva constitución nos une como sociedad”

El exdiputado y excontralor general Alex Solís insiste en que no hay que tener miedo a convocar una Asamblea Constituyente.

El exdiputado y excontralor general  Alex Solís insiste en que no hay que tener miedo a convocar una Asamblea Constituyente. Descarta lo que no pocos temen, que se elija a malos representantes como los que se han visto en las últimas asambleas legislativas, o que la nueva Constitución que se apruebe traiga un retroceso en los derechos individuales y colectivos de los costarricenses.

“No hay un solo ejemplo en el mundo de un país en que se instala un proceso constituyente en paz – como el queremos nosotros – que no resultara una constitución mejor de la que se tenía, como Francia 1958, Suecia 1974, España 1978, Colombia 1990, Venezuela 1999, Ecuador 2008, Bolivia 2009, Finlandia 2010 y República Dominicana 2015. Actualmente están Chile y México en procesos constituyentes y nada (de eso que se teme) está pasando”, sostiene el abogado e investigador apasionado de la materia constitucional.

“Nadie va a debilitar nada, pero bueno, el que tiene la preocupación aquí tiene una respuesta a esa preocupación”, dice refiriéndose a la propuesta que contenía el proyecto original presentado al TSE para solicitar la autorización de un referendo con el objetivo de llamar a una Asamblea Constituyente.

¿Qué contenido ideológico cabe esperar de esa nueva Constitución, en un país con visiones divididas sobre lo que debe ser su futuro?

-Su respuesta es que la orientación ideológica de la Constitución será la que determine el pueblo costarricense.

Este proyecto tiene la virtud de unirnos como sociedad alrededor de una idea común, que vamos a discutir todos y juntos vamos a construir. En un país que está congelado, que dejó de pensar y está en zona muerta, donde la gente está indignada, la alternativa es: o seguimos en este estado de parálisis, o nos atrevemos a emprender un gran proyecto.

Cuando hablamos de convocar una Asamblea Nacional Constituyente no estamos hablando de irle a dar vueltas al palo, estamos proponiendo subir el Monte Everest, volver a ser grandes, volver a darle un respiro al país para que sigamos por las sendas en que se forjó Costa Rica, argumenta el exdiputado.

¿Para lograr eso basta una nueva Constitución?

-Tenemos que cambiar la gerencia y los estilos de administración que se utilizan en el Estado, aprender a pedir cuentas y resultados. Tenemos  que cambiar algunas leyes, la Constitución Política. Algunas de esas cosas hay que hacerlas primero, otras después o concomitantemente. Hoy para nosotros la preocupación es reformar la Constitución que es vieja, está llena de parches, que ya no nos une como sociedad y que por falta de regular ciertas materias hay problemas muy serios en la administración.

Luego hay que hacerles reformas profundas a la Asamblea Legislativa, al Poder Ejecutivo, al Poder Judicial, al régimen municipal, a las instituciones autónomas, a la Contraloría y a la Sala Constitucional, para que el Estado sea más eficiente y nos permita ser más competitivos y todos los costarricenses podamos vivir mejor.

Finalmente hay que acentuar el principio de la responsabilidad para que las autoridades políticas superiores del sistema respondan por los daños y perjuicios que le causan al patrimonio público cuando conciben y ejecutan mal ciertas políticas y así acabar con la impunidad.

Con el establecimiento de responsabilidades podrían caer ministros, el Presidente de la República, diputados. Todos estos mecanismos son acicates para que el sistema funcione, porque si aparecen figuras de este orden superior “filibusteriando” el sistema, el sistema mismo los va a sacar de juego, bien porque la Asamblea Legislativa les nombre una comisión para llamarlos a cuentas o bien porque el ciudadano les va revocar el mandato.

¿Ustedes proponen una reforma a la actual o una Constitución totalmente nueva?

-Este proyecto toma como base de análisis la Constitución vigente y se agrega el estudio de muchos diagnósticos que se han hecho en Costa Rica, y también estudios del derecho comparado de países que en los últimos 40 años han hecho constituciones.

Uno analiza esas constituciones y ciertamente hay algunos institutos que nosotros arrastramos de ahí, pero manteniendo siempre como base la Constitución actual. Quien revise el borrador del proyecto que hemos redactado se encontrará con que prácticamente todas las instituciones de nuestra Constitución están contenidas ahí, refrescadas, mejoradas, como quiera llamársele, pero no podemos traicionar las grandes verdades históricas del pueblo costarricense relacionadas con el estado democrático social de derecho. Lo que hacemos es modernizar nuestro sistema a partir de esas cosas que están tan bien asentadas en el alma nacional.

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