País

Presidente de la Corte niega presiones sobre exfiscala general

El magistrado Fernando Cruz se mostró sorprendido por la aseveración de que la llamó el 25 de junio supuestamente para decirle que no la apoyaba.

“Dije en sesión de Corte Plena que consideraba que el espacio para ella era estrecho, que se había debilitado notablemente, pero nunca pensé que yo tenía la potestad o licencia para llamarla y decirle en tono autoritario que tenía que renunciar”.

Con esas palabras el magistrado presidente de la Corte Suprema de Justicia, Fernando Cruz, buscó salir al paso de aseveraciones hechas por Emilia Navas, exfiscala general, en entrevista concedida al programa Interferencia, de las Radioemisoras de la Universidad de Costa Rica (UCR) y reproducida por este Semanario.

“No es mi manera de ser” reiteró varias veces el Magistrado y añadió que “por el concepto que siempre he tenido de ella, le debía el respeto que una persona que tiene ese puesto merece”. Añadió que “me sorprende” que Navas haya aseverado que la llamó el 25 de junio “en tono de enojo o enfado y que casi que la conminé a renunciar. Eso no lo hice”.

En la mencionada entrevista, Navas expresó que “recibí el 25 de junio una llamada telefónica del presidente de la Corte, que no solo en las sesiones de Corte Plena del 21 de junio me instó a dejar el cargo junto con otros comentarios de magistradas y magistrados que dijeron que era necesario que lo hiciera, sino que además me dijo que no iba a contar con su apoyo, el cual sé que nunca tuve y que era necesario nombrar otra persona como fiscal general”.

La exfucionaria también señaló a Cruz, como impulsor de “una campaña” en su contra, en la que también habrían participado otras personas integrantes de la Corte Plena y atribuyó todo ello a investigaciones abiertas contra esos altos cargos.

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Por otra parte, mediante un comunicado el propio Cruz insistió en refutar las declaraciones de Navas, reiteró el “respeto absoluto hacia la independencia funcional y la autonomía del Ministerio Público” y en relación con los procesos disciplinarios que se abrieron tras la jubilación de la exfiscala, dijo que “responden al cumplimiento de la normativa establecida en la Ley Orgánica del Poder Judicial, Ley de Control Interno y la Ley General de la Administración Pública, tras el ingreso de quejas de personas sobre temas concretos relacionados con la gestión de la señora Navas”.

Añadió que “no es de recibo que tanto la Presidencia de la Corte como Corte Plena tengan conocimiento de quejas de la ciudadanía y omita darles el trámite que la legislación exige. Esta es una obligación que impone la ley, sin posibilidad de evadir o suprimir tal responsabilidad”.

En declaraciones a UNIVERSIDAD, Cruz además observó que “me identifica a mí, pero no a los demás” magistrados o magistradas que le habrían presionado, aseveró que “nunca estuve de acuerdo con revocarle el nombramiento” y subrayó que “el Fiscal General no es un cargo de confianza de la Corte, sino un puesto con máxima desconcentración; afirmé en Corte Plena varias veces y en público que las causales u objeciones planteadas contra ella no daban para revocarla, ni siquiera para abrir una causa disciplinaria”.

Añadió que tuvo “muy pocas” conversaciones con Navas, “menos en esas fechas la iba a llamar porque sabía que enfrentaba una situación complicada. Si la gente ve como dirigí del debate en la Corte Plena cuando ella se presentó en la fecha en que se dio la crisis con relación al caso de contrataciones del MOPT, le di el trato que se merece con mucha consideración”.

Cruz insistió en que “nosotros no nombramos al Fiscal para que sea de confianza de la Corte, es un puesto con alta independencia” y acotó que cuando el tema se discutió en Corte Plena, “coincidí con (el magistrado presidente de la Sala Constitucional) Fernando Castillo, en que para abrir una causa contra la Fiscala General hay que tener un buen motivo, la Corte recibió muchas denuncias contra ella y todas fueron desestimadas, yo no intervine”.

Por otra parte, el Magistrado también aseveró que “me llama la atención que, habiéndose promovido como la Fiscala de hierro, ¿Cómo es que frente a una instancia o llamada telefónica que no hice, o frente a anuncios de posibles investigaciones, considera que es una coacción o amenaza y se va? Más bien, en la condición que ella se presentó siempre, se debió quedar para hacer frente a cualquier amenaza y denunciarla; pero no hizo eso, aceleró su proceso de jubilación, para lo cual tenía todo el derecho”.

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