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Población mundial llegará a 8.000 millones el 15 de noviembre

La población regional podría aumentar a alrededor de 695,5 millones en 2030 y se prevé un pico de alrededor de 751,9 millones de personas a mediados de la década de 2050.

Para que la población mundial alcanzara los 1.000 millones de habitantes, transcurrieron cientos de miles de años, y solo en unos 200 años más se multiplicó por siete. Hace 11 años el mundo alcanzó los 7.000 millones de personas y el próximo 15 noviembre superará los 8.000 millones, anunció el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas (ONU).

Según las últimas proyecciones de ONU habría unos 658.048.000 (658 millones) de personas en América Latina y el Caribe. Tanto la población mundial como la regional continúa creciendo, pero el ritmo de crecimiento se está desacelerando.

En 2020, la tasa de crecimiento de la población mundial cayó por debajo del 1% anual por primera vez desde el año 1950. En cuanto a la región de Latinoamérica, la tasa de crecimiento de la población regional está en 0,67 % anuales, muy por debajo de la tasa global, se prevé que a partir de 2026 la tasa baje constantemente, alcanzando una tasa negativa en 2056, para ya no volver a ser positiva.

Es decir, la población regional podría aumentar a alrededor de 695,5 millones en 2030 y se prevé un pico de alrededor de 751,9 millones de personas ya a mediados de la década de 2050, y partir de ahí, la población disminuye constantemente hasta alcanzar un nivel de 649,2 millones en 2100.

A nivel global, la fecundidad ha disminuido notablemente en las últimas décadas. En la actualidad, dos tercios de la población mundial viven en un país o zona donde la fecundidad es inferior a 2,1 nacimientos por mujer, aproximadamente el nivel necesario para un crecimiento cero a largo plazo para una población con baja mortalidad.

A nivel regional, la tasa de fecundidad se ubica en 1,85 nacimientos por mujer, entonces ya ahora está por debajo de la tasa mundial, y seguirá disminuyendo. Además, 29 de los 50 países latinoamericanos y caribeños cuentan con una fecundidad por debajo del promedio regional.

En el caso de Costa Rica las proyecciones internacionales (UNDESA) preveían una tasa de 1,7 para el 2025 y los datos observados del 2021 muestran una tasa 1,4 dato muy por debajo de las proyecciones.

Juan Luis Bermúdez Madriz, Jefe de Oficina del Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA, en Costa Rica, dio esta noticia en el foro “Demografía y Derechos Humanos”, y también recordó que en unos pocos meses el Censo Nacional 2022, dará un acercamiento a la realidad de la evolución demográfica de Costa Rica.

Ambos hitos, traen datos novedosos y requieren del ojo y de la mente experta que hablen de nuestra identidad común y del futuro para el cual debemos prepararnos, es decir, para crear resiliencia frente a la transición demográfica, pero esto también demanda el balance del enfoque de derechos humanos”, explicó Bermúdez.

Desde esta perspectiva, durante el foro se planteó que alcanzar los 8 millones de personas llega de la mano de una serie de desafíos en el ejercicio de los derechos humanos, en una región sumamente desigual, como lo es América Latina y el Caribe, y seriamente afectada por una crisis generada por el COVID-19, y en el caso de Costa Rica, una nación que ha venido acelerando su cambio demográfico.

Con respecto al panorama que dejó la pandemia, Simone Cecchini, Director del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE)-División de Población de la CEPAL dio una conferencia en la cual destacó que las muertes por COVID-19 en América Latina y el Caribe representan alrededor del 27% del total en el mundo registradas por el virus, pese a que la población de la región solo representa el 8,4% de la población mundial.

Este impacto tan negativo se relaciona con múltiples factores de riesgo, como el hacinamiento y la baja cobertura de agua, saneamiento, electricidad e internet, así como con las desigualdades sociales y la debilidad del sector de la salud. Por esto resulta indispensable situar la protección de los derechos y la promoción del bienestar de las personas, las familias y las comunidades en el centro de los esfuerzos”, afirmó Cecchini.

Por su parte, Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA indicó que las personas deben ser el centro, las personas no son el problema, sino la solución, pues la experiencia ha enseñado que invertir en la gente y en sus derechos propicia sociedades más pacíficas, prósperas y sostenibles.

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