La jefa de los diputados oficialistas y referente del movimiento político pro Rodrigo Chaves, Pilar Cisneros, cortó relación con el partido Aquí Costa Rica Manda que meses atrás había llamado “vehículo propio”, por considerar que en su cúpula persiste la injerencia de figuras que generan desconfianza.
Cisneros se aparta de ACRM a una semana de los comicios municipales que marcan el debut electoral de la agrupación y al mismo tiempo su primer derrota, pues por incumplimiento de reglas electorales quedó impedida de inscribir candidaturas para las alcaldías y sindicaturas.
Después de decir a Noticia Columbia que se hace a un lado de cualquier partido, este medio pidió a Cisneros una justificación y ella señaló una aparente mentira clave de parte del presidente de ACRM, Federico ‘Choreco’ Cruz, publicista cercano a ella y al presidente Rodrigo Chaves, de quien fue estratega de imagen electoral y asesor informal suyo desde mayo de 2022 en el gobierno.
“Federico Cruz aseguró públicamente que el antiguo dueño, Roberto Vargas, del partido Fuerza Nacional (que luego se convirtió en ACRM) había renunciado al partido para dar campo a las nuevas estructuras afines al presidente Rodrigo Chaves. Y no fue así”.
Roberto Vargas es un empresario que enfrenta una investigación por presunto lavado de dinero en el país y ha sido procesado por contrabando en Panamá. En una asamblea el 17 de mayo fue quien propuso a Cruz como presidente del Comité Ejecutivo de la agrupación política de tendencia chavista, como reportó el diario La Nación el 3 de julio.
Cruz ese mismo mes dijo a UNIVERSIDAD lo siguiente: “Tener una causa abierta por lavado de dinero, independientemente de quién sea, no significa que sos culpable. Sobre el proceso de él, hablálo mejor con él pero te aclaro que renunció para atender lo suyo”. Días después mostró una supuesta carta de renuncia de Vargas, el 5 de agosto, cuando se hizo el lanzamiento de ACRM con la promesa de ser el vehículo chavista para las elecciones municipales, con la participación estelar de Cisneros.
Ahora, una semana antes de las elecciones, el panorama es otro: “Es obvio que ese señor y otros miembros de su familia siguen ocupando puestos de relevancia en las estructuras superiores de ACRM, lo cual no me da ninguna confianza sobre el manejo de las asambleas y la elección de los candidatos a los diferentes puestos de elección popular”, añadió Cisneros, cuyo rostro aparece en numerosas vallas de ACRM en diferentes cantones del país.
Consultada sobre la posición del resto de diputados oficialistas, ocho legisladores también participaron en aquel lanzamiento el 5 de agosto, Cisneros dijo que no ha conversado con ellos, pero que tiene señales de que tampoco están ya con el partido. “No los siento comprometidos con la campaña, presumiblemente por razones parecidas”, contestó la diputada.
De esta manera llegan las elecciones municipales sin que Cisneros tenga partido al menos de manera explícita, pues también reniega de Progreso Social Democrático (PPSD) a pesar de que fue la plataforma que usó el chavismo para ascender al poder en 2022 y de que se resiste a renunciar a la militancia en esa organización, lo cual le permite aprovechar recursos en la Asamblea Legislativa.
