El Banco Central de Costa Rica (BCCR) anunció que las tasas de interés máximas (tasa de usura) para créditos y microcréditos que regirán a partir de enero 2023 fueron elevadas levemente, aunque para la mayoría de los costarricenses el ingreso real se ha quedado estancado, debido al congelamiento salarial, reducción de ingresos y aumento de la equidad en el país.
De acuerdo con el anuncio del BCCR, la tasa máxima de los créditos en colones será de 38,55%, mientras que el semestre pasado se ubicó en 38,16%, en dólares se fijó en 30,53%, y estaba en 30,27%.
Además, quienes tienen microcréditos por debajo de ₡693.300 podrían ver elevada su tasa de interés del 53,83% al 54,37% para colones y de 42,86% a 43,23% en dólares.
Aunque podría parecer un pequeño porcentaje de variación, lo cierto es que la tasa de usura ha venido creciendo de manera sostenida en los últimos semestres, de hecho, en el segundo semestre del 2022 se encontraba en el 33,41% para créditos en colones, y en dólares era de 27,72%, mientras que los microcréditos en ese período se ubicaban en montos máximos de 47,23% y 39,32%, respectivamente.
Para el economista Daniel Vartanian las tasas activas del sistema financiero han mostrado un aumento real que sí es significativo y resulta que con éstas se usan como base para definir la tasa máxima.
“Ese incremento de las tasas financieras se dan en un contexto de ingresos de la población sumamente deprimido, lo que nos hace inferir que los hogares con menores ingresos están teniendo un mayor deterioro que el resto de los hogares con mayores ingresos, y también que están teniendo una disminución en el ahorro acumulado al tener enfrentar mayores costos para financiar el consumo”, indicó Vartanian.
De hecho, el Banco Central confirmó que el ingreso real de las personas trabajadoras del sector público había caído en un 20% desde febrero del año 2020 a octubre del 2023, y aunque los ingresos del sector privado sí experimentaron algunas alzas, no ha sido suficiente para que el ingreso promedio real alcance los niveles registrados antes de la pandemia.
El aumento de la tasa de usura fijado por el BCCR significa que las tarjetas de crédito y los créditos de corto plazo podrían incrementarse aún más, y permitirles a los bancos y entidades financieras mantenerse dentro de los márgenes legales.
Sobre todo, tomando en cuenta que una gran porción de los costarricenses se encuentra endeudada con créditos de consumo, tanto así que este tipo de créditos sumados con los de vivienda abarcan un 62% del total.
“Ya es hora de que el INEC reconozca el costo financiero del consumo, es decir, la tasa de interés por compras con tarjetas de crédito y que actualmente no está contemplado en el Índice de Precios al Consumidor, porque si se calculara ese costo adicional, probablemente no tendríamos inflación negativa, como muestran las estadísticas oficiales”, añadió el experto.
