País Solicitó audiencia a CCSS para impulsar consulta previa a reforma al IVM

Presidenta de Inamu advierte que pensión de mujeres a los 65 sería un retroceso en equidad de género

En 2005 se logró establecer una diferenciación en la edad de jubilarse y en el sistema de cuotas femeninas, debido a las brechas, así como la recarga del hogar y el cuido que enfrentan las mujeres trabajadoras

La Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) discute este 20 de mayo una propuesta de reforma al régimen de pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) y uno de los principales cambios que impulsan es aumentar la edad pensión a los 65 o eliminar el retiro anticipado, tanto para hombres como para mujeres. Esta variación es un evidente retroceso en materia de equidad de género aseguró la ministra de la Condición de la Mujer y Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), Marcela Guerrero.

La jerarca comentó a UNIVERSIDAD que no tenía claridad de que la Junta Directiva (con excepciones de la representante de los trabajadores), busca aprobar esta reforma a golpe de tambor, por lo cual, solicitó esta tarde una audiencia a los miembros de la directiva de la Caja para exponer las razones de peso sobre la necesidad de mantener una normativa diferenciada en el régimen de IVM, algo que desde el 2005 el INAMU ya había expuesto y logrado.

Incluso, indicó la jerarca, que en dos ocasiones más ha solicitado a la CCSS audiencia para conocer diversos temas que afectan a las mujeres, incluyendo la reforma de pensiones, sin respuesta positiva. En esta ocasión, hizo una solicitud expresa de posponer el conocimiento y la votación hasta que los argumentos del INAMU sean considerados.

“Desde lo más básico, las mujeres a lo largo de la vida tenemos un desgaste adicional, con jornadas de hasta ocho horas diarias, la responsabilidad del cuido de hijos y personas dependientes y el trabajo doméstico no remunerado; con tasas de participación menores; falta de oportunidades y muchas veces ingresan tardíamente al empleo, además de la desigualdad en la remuneración para cargos exactamente iguales”, detalló Guerrero.

Guerrero sostiene que se trata de un retroceso en derechos de las mujeres obligarlas a trabajar más horas para completar las cuotas y que lo menos que el país puede hacer, es mantener la diferenciación que les reconoce ese trabajo históricamente invisibilizado, que incluso está calculado por el Banco Central en un 25% del Producto Interno Bruto (PIB).

“Me parece aún peor que vengan a borrar, con una propuesta técnica que no conocemos, esa diferenciación que compensaba las asimetrías laborales, tomando en cuenta que las mujeres son las más afectadas en esta crisis por el COVID-19. Definitivamente se debe dar una discusión más tranquila, mejor explicada y eliminar la incertidumbre de que las condiciones de las mujeres en pro de la igualdad, sean violentadas”, añadió.

Aseguró que no solo solicitó la audiencia de inmediato a la CCSS, sino que pedirá que dicho equipo técnico realice consultas a diversas instituciones que son parte de la lucha por la equidad de género.

Exjerarcas indignadas

Precisamente, la reforma que estudia que la CCSS echa atrás un logro obtenido en el año 2005, cuando desde el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) se logró reconocer con un trato diferenciado en la edad y el sistema de cuotas, que las mujeres experimentan una evidente brecha de desigualdad y discriminación laboral.

Las mujeres se ven obligadas a interrumpir sus carreras laborales por múltiples razones, entre ellas las labores de cuido de hijos y familiares, una mayor tendencia a ser expulsadas del mercado laboral, o en su defecto, cargan sobre sus hombros dobles o triples jornadas de trabajo. Por ende, el tiempo de cotización y las cuotas no deberían contabilizarse de la misma manera que en el caso de los hombres.

Estas reformas que fueron presentadas ante la Junta Directiva de la CCSS desoyen una serie de valoraciones que tanto el INAMU, como organizaciones de mujeres plantearon tiempo atrás en las mesas de negociación donde se discutieron las posibles reformas al IVM.

Para la exministra de la Condición de la Mujer, Gloria Valerín, esto significa un retroceso inaceptable en materia de derechos de las mujeres, porque es más que evidente -y no hace falta demostrarlo a nadie- que la vida cotidiana de las mujeres está marcada por un mayor trabajo, en ocasiones hasta triples jornadas, por lo cual su desgaste físico y emocional es superior.

En su criterio, es totalmente discriminatorio obligarlas a trabajar muchos años más; no se escucha el pronunciamiento de las organizaciones civiles que defienden los derechos de las mujeres, y mucho menos de las autoridades.

“Cuando una acepta ocupar un cargo público, como una diputación, ministerio o la Presidencia Ejecutiva del INAMU tiene que entender que debe hacer frente a lo que sea para evitar el deterioro de las condiciones de vida de la población; y en este caso realmente me siento defraudada, ante las acciones de un grupo de corriente machista y patriarcal que pretenden hundir aún más a las mujeres, pero sobre todo por esos sectores que de gobierno que no nos defienden”, recalcó Valerín.

Por su parte, Patricia Mora, exministra de la Condición de la Mujer recordó que la lucha de las mujeres por avanzar en la conquista de sus derechos ha sido histórica, producto de las desigualdades y discriminación en todos los ámbitos.

“Más allá de esto, existe un marco de protección internacional y nacional aprobados por nuestro Estado que exigen medidas para el cierre de brechas, las mujeres no accedemos al mercado laboral con igualdad de trato, solo basta ver las estadísticas de participación de hombres y mujeres, por ende, sufren más desempleo y subempleo, sumado a la brecha salarial”, dijo Mora.

La exministra recordó que fue precisamente el INAMU el que participó en las reformas al régimen de IVM y contó con los aportes de diversas organizaciones para mejorar el acceso de las mujeres a los seguros sociales por derecho propio y se avanzó en acciones afirmativas, teniendo como base el reconocimiento central del trabajo no remunerado.

“La alarma se prende cuando vemos que los principales logros de esa reforma del año 2005, que establecía tablas diferenciadas para las mujeres, retiro anticipado, pensiones reducidas para quienes cotizaron, pero no alcanzan las requeridas. Estos logros se han visto afectados por otras reformas y en este momento -en tiempos de catástrofe social- las propuestas pretenden eliminar lo poco que queda de estos avances”, agregó Mora.

 

 

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