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País pierde a sus jóvenes por muertes violentas en homicidios, accidentes de tránsito y suicidios

La violencia, la desigualdad social, la construcción de la masculinidad, así como un abandono por parte del Estado a esta población son considerados por diferentes especialistas como factores que inciden en estos fallecimientos.

El país afronta actualmente una dura realidad: está perdiendo a muchos de sus jóvenes por muertes violentas como homicidios, accidentes de tránsito y suicidios. 

Así lo revelan estadísticas del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), de enero del 2020 a diciembre del 2022, las cuales señalan que la población entre 18 y 29 años de edad, en su mayoría hombres, es la más golpeada por este tipo de decesos. 

La violencia, la vulnerabilidad social, la construcción de la masculinidad, así como un abandono por parte del Estado se encuentran entre los factores que inciden en estas causas de muerte, aseguran diferentes expertos consultados.

Según estadísticas del OIJ, en el año 2022, un total de 432 personas fallecieron por suicido, siendo 114 (26,39%) personas jóvenes, específicamente 95 hombres y 19 mujeres. (Foto: Fabián Mena)

“Este es un tema mundial. En realidad la gente está muriendo más por diferentes motivos asociados a algo que desde la perspectiva de la salud pública es muy importante: la violencia. El suicidio, el homicidio y el accidente de tránsito son causas de muerte violentas entre la población joven”, indicó Mauricio Vargas, salubrista y exdirector de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Costa Rica (UCR). 

“(…) Se nos está yendo las manos esto verdad, y si no hacemos algo ya no sé a dónde vamos a terminar”, agregó Vargas, haciendo énfasis en el abandono de esta población por parte del Estado.

Homicidios

Según estadísticas del OIJ, de las tres, los homicidios encabezan estas muertes violentas en el país. En el 2020, por ejemplo, a nivel nacional se presentaron 570 homicidios, de los cuales, 230 (40,35%) se dieron en personas entre los 18 y 29 años de edad, siendo 205 hombres y 25 mujeres. 

Este número aumentó en 2021 cuando se contabilizaron 586 homicidios. Del total de estas muertes 213 (36,35%) se presentaron en este grupo etario: 190 hombres y 23 mujeres.

De igual forma, en el 2022, esta cifra continuó creciendo, sumándose así 657 muertes en el país, de las cuales 247 (37,6%) se dieron en esta población joven, específicamente 226 hombres y 21 mujeres. 

Accidentes de tránsito

Los accidentes de tránsito, por su parte, secundan estas muertes violentas a nivel nacional.

De acuerdo con el OIJ, en el 2020 (en medio de la pandemia y la restricción vehicular), 578 personas fallecieron por esta causa.

Del total de estos decesos, 160 (27,68%) corresponden a personas entre los 18 y 29 años de edad, siendo 137 hombres y 23 mujeres.

En 2021, con menos restricciones de movilidad, esta causa de muerte siguió al alza, alcanzando un total de 692 muertes, de las cuales 218 (31,5%) se dieron en esta población joven: 194 hombres y 24 mujeres.

Un año después, en 2022, se presentaron 619 decesos por accidentes de tránsito en todo el territorio nacional. Del total de muertes por esta causa, 238 (38,45%) se presentaron en este grupo de edad; sin embargo, no se cuenta con información desagregada por género. 

Suicidios

Los suicidios se suman a estas causas de muerte que afectan —en mayor medida— a la población joven. 

De acuerdo con el OIJ, en 2020, por ejemplo, en el país se contabilizaron 381 suicidios, de los cuales 116 (30,45%) corresponden a personas entre los 18 y 29 años de edad: 91 hombres y 25 mujeres.

Este número aumentó levemente en 2021 cuando se presentaron 388 muertes por esta causa. Del total de estos decesos, 108 (27,84%) se dieron en este grupo etario, siendo 90 hombres y 18 mujeres.

La tendencia al alza continuó un año después, en 2022, cuando un total de 432 personas fallecieron por suicidio, siendo 114 (26,39%) personas jóvenes, específicamente 95 hombres y 19 mujeres. 

 

En el año 2022, de acuerdo con el OIJ,  se contabilizaron 657 homicidios en el país. Del total de estas muertes, 247 (37,6%) se dieron en personas entre los 18 y 29 años de edad. (Foto: Katya Alvarado)

Construcción de la masculinidad

Además de la violencia, la construcción de la masculinidad en la población joven, juega un papel importante en estas tres causas de muerte. Así lo señaló Mario Zúñiga, profesor de la Escuela de Antropología de la UCR.

En los homicidios, suicidios y muertes en las carreteras deben analizarse la variable de la edad y la variable del género. Son conductas humanas que están vinculadas con una construcción social de quiénes somos, quién es la persona que mata, quién es la persona que se autoelimina, o quién es la persona que tiene conducción temeraria en carreteras, y que toma licor de más o se droga”, indicó Zúñiga.

“En el tema del género, la construcción de la masculinidad juega un papel fundamental y sobre todo la masculinidad de hombres jóvenes. Eso apunta o se vincula con las habilidades o no que tengan los jóvenes de establecer y gestionar conflictos intersubjetivos o consigo mismos”, agregó.

En esa misma línea, Zúñiga destacó que la construcción de la identidad masculina atraviesa por la dificultad de construir lazos y expresar sensaciones o sentimientos que hacen sentir a los hombres “débiles” o “vulnerables”, así como un excesivo énfasis en la lógica de la competencia.

Abandono de institucionalidad pública

A estos factores, el salubrista Mauricio Vargas agregó que en el país existe un abandono por parte de la institucionalidad pública.

“Está es una población abandonada por la institucionalidad pública. Porque si uno ve en Costa Rica, por ejemplo, hay un grupo, casi medio millón de personas que están en condición de pobreza, dentro de este grupo etario. Entonces eso es una condición que, finalmente, lleva esta población a cierto tipo de comportamientos, llamémosle búsqueda de soluciones a sus problemas”, mencionó Vargas.

“El tema de la pobreza está asociado también a la falta de oportunidades educativas, de trabajo, etc. Entonces ya comenzamos a mezclar esto, como lo estamos viendo, con tráfico de drogas, sicariato, etc. Es una manifestación de un problema social. (…) Tenemos un Gobierno que no invierte en lo social. Hay una posición fiscalista y no invertimos en lo social, en la educación pública, en la salud, etc., y esta gente que viene para arriba está sufriendo ya el impacto de esta realidad”, agregó.

Zúñiga, por su parte, agregó que, por ejemplo, los asesinatos se desarrollan de manera más incidental entre hombres jóvenes de sectores populares.

“El elemento que tenemos que sumar a la reflexión es la desigualdad social y la incapacidad de los Estados de brindar alternativas de movilidad social, promoción social, gestión de derechos humanos, que permitan que amplios sectores de la población tengan acceso a una educación pública de calidad o tengan acceso a un mercado de trabajo que les garantice un un salario digno”, mencionó el antropólogo. 

Para el antropólogo, en el país es necesaria una política pública de prevención de la violencia que garantice los derechos humanos.

“Como política de prevención de la violencia, la mejor política pública que podemos desarrollar es la que garantice los derechos humanos. Y eso se realiza a través de garantizar los servicios públicos que son necesarios para esa construcción: educación pública, salud pública, y ambientes seguros de crecimiento y de reafirmación de la identidad”, añadió. 

Finalmente, el director del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UCR, Javier Tapia, destacó que, en el caso del suicidio, los principales factores que inciden en su consumación son la ansiedad, la soledad, la carencia de vínculos sólidos y fuertes, el consumo de sustancias alcohol y drogas, así como la falta de oportunidades. 

“La sociedad no ofrece oportunidades para el desarrollo de los jóvenes. El desempleo juvenil es importante y las oportunidades educativas que existen en el país no se aprovechan creo yo por la dificultad económica tan grande que hay entre muchas familias”, explicó Tapia. 

Tapia considera además que en Costa Rica es necesario facilitar a la población el acceso a los servicios efectivos de salud mental, poner atención especial a los jóvenes que consumen sustancias, realizar intervenciones comunitarias para reducir el riesgo de suicidio, entre otros.

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