País Zonas y comunidades deprimidas son el principal eje de inversiones

País avanza en infraestructura educativa

Ejecución de fideicomiso con el BID para desarrollar 103 proyectos aún tiene procesos pendientes, pero autoridades confían en que cumplirán tiempos.

El tema de infraestructura educativa es de prioridad en materia de desarrollo educativo, debido a que por muchos años se dejó de invertir en esta área y existe un gran rezago; sin embargo, las autoridades del Ministerio de Educación Pública (MEP) aseguran que se está avanzando fuertemente en el impulso de proyectos que mejoren las condiciones de escuelas y colegios públicos del país.

Durante la Administración de Luis Guillermo Solís se han invertido unos ₡190.600 millones para atender las necesidades en infraestructura en más de 900 centros educativos.

Tomando en cuenta que los mayores problemas de infraestructura se ubican en las zonas rurales y áreas costeras del país, de acuerdo con el más reciente Informe Estado de la Educación, parece que el gobierno ha entendido que la mayor cantidad de inversión tiene que orientarse a estas zonas.

Para inicios de este 2017 se espera la entrega de 179 proyectos de infraestructura en todo el país y hay en proceso 801 iniciativas más, que se impulsarán a lo largo de este año.

De esas construcciones, en la zona de Puntarenas hay 47 por entregar y 165 en proceso, para Guanacaste 27 están casi listos y 103 se encuentran en fase de desarrollo.

Limón tiene 111 proyectos, entre los que ya están casi listos y lo que se están desarrollando, en la provincia de San José 28 serán entregados dentro de poco y hay 176 proyectos en diferentes fases. Alajuela está pendiente de 183 centros educativos por entregar, Heredia de 40 y Cartago de 45.

Entre los centros educativos que ya fueron entregados destaca el caso del Colegio Técnico Profesional de Santo Domingo de Heredia, donde se llevó a cabo una inversión de ¢2.756 millones y permitió a los jóvenes pasar de aulas provisionales y hacinadas a un lugar con áreas verdes, zonas de esparcimiento, 28 aulas, rampas de acceso y espacios para actos culturales y parqueo.

Según el MEP, en Bratsi y Daytonia de Talamanca también se entregaron centros educativos, con una inversión de ₡934 millones, para beneficiar a 385 estudiantes de comunidades indígenas.

Asimismo, se invirtió en la Escuela de Colorado de Abangares, donde 225 estudiantes pasaron de recibir clases en un salón comunal a contar con una escuela que costó ₡256 millones.

“Los nuevos centros educativos combinan los principios de eficiencia presupuestaria con elementos estéticos modernos. Gracias a un trabajo arquitectónico inteligente se construyen escuelas y colegios de calidad que satisfacen las necesidades académicas de la comunidad estudiantil, sin dejar de lado la transparencia en el manejo de los fondos públicos y la urgencia de dotar de mejor infraestructura a los centros educativos, en el menor tiempo posible”, indicó Sonia Marta Mora, ministra de Educación Pública.

Fideicomiso avanza lento

De acuerdo con el viceministro Administrativo del MEP, Marco Fallas, el tema de infraestructura se abarca a nivel nacional desde dos vías, una por medio del presupuesto internacional, que ha permitido realizar todas las inversiones mencionadas y otra mediante un fideicomiso conjunto entre el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Nacional de Costa Rica.

Este fideicomiso es producto de un proyecto de ley que fue presentado ante la Asamblea Legislativa en el año 2011 y que fue aprobado en el 2013. Pero la contratación de la unidad ejecutora por medio de una licitación pública internacional se dio a mediados del 2015.

Fue hasta ese momento en que se pudo comenzar a ejecutar el programa, el cual establece una inversión de $167,5 millones de dólares para construir 79 centros educativos completos y 24 salones multiuso, es decir, 103 proyectos distribuidos a lo largo y ancho del país.

“Esto sin duda promete un impacto muy positivo en el tema educativo y tendrá impacto en lo que tiene que ver con las economías locales, pero plantea un gran reto en términos de ejecución porque son muchos actores. Además, los costos de inversión fueron definidos con valores referenciales estimados en el año 2010; esto también es un reto en términos de cumplimiento”, explicó Fallas.

Para el impulso de esos proyectos no se contaba con anteproyectos arquitectónicos, ni estudios preliminares, planos o terrenos. De allí que la unidad ejecutora ha tenido que hacer todos estos procesos, previo al inicio de las construcciones. Todo esto ha generado atrasos en la ejecución del fideicomiso.

A la fecha se han entregado solamente dos proyectos, debido a que ya contaban con planos, diseños y estudios preliminares, que fueron el centro educativo de San Isidro de León Cortés y el de Mata de Plátano.
Asimismo, hay 21 centros educativos que están en proceso de licitación y a punto de recibir las ofertas para ser adjudicados; de esos, el viceministro Fallas puso especial atención en la Escuela de la Carpio, una zona en la que hay una gran deuda histórica en el cumplimiento de condiciones educativas para sus niños.

“Los estudiantes de la comunidad reciben lecciones en espacios diversos, con triples jornadas y en condiciones que están lejos de ser las óptimas. Aquí se ha dado un fuerte trabajo interinstitucional, pues se tuvo que reubicar a las 23 familias que se encontraban en el terreno que donó el IMAS; con la donación de la empresa privada logramos planos definitivos y ya la semana pasada recibimos ofertas para adjudicar el proyecto”, indicó el viceministro.

Hay otros 19 centros educativos en los que están a punto de publicar el cartel de licitación y un total de 27 centros que ya cuentan con anteproyecto arquitectónico y un grupo más de 26 están en un proceso previo.
Para otras de las iniciativas aún no se han podido adquirir los terrenos, pues por las condiciones de las zonas en que se ubicarían existe un tema de vulnerabilidad ambiental que deben resolver, como el caso del centro educativo del

Pacto del Jocote en Alajuela.

¿Necesidades reales?

En materia de infraestructura se han dado situaciones en el pasado, en que se construyen edificaciones que realmente no responden a las necesidades reales de la zona, por ejemplo, grandes centros educativos para comunidades que tienen muy pocos niños.

En este sentido, indicó Fallas que en el programa del Fideicomiso, todo el proceso incluyó una revisión exhaustiva de las necesidades educativas, se hizo un levantamiento de las condiciones de cada una de las zonas donde se impulsarán los proyectos, se evalúo la demanda y, por lo tanto, las condiciones que debía cumplir cada centro para satisfacerlas.

“En el caso de los desarrollos de centros educativos con fondos del fideicomiso, esta situación no se dará, pues tienen la debida programación para satisfacer las demandas reales”, argumentó el viceministro.

En la vertiente de inversión por presupuesto, añadió el vocero del MEP, el asunto es que la nueva administración asumió proyectos que ya habían sido empezados, incluso con recursos asignados, con algún nivel de avance y con compromisos contractuales, lo que incide directamente en el cumplimiento efectivo, aunque las condiciones de la edificación sobrepasen o, por el contrario, sean insuficientes para satisfacer la demanda.

Fallas insistió que en los nuevos procesos, desarrollados por el MEP, este es un tema en el cual se está poniendo especial atención.

 

 

 

 

 

 

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