En el tercer round en el Plenario legislativo por los audios de la exministra de Comunicación Patricia Navarro, diputados del Partido Liberación Nacional (PLN) y del Frente Amplio (FA) descalificaron la defensa del Gobierno, e incluso se anunció que se remitirá al Ministerio de la Presidencia la solicitud de los documentos para sustentar el alegato de que los “cariñitos” que solicitó el presidente Rodrigo Chaves fueron mejoras en edificaciones para sus escoltas.
Así lo anunciaron los diputados Danny Vargas y Francisco Nicolás del PLN. “Pediremos quien contrató la remodelación de las instalaciones del resguardo presidencial, estamos preparando la nota para doña Natalia (Díaz, ministra de la Presidencia)”, expresó Nicolás.
Esto evidenció la desconfianza en sectores de la oposición con respecto a los alegatos del Gobierno en este caso, que calificaron de mentiras. “Esto es un nuevo capítulo del pacto Chaves-Cisneros y su estrategia para la defensa de la corrupción, esos audios demuestran la insistencia por el tráfico de influencias, doblar brazos y ver cómo se brincaban el aparato jurídico”, dijo Robles.
Robles también aseguró que varias de las defensas de Zapote han sido refutadas, entre ellas, que la exministra Navarro es una mentirosa, porque los audios no han sido desmentidos; que el proceso se originó en el BCIE, porque se diseñó el contrato en Casa Presidencial y el presidente Chaves “se metió a decir cómo se iban a usar los fondos”; que los “caprichitos y cariñitos” que pidió el Presidente se referían a arreglos de unas oficinas de escoltas, y que la información se iba a divulgar a petición de este caso. “Solicité el contrato desde hace tiempo, Casa Presidencial me lo negó, por supuesto, pero el BCIE me lo dio desde el 16 de octubre”, dijo Robles.
Por su parte, Nicolás también descalificó las defensas de Casa Presidencial. Afirmó que los hechos demuestran que el Gobierno mintió al indicar que se trató de una licitación transparente, porque el contrato se confeccionó de previo con los interesados, para favorecer a los allegados; que el proceso de concurso posterior fue “una pantomima”, y que se tiene la costumbre de “pedir peaje, o en el lenguaje presidencial, cariñitos”, dijo.
La refutación a estas participaciones corrió de nueva cuenta por la diputada Pilar Cisneros, del Partido Progreso Social Democrático (PSD), quien se limitó a repetir lo que dijo ayer en el mismo espacio: que la licitación fue abierta, a diferencia de anteriores gobiernos que utilizaron los recursos del BCIE “a dedo”.
