No importó que unas 70 personas representantes del sector agropecuario hubiesen tramitado con antelación su participación en las barras de la Asamblea Legislativa, al llegar el dispositivo seguridad simplemente les impidió ingresar al edificio.
Ello generó incluso un “altercado” entre uno de los productores y un integrante del cuerpo de seguridad legislativa, según detalló Jesús Calderón, del Encuentro Social Multisectorial.
Todo comenzó a raíz de que esa organización logró una audiencia en la Comisión de Agropecuarios, con el propósito de impulsar un proyecto de ley que sirva como “contención” y evitar la quiebra de muchas personas pequeñas productoras.
Para ello, se había enviado con antelación una lista de personas que acudirían: dos a comparecer ante la comisión, diez a la barra de público de esa instancia y unas 60 que acudirían a la barra del público del plenario.
“Llegamos y nos encontramos que si acaso dejaban entrar a los expositores, después que a diez de la lista y el resto no”, explicó Calderón.
Al parecer, el problema radica en un acuerdo que tomó el Directorio Legislativo, presidido por Rodrigo Arias, a partir de un oficio suscrito por los directores de los departamentos de Relaciones Públicas, Servicios Generales, jefaturas de la Unidad de Ujieres y Seguridad y la coordinadora de la Comisión Institucional de Emergencias.
Se dispuso aplicar una serie de medidas superlativamente restrictivas a la participación ciudadana en la Asamblea Legislativa, como que encuentros, foros u otras actividades se deben realizar “de forma virtual”, o “no autorizar más de una actividad presencial por semana a los departamentos administrativos, para darle especial atención a las actividades solicitadas por diputados y diputadas”.
Además, “no se autorizarán actividades que requieran transmisión en el mismo horario de los órganos legislativos”.
También se acordó restringir el préstamo de los salones de la Asamblea Legislativa a entidades externas, o que quienes reciben visitantes “deberán hacerse responsables, a fin de que velen porque permanezcan solamente en el área o reunión donde fueron autorizados. De la misma manera asegurarse de la salida de estas personas, una vez finalizada la actividad”.
Otra de las disposiciones restringe las visitas “única y exclusivamente para los viernes o días en que los diputados no estén en su quehacer ordinario, con el propósito de evitar problemas con seguridad, uso de ascensores y otros inconvenientes”.
“Es un ridículo”
Calderón relató que cuando el nutrido pero bien portado grupo de personas productoras pretendía ingresar al brutalista edificio de la Asamblea Legislativa, “comenzó la seguridad a incomodar, a provocar”, al punto que uno de los agentes “tuvo un altercado con un productor y hasta amenazó con llamar a la policía”. La respuesta de Calderón fue increpar que “si son de seguridad y son bastantes, ¿ cómo es posible que llamen a la policía?, es un ridículo”.
El activista logró comunicarse con el diputado Pedro Rojas, presidente de la Comisión de Agropecuarios, intervinieron además algunos otros legisladores y legisladoras y se tomó la decisión de permitir ingresaran unas 30 personas a la barra de la Comisión, “nosotros no íbamos a perder la audiencia”, acotó.
A pesar del trago amargo, Calderón dijo que se cumplió el objetivo de que los diputados “sintieran que el proyecto tiene apoyo, gracias a un despliegue a nivel nacional con representantes diferentes zonas del país”.
También destacó que en la mencionada Comisión “los diputados hicieron protesta, no les pareció el trato que recibimos”
Por ejemplo, al hacer uso de la palabra el liberacionista Geison Valverde se refirió a los hechos y manifestó que “no se puede dejar pasar”, pues se trata de la “gobernanza y administración de esta Asamblea Legislativa, que es el Primer Poder de la República, la casa del soberano, aquí entra el soberano que es cualquier ciudadano de este país”.
Dijo que por ello “no me gustó la actitud que se tuvo al inicio, cuando los señores y señoras llegaron a la Asamblea Legislativa, es un llamada de atención, pueden existir protocolos, pero son para que ordenadamente puedan entrar las personas”.
Destacó que quienes llegaron tuvieron un buen comportamiento, “aprovechando que está la señora Magaly (Camacho) jefa de seguridad, es una inquietud y una molestia que hoy tuve”.
