País Albergues dan abrigo a 7000 evacuados

Nate deja estela de dolor y destrucción

La Comisión Nacional de Emergencias organizó 94 albergues para cobijar a los evacuados por el temporal

Lo que comenzó como una depresión tropical, se convirtió en una feroz tormenta que, a su paso por Costa Rica,  dejó daños en infraestructura pública, vivienda y la perdida de diez vidas humanas .

Luego de 72 horas de  intensas lluvias, este viernes 6 de octubre el sol volvía a asomarse, dejando al descubierto la evidencia de un país sumergido en el barro y la vulnerabilidad.

Los últimos reportes oficiales, señalaban que  Nate provocó que más de 7.000 personas tuvieran que ser evacuadas y alojadas en los 94 albergues que organizó la Comisión Nacional de Emergencias en distintos puntos del país.

UNIVERSIDAD, hizo un recorrido por algunas de las zonas impactadas por la tormenta y conversó con las víctimas que la tormenta dejó sin techo.

Barrio El Carmen, en Desamparados

“¡Vale que no era la noche! Porque si no quién sabe qué hubiera pasado.  Cuando se vino ese montón de tierra eran como las 11 de la mañana, estaba solo con mi abuela, cuenta  Yancy Hernández, vecina del Barrio El Carmen, del Llano San Miguel, en Desamparados.

Hernández, vive en una de las zonas afectadas por la tormenta y los deslizamientos. Tiene más de 30 años de vivir en la zona y aunque ella y su familia estaban acostumbrados a que todos los años un pedazo de tierra se desprenda, em esta ocasión el susto fue mayúsculo.

La casa que corrió más peligro es la de su abuela. La Comisión Nacional de Emergencias y el alcalde de la municipalidad de Desamparados, hicieron una inspección tras las primeras 24 horas de tormenta y les recomendaron salir de manera inmediata, sin embargo muchas horas después de esa indicación no todos han salido. El apego y el miedo los retuvieron en una casa construida al borde de una montaña y debajo de otras viviendas que también amenazan con deslizarse.

“Mi abuela no quería salir –explicó Yancy en la tarde del viernes, cuando el agua ya se había calmado y el sol había reaparecido-  pero al final lo tuvo que hacer. Ella tiene 82 años. Si se quedaba aquí y pasaba algo más, sacarla hubiera sido difícil”, agregó la vecina de Desamparados.

En Jericó de Desamparados, algunas laderas no soportaron la constante lluvia que cayó en menos de 24 horas. Fotografía: Miriet Ábrego

Albergues

La Comisión Nacional de Emergencias, anunció ayer que tenían habilitados un total de 94 albergues, con más de 7000 personas refugiadas, en lugares como Guanacaste, Cartago y el Valle Central.

Muchos de los que allí estaban llegaron raíz de los daños que sufrieron sus casas y del peligro que representaba quedarse en lugares cercanos a ríos o en peligro de aludes e inundaciones.

Los albergues se organizaron en escuelas públicas, salones comunales e iglesias.

En uno de estos albergues, en Jericó de Desamparados 35 familias  aguardaban a que las lluvias escampen o hasta que les confirmen que ya es seguro volver a sus hogares o  si perdieron sus casas encuentren una manera en que puedan ser reubicados.

Yendry Padilla Ureña, es una de las personas que ante la furia del agua no dudo y junto a sus dos hijos, decidió irse para el albergue de Jericó.

“Yo es que vivo a la par de un río, entonces es peligroso por la creciente. Se me mete el agua a la casa. Cada vez que crece el río se sube y me da miedo que pase a más”, explicó Ureña.

Su casa es muy vieja y con las fuertes lluvias le dio miedo arriesgarse junto a sus hijos a que algo malo les ocurriese.

“Llamé al 911 para que llegaran e hicieran una inspección en mi casa. La quebrada suena muy duro. Nunca ha llegado nadie que nos diga que salgamos de ahí. Siempre ha habido problemas, pero uno lo soporta, pero este año fue más peligroso que los otros años”, apunto Yendry mientras sostenía a uno de sus bebés en brazos en las gradas del albergue.

Más de 7.000 personas fueron evacuadas hacia los albergues debido a daños considerables en sus hogares. Fotografía: Miriet Ábrego.

En el barrio Los Marines, las casas quedaron al borde de un barranco, luego de que una gran parte de tierra se deslizara montaña abajo.

Elizabeth Martínez, fue una de las afectadas. Ella junto a su hija y su esposo se mantienen en este mismo albergue. Relatan que han recibido una buena atención, que les dieron ropa seca, comida y cobijas.

Zonas de riesgo

Las zonas  afectadas por la tormenta Nate no son desconocidas, ni habían pasado inadvertidas. Cientos de las personas que debieron ser evacuadas habían sido previamente notificadas que sus viviendas se encuentran en lugares peligrosos. Pese a esas advertencias, muchas familias decidieron permanecer en esas viviendas bajo amenaza y salieron solo ante la inminencia de perder sus vidas.

Según la Comisión Nacional de Emergencias, el  cantón de Desamparados es uno de los territorios donde más zonas de riesgo existen ya localizadas y donde se tienen lugares prioritarios para reubicación.

En ocasiones anteriores, se ha hablado  que el país requiere de una actualización de planes y leyes -que datan de hace más de 30 años- y que permitan regular y restringir el crecimiento de la población en zonas seguras.

Ahora, con las toneladas de agua que Nate lanzó sobre techos, canoas y montañas, tocó rehubicarlos, una vez más y la carrera. A la furia natural se le suma así, el descuido y la falta de planificación.

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