País Especialistas en salud y lactancia:

Mujeres renunciarán a la maternidad o lactancia para poder asumir jornada de 12 horas

El proyecto de ley, aprobado en primer debate en el Día de la Madre, impide sujetar a mujeres en periodos de lactancia en este tipo de jornadas, pero la necesidad de trabajo es mucha, así como la discriminación y rechazo a la lactancia, relatan múltiples madres trabajadoras.

La brecha laboral entre mujeres y hombres empeora cuando estas son madres, además, con la maternidad sufren de una creciente pobreza y deben luchar con frecuencia por obtener el derecho a dar de comer a sus bebés durante los primeros años de su vida, relatan múltiples entrevistadas por UNIVERSIDAD. Cuatro especialistas en salud, lactancia y maternidad aseguran que las jornadas de 12 horas empeorarán este crítico panorama laboral.

“A mí me despidieron por la lactancia. No había nada que le doliera más a esa mujer (su jefa) que dar la hora, sintió que la iba a matar cuando le entregué el certificado de lactancia, esperó que se venciera y me despidió. Yo lloraba porque aún no estaba lista para el destete y ya es difícil para uno como mujer encontrar trabajo”, relató Natalie Corrales, madre de un niño de dos años.

Lilliam Marín, enfermera, doctora en Nutrición e investigadora del Instituto de Investigaciones en Salud (Inisa) de la Universidad de Costa Rica (UCR), advierte que la aprobación de las jornadas de 12 horas es incompatible con la vida en familia y en particular en los primeros años de tener un niño o niña, por lo que obligará a las mujeres a renunciar a ser madres, a no ejercer la maternidad o abandonar la lactancia —vital para el desarrollo de los bebés y de la madre— con tal de mantener u obtener un trabajo.

La lecha materna permite a los bebés desarrollar mejores defensas y microbiota intestinal y estudios encontraron que los bebés que son amamantados son más inteligentes. (Foto: Katya Alvarado)

También, señala que esta reforma, con unánime rechazo de múltiples organizaciones de mujeres consultadas por la Asamblea Legislativa, tendría graves implicaciones para la salud de la madre y de sus hijos, asimismo, acelerará el proceso de envejecimiento de la población en Costa Rica porque desmotiva a quienes aspiran a ser madres.

Marín y las expertas exponentes en la VII Jornada de Promoción de la Lactancia Materna aseguran que al igual que las empresas aplican jornadas de 12 horas ilegalmente —algo admitido por el propio Gobierno— lo harán con más mujeres madres en lactancia una vez aprobado el proyecto de ley, aunque este lo establezca como ilegal.

Este es el caso de Sofía, quien pidió mantenerse en el anonimato, que trabaja en jornadas comprimidas de 12 horas en una empresa de manufactura en el país de forma presencial y es mujer lactante.

“El reto para las madres lactantes es enfrentarse a los patronos, que no saben cómo funcionan las políticas que protegen a la lactancia, porque la ley nos da derecho a las extracciones y siempre hay que pelear el tiempo porque no se lo dan. Si una persona no tiene la determinación o la información correcta sobre sus beneficios, no la va a continuar”, dijo Sofía.

Marín ha visto personalmente a mujeres de su campo trabajar jornadas de 12 horas al tiempo que eran madres: “Yo entraba a las 7 a.m. y salía a las 8 p.m., mientras entregaba el servicio, pero en ese momento yo no tenía hijos, podía llegar a descansar, pero mis compañeras en ocasiones no lograban descansar en sus casas porque hay que ver si hicieron la tarea, hacer el almuerzo del día siguiente”, contó Marín.

En Costa Rica, hay 1.526.337 mujeres que son madres, un 43,7% tiene sobre sus hombros la jefatura de su hogar. El 37,6% de las mamás tiene un empleo remunerado y la tasa de fecundidad continúa disminuyendo, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Además, la OCDE estima que el 90% de las mujeres pobres en el país no trabajan por dedicarse a las tareas de cuido, mientras que la Unicef alerta de un persistente aumento de pobreza entre familias con jefatura femenina.

Sin considerar medidas para que la reforma no agrave estas estadísticas, el pasado 15 de agosto, Día de la Madre, se aprobó en primer debate el proyecto de jornadas de 12 horas.

“(El proyecto de ley) excluye a las mujeres en proceso de lactancia y embarazo, pero por ser excluidas no quiere decir que no se vayan a ver perjudicadas ¿Qué va a pasar con quienes asumen las jornadas y quieren en el futuro embarazarse? ¿Qué garantiza que un empleador le dé la jornada de ocho horas o que no la despida? Si vuelve a la jornada laboral después de una licencia de tres meses ¿Qué tiempo le va a quedar para dedicarse a la maternidad si pasa hasta 14 horas fuera? ¿Qué garantiza que una mujer rechace su licencia para no perder su trabajo?”, dijo Marín.

Entre las exponentes de la VII Jornada de Promoción de la Lactancia Materna estaban Ingrid Broitman Trooper, de Lactanza Costa Rica; Sonia Chaves, de Aprolama Costa Rica; Viviana Guerrero, docente de Filosofía en Ética Médica; Virginia Marín y Ivannia Solano Jiménez, ambas de la Defensoría de los Habitantes.

¿Cómo impactará a la lactancia?

Sofía, quien trabaja en jornadas comprimidas de 12 horas, sí dice que logra pasar más tiempo con su bebé en los días libres, pero advierte que mantener la lactancia es un sacrificio muy grande por el tipo de horario. Para atender su horario de “seis a seis”, más una hora u hora y media de traslado, se levanta a las 3:30 a.m. para su primera extracción de leche.

“Es muy duro por el cansancio, el horario de trabajo es cansado y hay que acostumbrarse a separarse del bebé, aún más cansado cuando es lactancia exclusiva, a veces yo pienso: ya no quiero, ya no quiero sacar leche, pero uno tiene claro los beneficios”, dijo Sofía.

A pesar de sus múltiples beneficios a la salud de la madre, el bebé y a la sociedad en el largo plazo, apenas el 27,5% de los bebés llega a los seis meses siendo alimentado de manera exclusiva con leche materna, según la última Encuesta de Mujeres, Niñez y Adolescencia realizada en el 2018. Los resultados también señalaron amplias carencias de salas de lactancia en el espacio laboral que es solo una de tantas formas que las mujeres sienten se rechaza su maternidad, empujándolas a abandonar la lactancia.

“Es muy traumático tener que luchar contra el patrono por los derechos de mi bebé de tener leche, y contra los compañeros, otras tuvieron que dejar botada la lactancia porque no las dejaban sacar leche”, agregó Sofía.

En Costa Rica, la licencia de maternidad cubre tres meses posterior al parto, por lo que una mujer en una jornada de 12 horas podría perder contacto con su bebé de tres meses por largos periodos de tiempo al volver al trabajo y perderían el estímulo continuo que necesitan las mamas para producir leche.

“Los seres humanos somos mamíferos, necesitamos estar tranquilos y con nuestra cría al lado para estimular la glándula mamaria, y, a diferencia de otros animales, nacemos indefensos y la leche aporta al desarrollo”, dijo Marín.

Los bebés que han sido amamantados por sus madres resultan más inteligentes y tienen un mejor desarrollo de sus defensas contra, por ejemplo, infecciones, así como una mejor microbiota intestinal. Dar de mamar también reduce los sangrados postparto de las madres, evita la osteoporosis y gases premenopáusicos cuando avanza en edad y se ha demostrado que le permite crear mejores vínculos con el bebé.

“La lactancia materna ha sido la norma biológica de alimentación de los seres humanos y que gracias a este alimento que brota de los pechos de una mujer hemos garantizado la supervivencia de la especie y, por lo tanto, tenemos que proteger y garantizar que una mujer —independientemente de a que se dedique— se sienta cómoda de disfrutar su maternidad y lactancia materna”, concluyó Marín.

Brecha laboral

Las mujeres mantienen importantes brechas laborales en comparación a los hombres, y las múltiples organizaciones que se oponen a la aprobación del proyecto de jornadas de 12 horas aseguran que aumentarán, ya que las mujeres —según demuestra la Encuesta de Uso de Tiempo del INEC— son las que en gran medida asumen las tareas domésticas y de cuido en los hogares, incompatibles con jornadas extendidas.

Esta brecha es aún mayor entre las mujeres que son madres y las que no: las mujeres sin hijos en Costa Rica tienen mayor participación en el mercado laboral (+7%), más empleo formal (+21%), más acceso al seguro social (19%) y sufren la mitad del subempleo que se vive entre madres, según datos de la Encuesta Continua de Empleo para el I Trimestre 2023.

Múltiples mujeres lactantes relataron a UNIVERSIDAD las dificultades que han enfrentado buscando trabajo ante la posibilidad de embarazo o por su condición de embarazo, manteniéndolo y luchando por obtener el tiempo establecido por ley para dar de comer a sus bebés con el riesgo de ser despedidas.

“En un trabajo que tuve anterior a ser mamá mi jefe dijo explícitamente que yo era la mejor candidata para un puesto, pero yo era mujer y tenía miedo de que quedara embarazada”, contó Corrales.

Andrea Rodríguez tuvo dificultades con sus jefaturas extranjeras que no le dieron su tiempo de lactancia alegando ignorancia de la legislación costarricense hasta que ella hizo una consulta formal al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS).

“Cuando recursos humanos vio el correo (al MTSS) hubo una respuesta inmediata y se ajustó mi carga laboral. Siempre se me quiere achacar el tema de la lactancia, porque mis compañeros son todos hombres y para ellos es vagancia, ignoran el tiempo de la extracción y la manipulación. Todo el mundo quiere que la mamá vuelva y la lactancia sea secundaria”, dijo Rodríguez.

Red de cuido

Las madres coinciden en que las condiciones actuales para dar lactancia no son las adecuadas ni siquiera para las jornadas de ocho horas y que los tres meses de licencia no son suficientes, tomando en cuenta que suelen ser alimentados exclusivamente por leche por al menos tres meses más, lo que los hace altamente dependiente de las madres trabajadoras y vuelve mucho más difícil su retorno al trabajo.

Tras acogerse a su licencia de tres meses, María Pulgar sacó un mes más con su saldo de vacaciones “para poder estar más con el bebé”, de igual forma Andrea Rodríguez y Marilyn Sánchez lograron pasar los primeros cinco meses con su bebé con sus días acumulados.

“Yo empecé a trabajar a los seis meses, por dicha no empecé a los tres, fue duro igual y tenía la ayuda de mi mamá, siempre hay que tener a alguien que ayude y de mucha confianza, porque mi esposo también trabaja”, mencionó Corrales.

A Pulgar su mamá también le ayudó con el cuido del bebé, pero dijo que de asumir una jornada extendida como la de 12 horas no hubiera podido: “Ella también tiene cosas que hacer y me dice a qué hora tengo que pasar a recogerlo”.

El proyecto de jornadas de 12 horas aprobado en Asamblea Legislativa no otorga recursos para la ya repleta Red de cuido para los niños y niñas de las mujeres de escasos recursos que no pueden pagar guardería. Tampoco pide un aporte patronal para garantizar este servicio.

“En este proyecto prima un solo interés económico: el de los empresarios, no hay ningún estudio que demuestre beneficios para las personas trabajadoras” concluyó Marin.

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