El colectivo Mujeres en Acción presentó un balance general de su proceso de participación en el diálogo multisectorial impulsado por el Gobierno de la República y su principal conclusión es que el Presidente Carlos Alvarado debería valorar la posibilidad de ampliar el plazo definido de la mesa de trabajo para lograr abordar todos los temas de la agenda.
Desde que arrancó el proceso el pasado 28 de octubre, el mandatario advirtió que el 21 de noviembre sería la fecha límite para concluirlo, sin embargo, diversos sectores, entre ellos Mujeres en Acción consideran que es tiempo insuficiente para hacer una verdadero análisis y consenso integral.
De acuerdo con la socióloga Ciska Raventós, integrante del Colectivo, el diálogo se está llevando a cabo bajo mucha presión, pero ha sido inamovible; mientras que decenas de personas delegadas y asesoras están poniendo 14 o 16 horas de trabajo diario en participar del proceso.
“Sentimos que se hace contrarreloj y hay temas que necesitarían más bien una reflexión y un diálogo más pausado; por ejemplo, hay procedimientos , diseñado por los organizadores para medir el acuerdo en medidas que resultan largos y requieren de mucho tiempo de los participantes”, indicó Raventós.
Por su parte, Raventós indicó que el Presidente Alvarado, al cierre de la primera sesión el 28 de octubre explicó que el tiempo de un mes era suficiente para el proceso -algo que sienten imposible-, pero también porque ese era para el período adecuado para mandar proyectos a sesiones extraordinarias a la Asamblea Legislativa; pero en su criterio, la experiencia de estas semanas evidencia que la mayoría de acuerdos (si se dan) ya estarían vinculados con iniciativas presentes en la corriente legislativa o que de penden de la decisión Ejecutiva.
Desde la organización esperan que en la próxima etapa, una vez concluida la definición de la agenda, se pueda entrar en un diálogo verdadero. Para ello consideran urgente – y la única opción viable para obtener resultados reales – que se amplíe el período definido de trabajo de esta mesa para poder abordar la agenda.
Además, en el documento emitido por el colectivo Mujeres en Acción señalaron que la organización está para apoyar y defender los intereses de las mujeres que no lo pueden hacer directamente por múltiples razones, pero no están interesadas en legitimar un proceso que hace oídos sordos a sus puntos de vista y propuestas y donde no es posible conversar para llegar a acuerdos.
Las integrantes del colectivo indicaron que hay sectores sociales clave que siguen sin estar presentes, entre ellos las poblaciones indígenas, trabajadores y trabajadoras del sector privado, academia, medio ambiente.
Precisaron que la ausencia del sector medioambiental es particularmente notoria, algo que deja en duda el interés del Gobierno no está interesado en garantizar que la política de descarbonización sea un eje transversal de las políticas de reactivación económica que emanen de la mesa de diálogo.
Sumado a esto, hay una escasa participación de las fracciones legislativas en el proceso del diálogo y, en algunos casos, es evidente su franca oposición y boicot en diversos temas, señalaron.
“No está claro el mecanismo mediante el cual los resultados de este diálogo se trasladarán a la Asamblea Legislativa, ni el compromiso de las fracciones que sí asisten en apoyar sus acuerdos. La única forma es que el consenso se construya mediante una convergencia y esta metodología no está dando tiempo siquiera para sentarse a deliberar”, añadió el documento de la organización.
Pese a estas críticas, Mujeres en Acción reconoce que el proceso tiene aspectos muy positivos, como la presencia efectiva del Presidente Alvarado y de algunos de sus ministros, lo cual eleva el nivel político de la interlocución y abre esperanzas de
que se obtengan resultados efectivos; asimismo, aunque no están todos los participantes deseados, existe una multiplicidad de sectores que enriquece el diálogo.
Reconocieron la transparencia del proceso, pues la mesa y sus intercambios se han transmitido en vivo y todos los sectores han hecho y presentado propuestas desde la diversidad de sus propias agendas e intereses lo cual permitiría – en un diálogo real – acercar posiciones y generar acuerdos vitales para el bien del país.
