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Juan Diego Castro, más ruido que nueces (de momento)

La candidatura presidencial del famoso abogado Juan Diego Castro Fernández no logra llevar a la estadística la alta presencia

La candidatura presidencial del famoso abogado Juan Diego Castro Fernández no logra llevar a la estadística la alta presencia y menciones que, a veces en voz alta y otras entre dientes, se le acreditan en el paisaje electoral de este 2017.

Según la nueva encuesta CIEP-UNIVERSIDAD, cuatro de cada 100 ciudadanos apoyarían al exministro liberacionista conocido por su discurso mordaz e hipercrítico con el sistema judicial y político en medios tradicionales y en redes sociales.

Si se considerara solo la población segura de ir a votar, ese porcentaje quedaría en 5,8%, en cuarto lugar, con menos de la mitad del respaldo que de momento capta Álvarez Desanti (PLN). También lo superan Piza (PUSC) y Alvarado (PAC).

El porcentaje de Castro puede verse como alto si se considera que casi todo su empuje corre por cuenta suya y no del pequeño Partido Integración Nacional (PIN) que le servirá de vehículo para participar en los comicios presidenciales.

También se puede considerar un apoyo escueto si se compara con la alta cobertura mediática que reciben los actos y comentarios del exministro de José María Figueres, así como la efervescencia que provoca en las redes sociales con sus mensajes cargados de tremendismo, de propuestas de “mano dura” y desafío a la clase política. Populista, le llaman los especialistas.

Al margen de la discusión sobre si es un demagogo o solo el portavoz de la indignación con la clase política, Castro recibe un apoyo superior al de otros políticos más experimentados en aguas electorales, como Otto Guevara (Movimiento Libertario), Rodolfo Hernández (Republicano Social Cristiano) y Edgardo Araya, actual diputado y carta presidencial de Frente Amplio (FA).

Castro ha aparecido en algunas entrevistas en medios de comunicación, pero ha estado ausente en varios debates que ya se han realizado entre candidatos presidenciales. Está por verse si su asistencia a estos foros o la intensificación de la cobertura mediática en los seis meses siguientes le fortalecen su estilo de hombre duro o más bien se lo fragmentan.

De momento, recibe un respaldo especial de varones y adultos jóvenes, de gente con nivel educativo medio y de personas que declaran suficientes sus ingresos económicos.

Llama la atención la distribución geográfica, por el carácter vallecentralista del respaldo de Castro, pero sobre todo en la provincia de Cartago. Ahí los resultados casi duplican al promedio que obtiene a nivel nacional (5,8% de los decididos a votar); lo apoya el 10% de los cartagineses. En cambio, en Puntarenas solo alcanza el 1% y en Limón, el 2%.

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