País

Johnny Araya demostró cómo ganar con poco

Con más abstencionismo y con menos votos que en 2016, el alcalde josefino logró garantizarse, hasta el 2024, el cargo que ostenta desde 1991 de manera casi constante.

A las 5:50 p.m., cuando ya todos sabían que Johnny Araya había ganado otra vez la alcaldía del cantón San José, una mujer llegó apresurada a darle su voto casi al anochecer. Renqueaba por un problema en la pierna en la junta en Hatillo, pero no quería quedarse sin apoyar al alcalde que ahora podrá alcanzar 33 años como gobernador del cantón.

El problema fue que le dijeron que estaba inscrita en otro lugar, en la escuela República de Paraguay, a 50 metros de allí. En diez minutos debía llegar renqueando con ayuda de su nieta joven, pero no se habría perdonado que le cerraran la urna a las 6 p.m. sin que ella hubiera votado.

  • Apúrese, que tengo que llegar.
  • Pero abuela, ya sabemos que ganó Johnny, no es como que su voto haga la diferencia.
  • Pero para mí sí. Yo dije a esa gente que venía a votar por Johnny y tengo que cumplirles, más ahora que sé que va a ganar.
  • Abuela, todo esto es pura pantalla, puro chorizo.
  • Ah, así es esto, así somos. Bendito Dios que ganó Johnny. Apuremos, que necesitamos que nos vean votando esos que trabajan con él. La ventaja es que somos pocos y a uno lo ven.

La mujer, que pidió no publicar su nombre, fue una de las 20.843 personas que dio su voto a Johnny Araya, esta vez con la bandera del Partido Liberación Nacional. Araya ganó el 37,24% de los sufragios emitidos, el doble que el segundo lugar, Federico Cartín del Partido Acción Ciudadana (PAC).

Sin embargo, el triunfo de Johnny Araya se sustenta en el voto de una cantidad de personas que equivale solo al 8,8% del padrón, de los 237.491 josefinos. Debe dar las gracias a una abstención de uno de cada cuatro de estos (74,6%) la más alta registrada en cualquier cantón del país en las elecciones municipales de este 2 de febrero. Es, incluso, un punto porcentual mayor que la del 2016 en este cantón.

Fue el 5% de los electores inscritos los que permitieron la ventaja de Araya sobre Cartín. Entre ellos, iba la mujer que cojeaba al filo del cierre de las urnas o la pareja de jóvenes que salía de votar en el Liceo de Hatillo: “Los dos votamos por Johnny porque, diay, uno ve que tiene como más fuerza en la campaña y para hacer cosas”, dijo Rodrigo Orúe, de 24 años.

Eso sí, Orúe no confía demasiado en Araya y cree que la forma de limitarlo es quebrar el voto en la papeleta de regidores. Por eso él eligió regidores de Nueva República; ella, Gabriela Obando, apoyó en este departamento al Partido Acción Ciudadana (PAC), “para equilibrar un poco, porque no es bueno que Johnny tenga tanto poder”.

Así pensaron al menos 3.000 josefinos, pues fue mayor el voto para el alcalde Araya que por los regidores del PLN. “Si él hace mal las cosas o hace chorizo, ahí habrá gente que lo ve”, justificó el joven justo al momento en que sonó la alarma de las 6 p. m. Se cerraban las urnas y nada evitaría que Araya encadenara cinco triunfos electorales al hilo desde el 2002, más la década en que fungió como ejecutivo del cantón cuando aún no se elegía con voto popular, cuando esta pareja de novios no había siquiera nacido.

La diferencia está en que ambos confiaron esa vigilancia a partidos distintos y abonan a una fragmentación que ya caracteriza el paisaje político en la mayoría de los cantones y que se reflejaba también en la oferta electoral. En San José había 15 cantones compitiendo por los cargos municipales en esta ocasión.

Johnny Araya tuvo también la ventaja de la fragmentación de los opositores. Tanto que la cantidad de votos del alcalde en este 2020, aunque se redujo un 13% en relación con el 2016, equivale a la suma del segundo lugar (PAC), el tercero (PUSC), el cuarto (Alianza por San José) y el quinto (Coalición Juntos).

En esta ocasión, Araya recibió 3.000 votos menos que en 2016, cuando a su vez había visto caer la cifra absoluta de votos en más de 1.000 unidades.

A Araya le bastó con sus bastiones, a quienes reconoció en el discurso de triunfo. Se refirió a “las barriadas populares” y a los sectores de la población menos favorecidos económicamente, de quienes se presenta ahora como su representante.

No bastó el desgaste, las críticas opositoras ni los deseos de un grupo de electores josefinos por removerlo como ejecutivo del cantón donde estaban inscritos 237.491 personas. Tampoco bastaron los cuestionamientos de tipo judicial, ni siquiera el juicio pendiente por tráfico de influencia en un caso que lo vincula al exmagistrados Celso Gamboa. Araya sigue siendo un referente invencible de la política tradicional y municipal, “un ganador”, como dijo la mujer que le dio su voto al filo de la jornada.

Araya logró reelegirse con la divisa verdiblanca cuatro años después de que lo hizo con el partido cantonal Alianza por San José, debido a que estaba suspendido del PLN por haber abandonado la campaña presidencial en 2014.

Ha ganado en distintos escenarios: con el PLN, con Alianza por San José, en elecciones conjuntas con regidores, en votaciones separadas y cuando la designación la hacía el Concejo Municipal, en los años 90.

La infructuosa aventura presidencial del 2014, campaña a la que renunció después de perder la primera vuelta contra Luis Guillermo Solís, tampoco le generó perjuicios suficientes en su terreno cantonal. Fue suspendido del PLN, es cierto, pero igual triunfó en la alcaldía en 2016 con Alianza Por San José y después pudo reincorporarse a la agrupación verdiblanca, donde solo una pequeña parte de la dirigencia lo cuestionó por su larguísimo poder en la alcaldía josefina.

La conformación del Concejo Municipal de San José expresará en buena medida la diversidad de los partidos, pues el PLN se dejará al menos tres escaños; el PAC, al menos dos, mientras seis partidos tienen la posibilidad de sentar a uno o dos representantes en esa instancia para el período 2020-2024.

 

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