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Intentos de suicidio crecieron 62% en 2020-2022 y siguen en aumento

Según estadísticas del Ministerio de Salud, en el período 2020-2022 se presentaron en Costa Rica un total de 6.841 intentos de suicidio. Factores como el desempleo, problemas económicos, violencia social, la incertidumbre respecto al futuro, la falta de interrelación con las comunidades y la soledad inciden en esta problemática. 

Los intentos de suicidio en el país lejos de mermar, crecen como la espuma tras la pandemia. Así lo reflejan estadísticas de la Dirección de Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud.

De acuerdo con datos proporcionados por el Ministerio de Salud, mientras que en 2020 se reportaron 1.786 intentos de suicidio en el país, para 2021 esa cifra llegó a 2.159, ubicándose en 2.896 en 2022, y en 2.386 en lo que va del año 2023. Esta estadística representa un aumento del 62% en el período 2020-2022. 

“Los intentos de suicidio están teniendo un aumento significativo. Es un aumento preocupante. (…) Ha habido un incremento abrupto en la pandemia y la pospandemia”, indicó Ana María Jurado, psicóloga y profesora de la Escuela de Psicología de la Universidad de Costa Rica (UCR).

La mayor cantidad de estos intentos de suicidio corresponden a personas entre los 15 y 19 años de edad, grupo etario en el que se contabilizan 1.750 casos entre el 2020 y 2022. De estos 1.750 intentos de suicidio, 7 de cada 10 (1.240) se presentaron en mujeres, según estadísticas del Ministerio de Salud.

Este incremento aunque menos significativo se presenta también en los suicidios consumados. Según estadísticas de Salud, en el 2020 se contabilizaron 388 suicidios consumados en Costa Rica, 389 en 2021 y 429 en 2022. Esta última cifra es la más alta en más de una década, según la cartera.

Del total de 1.206 suicidios consumados en el período 2020-2022, 980 corresponden a hombres.

Desempleo y soledad

Para la especialista en Psicología, Ana María Jurado, este aumento en los intentos de suicidio en el país obedece a varias razones, que van desde los problemas económicos hasta la soledad.

Por ejemplo, a nivel macro, Jurado señala que los problemas económicos y el desempleo son factores que inciden en los intentos de suicidio de la población. 

En el país, por ejemplo, la tasa de desempleo nacional se ubicó en 9,6% para el segundo trimestre del 2023, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). La población más afectada, precisamente, corresponde a mujeres, quienes también encabezan los casos de intento de suicidio. 

“En la pandemia, por ejemplo, muchas mujeres perdieron sus empleos, o renunciaron a sus empleos para poder dedicarse a su familia”, indicó Jurado. 

A estos elementos se suma el aumento de la violencia social, la cual aumenta la sensación de inseguridad en las personas. A nivel nacional, por ejemplo, al 2 de octubre se contabilizaban 680 homicidios, lo que representa un aumento del 45,3% respecto a la misma fecha del año anterior, según datos proporcionados por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ). 

Asimismo, otros factores incidentes son la fuerte incertidumbre respecto al futuro, pues las personas jóvenes, especialmente, ven cada vez más difícil obtener un empleo digno que le permita tener una vida “buena e independiente”, así como el acceso a oportunidades educativas de calidad.

“Existe una pérdida de confianza en el futuro, esto incide en la desesperanza. (…) Además, la educación es un factor protector en temas de suicidio, y esta se ha visto afectada notablemente por la pandemia. Esta permite a las personas acceder a un mejor futuro, y es lo que la gente sigue sin tener”, agregó.

De acuerdo con el último Informe del Estado de la Educación (2023), la crisis que afronta el sistema educativo como resultado de rezagos y problemas históricos no resueltos antes de la pandemia, a los cuales se suman los efectos de la emergencia sanitaria, lejos de resolverse, más bien se profundizó.

A un nivel intermedio, Jurado agregó que las comunidades influyen en los intentos suicidas de las personas. En esa línea, la psicóloga destacó que deben haber espacios de esparcimiento en las comunidades, así como también una interrelación entre los habitantes.

“La interrelación comunal es un factor protector enorme. Eso está perdiéndose a pasos agigantados, sobre todo las urbanas. (…) Además, se necesitan espacios de esparcimiento en las comunidades, o actividades recreativas, pues hoy en día, por ejemplo, por la inseguridad, los niños no pueden jugar en la calle. ¿La familia por qué opta? Por encerrarlos en casa. Se percibe el afuera cada vez más peligroso”, indicó.

A estos factores se le suma un elemento micro: la soledad. Según Jurado, este elemento influye en sobremanera en los casos registrados en el país y a nivel mundial. “Ellos se sienten aislados, desvinculados, solos. La soledad es el factor de riesgo más importante. (…) Lo que está antes del intento de suicidio es una sensación de desesperanza”.

Jurado indicó también que actualmente los profesionales en salud mental no dan abasto con la atención de pacientes. Una situación que también se repite en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) donde también existe una lista de espera.

“Este es un serio problema y nuestro sistema no está preparado. Esto se podía prevenir. (…) El problema de salud mental es un problema de salud pública. Se necesitan intervenciones más preventivas, pero realmente no se ven muchos esfuerzos orientados a validar en serio que la salud mental importa”, agregó.

UNIVERSIDAD solicitó a la CCSS una entrevista con personal del Hospital Nacional Psiquiátrico sobre las causas más frecuentes —que tienen documentados— sobre intentos de suicidio. También, se consultó sobre las estrategias que está realizando la institución para disminuir la cantidad de intentos de suicidio; sin embargo, al cierre de edición no se obtuvo respuesta. 

 

Padres no se dan cuenta de señales de peligro

Consultada sobre el aumento de los intentos de suicidio en adolescentes y jóvenes en el país, la delegada ejecutiva de la Fundación Rescantando Vidas, Julia Woodbridge, destacó que muchas veces los padres no se dan cuenta de las señales de alerta que muestran sus hijos. 

“Los padres no nos damos cuenta. No tenemos una certeza de cuáles son la señales de peligro y no podemos identificar cuándo estas empiezan a darse en el muchacho. Nos damos cuenta cuando este dijo ‘me quiero morir’ o hace el intento”, indicó Woodbridge.

Asimismo, alegó también que entre los factores que desencadenan los intentos de suicidio se encuentran la depresión y la ansiedad, la falta de sentido de vida, la falta de tiempo de los padres de familia y las redes sociales, las cuales muchas veces los incitan a cumplir retos, entre otros. 

La Fundación Rescatando Vidas se dedica a la prevención de conductas autodestructivas y de suicidio. En su trabajo diario, esta organización no gubernamental, además de dar contención vía telefónica y brindar charlas en centros educativos, instituciones, padres de familia y jóvenes sobre este tema, también refiere casos a distintos profesionales en salud mental del país. Usted los puede contactar a través de sus redes sociales o mediante el teléfono 2273-0381.

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