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Intel anunció retorno de su planta de ensamble y prueba en Costa Rica

Inversión prevista de $350 millones generaría 200 nuevos puestos, pero a medida que crezca su producción se incrementaría las contrataciones, dice la multinacional

Corporación Intel anunció que iniciará las operaciones de ensamble y prueba en Costa Rica, lo que implicará una inversión cercana a los $350 millones en los próximos tres años y que prevé una creación inicial de al menos 200 nuevos puestos de trabajo en su etapa incial. Este es el retorno de la planta, luego de que en el año 2014 la compañía decidiera trasladarla a Vietnam y Malasia.

Estas nuevas operaciones de ensamble y prueba se suman a las actividades de alto valor agregado que funcionan en el país, entre ellas, el Centro de Investigación y Desarrollo de Intel, que actualmente es el más grande del país y que se dedica al diseño, prototipo, prueba y validación de soluciones de circuitos integrados, así como su Centro de Servicios Globales, donde se diseña, ejecuta y mejora los procesos multifuncionales de negocio de Intel para todo el mundo.

Entre estas dos operaciones, Intel Costa Rica emplea actualmente a más de 2.200 personas y las expectativas de nuevos empleos abre la esperanza para cientos de trabajadores que se ubican en el área de las tecnologías y la información; pues previo al cierre de su planta de ensamble en 2014, las exportaciones de la corporación significaban más del 20% de las ventas totales del país al exterior.

“Intel evalúa continuamente sus operaciones en todo el mundo para garantizar que tenemos la capacidad adecuada para satisfacer la demanda global. Iniciaremos las operaciones de ensamble y prueba en Costa Rica con el fin de ampliar nuestra capacidad y seguir satisfaciendo las necesidades de nuestros clientes”, afirmó Ileana Rojas, gerente General de Intel Costa Rica.

Por su parte, Timothy Scott, gerente de Asuntos Gubernamentales y Relaciones Públicas de Intel Costa Rica señaló que la planta iniciará operaciones en la segunda mitad del año 2021, una vez aprobadas las certificaciones necesarias y el empleo directo que se genere estará orientado al área de Ingeniería, así como para técnicos en Electrónica y Electromecánica.

“La infraestructura ya existente en Intel Costa Rica, el capital humano, el régimen de Zonas Francas y la certeza jurídica fueron parte de los elementos que llevaron a la corporación a tomar esta decisión, además, las instalaciones se ubicarán en el campus de la empresa en San Antonio de Belén y serán parte de la organización de Manufactura y Operaciones de la compañía”, señaló Scott.

En la planta se realizará un proceso de producción en el cual, una vez que se completa la fabricación de obleas de silicio en las fábricas de Intel, son cortadas y se envían a una instalación de ensamble y prueba. Cada chip se ensambla en un paquete que lo protege y le permite conectarse a otros componentes y finalmente, se prueba su funcionalidad.

Además de sus operaciones, Intel continúa realizando fuertes inversiones en su gente y las comunidades locales donde se ubica; según sus datos, durante la última década, los empleados se han ofrecido como voluntarios en más de 190.000 horas y, solo en 2019, Intel donó más de $268.000 para programas especiales.

“Durante el 2020, nuestro enfoque ha sido mitigar los impactos de la COVID-19, comenzando con nuestros empleados y expandiéndonos a la comunidad con donaciones de más de US $120.000 a la Comisión Nacional de Emergencias y la comunidad, más de 23.000 mascarillas a la Caja Costarricense del Seguro Social y más de 1.000 horas de voluntariado basado en competencias desarrollando modelos matemáticos y herramientas de análisis de datos y monitoreo que apoyan la lucha de las instituciones públicas contra la pandemia”, añadió Ileana Rojas.

Una señal positiva

El anuncio de la Corporación, que inició operaciones en Costa Rica en 1998, son una muestra positiva para la Inversión Extranjera Directa (IED) en el país, a pesar de la crisis generada por la pandemia durante este año.

Se convierte en una señal potente de que el país continúa siendo un destino confiable para la inversión, que ofrece relaciones a largo plazo con los inversionistas y que el talento humano sigue siendo uno de los principales potenciadores de la economía.

Para José María Figueres, expresidente de la República, quien fue negociador con la corporación y lograra el arribo de Intel hace más de dos décadas; la llegada de esta empresa de tecnología transformó al país y abrió sus puertas al mundo de la tecnología.

“Gracias Intel por confiar nuevamente en Costa Rica. Hoy contamos con más de 300 empresas tecnológicas y al establecer su nuevo Centro de Ensamblaje y Pruebas crea trabajos de alta calidad; tenemos que entender que nuestra reconstrucción nacional pasa por más tecnología en todos los campos y mucha inversión para crear trabajo y Bien Vivir”, manifestó Figueres en sus redes sociales.

Adicionalmente, Andrés Valenciano, ministro de Comercio Exterior manifestó que la historia de Intel ha estado marcada por la constante transformación, lo que hoy se traduce en procesos que le posicionan competitivamente en mercados globales, resiliencia y valor agregado.

“Este alto rendimiento es particularmente importante en un contexto que ya venía impulsando la Industria 4.0 y que, producto de la pandemia, ha acelerado aún más su paso. Nos enorgullece que líderes de industrias tan estratégicas como a la que pertenecen nos escojan como su hogar y agradecemos esta muestra de confianza en nuestra capacidad”, indicó Valenciano.

Valor agregado y servicios

La llegada de Intel a Costa Rica generó un cambio en la estructura productiva del país, abriéndose a nuevos nichos tecnológicos y de servicios corporativos, generando confianza y estableciendo condiciones favorecedoras para las compañías que decidan operar, sobre todo en el Régimen de Zona Franca.

De acuerdo con la promotora de atracción de inversiones CINDE, actualmente el país cuenta con más de 325 compañías multinacionales, que se ubican en sectores como servicios corporativos, ciencias de la vida, manufactura avanzada, liviana e industria alimentaria.

Jorge Sequeira, director general de CINDE detalló que estos sectores generaron de octubre 2019 a setiembre 2020 unos 15.000 empleos nuevos, pese a los impactos en los mercados internacionales, la caída en ventas de muchas de estas compañías.

“Con este proyecto Costa Rica demuestra ser un aliado sólido para todas las estrategias de nearshoring (transferencia de negocios o tecnología) que ayuden a buscar redundancia en la optimización de las cadenas de suministro y el país demuestra que ofrece continuidad de negocio y una plataforma robusta de acceso a mercados. Esta nueva fase de Intel viene a complementar sus diferentes verticales de negocio, las cuales van desde la manufactura inteligente a temas de investigación y desarrollo”, aseguró Sequeira.

Las nuevas personas colaboradoras serán contratas en áreas de ingeniería y también habrá oportunidades para técnicos en disciplinas como: electrónica, electromecánica y afines. Las oportunidades laborales están siendo publicadas en www.intel.com/jobs.

 

 

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