Ingreso por persona en hogares más pobres sólo se incrementó en ₡7.000

El ingreso promedio de los costarricenses creció en un 3,2%, de acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Hogares (Enaho). Este incremento se dio especialmente en las entradas de los hogares más pobres; sin embargo, dicho ingreso per cápita pasó de ₡45.647 a ₡52.824 entre julio del 2021 y el mismo período de 2022, es decir, el aumento fue de unos ₡7.000 por persona.

Según explicó Eddy Madrigal, coordinador de la Enaho 2022, el aumento del ingreso per cápita está vinculado con más personas que salieron de la casa para trabajar, producto de la crisis generada por la pandemia; no obstante, es muy probable que ese empleo no sea de la calidad suficiente para mejorar sustancialmente las condiciones económicas de las familias.

“Los hogares necesitaban subir el ingreso familiar, pero el aumento de recursos fue poco, por lo que es evidente que ese empleo es de características limitadas, aunque, ese incremento también responde a ingresos autónomos, así como transferencias públicas y privadas”, detalló Madrigal.

Las transferencias públicas están vinculadas con ayudas estatales para los hogares más pobres, pero éstas son temporales. Asimismo, se dieron ingresos adicionales producto de pensiones y las transferencias privadas, las cuales están relacionadas con aportes que una familia da a otra, por ejemplo, un hijo que aporta al hogar de los padres para que se ayuden a pagar sus gastos, o transferencias a través de remesas.

Para la economista Ana Rosa Ruiz, el asunto con el incremento del empleo podría tener un matiz vinculado con el sector informal, debido al modelo de desarrollo que ha venido impulsando el país.

“Tenemos una política basada en la protección e incentivos al sector externo, dejando muy de lado el mercado interno; y desde ahí podemos ver que si hay crecimiento del empleo según muestran las cifras de la Enaho, es esperable que la mayoría sea en condiciones deplorables, en los que no cuentan con garantías salariales, derechos laborales, ni seguridad social”, indicó la especialista.

Coincide con este criterio el economista Fernando Rodríguez, quien señaló que, aunque la gente gana un poquito más, por diversas razones, ya sea más salario, acceso a actividades con mejores ingresos o porque reciben horas extra, esa leve alza sigue estancada por debajo del aumento de los precios.

Suben los precios en medio de una marcada pobreza

En este sentido, la Encuesta de Hogares plantea que, en efecto, el poder adquisitivo de las personas se ha reducido, debido a que el índice de precios al consumidor creció un 10,06%. Eddy Madrigal explicó que el 2022 es un año atípico y se evidencia en las cifras de la Enaho, dado que el crecimiento de los precios fue muy alto, haciendo que el aumento en los ingresos de los hogares sea insuficiente. Mientras tanto, la pobreza se ubicó en un 23%, manteniéndose constante, con respecto al 2021.

Esta premisa por sí sola parecería ser positiva, no obstante, la comparación se está haciendo con los años de pandemia, que dispararon los niveles de pobreza en Costa Rica a cifras nunca registradas.

Consultado el economista Francisco Esquivel, analizó de qué manera la tendencia de la pobreza se ha venido dando en Costa Rica, pues con la pandemia el indicador se posicionó de un 21% a un 25% en el año 2020, para el 2021 bajó al 23% y este 2022 se mantuvo en 23%.

El fenómeno de pasar de un 25% a un 23% se denomina efecto rebote, debido a las medidas de recuperación económica que se han tratado de implementar; sin embargo, la falta de políticas de compensación no permitió alcanzar niveles prepandemia.

Peor aún, frente a una realidad internacional marcada por la contracción, el modelo de economía costarricense, impulsado en gran medida por las exportaciones, tiene pocas posibilidades de recuperarse, sumado a que hay pocas iniciativas para reactivar el mercado interno, con una política fiscal orientada a reducir el gasto, con el salario de los trabajadores públicos congelados hace varios años y un sector empresarial temeroso.

El economista Luis Paulino Vargas señaló que esta situación ratifica con mucha claridad la tremenda debilidad que tiene el empleo en el país, “no solo los índices de desempleo e informalidad laboral son muy altos, sino que, además, los ingresos tienden a perder poder adquisitivo, y si para los hogares más pobres el ingreso mejoró, no fue gracias a las oportunidades que el mercado laboral brinda, sino a las transferencias del Estado. Por su parte, para los sectores medios y de ingresos más altos, la contracción del ingreso real es significativa”, dijo Vargas.

Ana Rosa Ruiz agregó que no se trata únicamente de quedarse en un porcentaje sino en analizar la profundidad de la pobreza. En estos momentos, la nación se enfrenta a que muchas familias tienen acceso limitado a la alimentación, algo que es esencial para el desarrollo.

“Como país no estamos cubriendo las necesidades básicas de los hogares, hay carencias en términos de condiciones fundamentales como la alimentación, la salud y la educación”, detalló Ruiz.

Pobreza urbana

Cuando se realiza el análisis de la pobreza en términos de rural y urbana, sí hay una diferencia aún más marcada, pues en las zonas rurales del país el dato se incrementó en un 12%, es decir, dos puntos porcentuales arriba del índice de precios al consumidor (IPC). La pobreza en la zona rural pasó del 26,3% en 2021 a 28,3% en 2022.

Eddy Madrigal, coordinador de Enaho, sostuvo que esta es una brecha que se mantiene siempre latente en la sociedad costarricense, aunque en el pasado se había logrado reducir, con la pandemia aumentó nuevamente.

“Sigue siendo una zona sin diversidad económica, no hay empleos de calidad y la cantidad de trabajos es deficiente, es claro que el mercado de trabajo no logra atender de manera suficiente a esta área del país”, concluyó Madrigal.