País Día Internacional para la lucha contra el maltrato infantil

Informe de UNA: en Costa Rica se reciben unas 30 denuncias diarias por agresión física contra menores de edad

Cifras más recientes del 2022 revelan que anualmente hay unos 19.000 casos de negligencia infantil y unos 3.000 abusos sexuales.

En Costa Rica, diversos estudios han revelado la preocupante prevalencia del castigo físico como método de crianza, a pesar de las evidencias científicas que demuestran su impacto negativo en el desarrollo infantil, y según datos del 2022 (cifras más recientes) se reciben alrededor de 11.000 reportes de agresión física por año, es decir, 30 casos mensuales y más de una denuncia al día.

Así lo reveló Roxanna Rodríguez Araya, directora del Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (INEINA), de la Universidad Nacional (UNA), en el marco del Día Internacional para la lucha contra el maltrato infantil que se conmemora el 25 de abril.

Otras cifras que generan una fuerte alarma es que para el 2022, se registraron unos 3.000 casos de abuso sexual, unos 8 casos diarios, así como 19.000 denuncias de negligencia contra menores de edad.

“Es sabido que estos datos, representan únicamente una fracción de los casos reales, ya que muchos incidentes de violencia infantil no son denunciados debido al miedo, la vergüenza o la falta de recursos para solicitar ayuda”, detalló Rodríguez.

Pese a que el país experimenta avances en esta materia, dijo la experta, aún hay enormes desafíos en cuanto al maltrato infantil, sobre todo relacionado con la prevención, detección y atención de las víctimas.

Añadió la investigadora que es necesario promover una cultura de denuncia y protección de los derechos de la niñez y la adolescencia; crear entornos seguros; promover leyes y políticas especiales y garantizar su adecuada aplicación y cumplimiento.

“Además, se requiere una mayor inversión en programas de prevención y atención del maltrato infantil, así como en la capacitación del personal que trabaja con niños y adolescentes para identificar y responder adecuadamente a situaciones de violencia e incentivar programas educativos desde una edad temprana para que conozcan sus derechos y aprendan a reconocer y denunciar cualquier forma de violencia que puedan estar experimentando”.

 

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