El 100% de las muestras procesadas en la semana del 27 de febrero al 5 de marzo corresponden a la variante Ómicron del COVID-19. Así lo señaló a UNIVERSIDAD el investigador del Laboratorio de Genómica y Biología del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa), Francisco Duarte.
Ese es el comportamiento del virus del SARS-CoV-2 en el país, desde la semana del 9 al 15 de enero, fecha en que no circulan otras variantes de preocupación ni de interés, según los datos analizados por el Inciensa.
“No circulan variantes de preocupación como Delta, Alpha, Beta, y Gama, ni tampoco de Interés. La variante que está circulando es Ómicron en sus diferentes sublinajes”, indicó Duarte, quien explicó que este desplazamiento se dio debido a la alta transmisibilidad de Ómicron.
En la semana del 27 de febrero al 5 de marzo, por ejemplo, el 75% de los casos secuenciados corresponden a la subvariante de Ómicron BA.1.1, el 13,5% a BA.1 y el 11,5% a BA.2.
Esta última empezó a circular en el país entre el 25 de enero y el 15 de febrero, de acuerdo con los análisis del Inciensa. Además, ha estado ganando más terreno en países como Estados Unidos, donde los casos por esta subvariante han ido en aumento.
Duarte externó también que es difícil predecir el comportamiento del virus, pues el país está a las puertas de un mayor relajamiento; sin embargo, se tiene a favor la alta tasa de vacunación, la cual disminuye la gravedad por COVID-19.
“Nosotros en la pandemia nos hemos comportado como un espejo de lo que está pasando en otras latitudes. El escenario es multifactorial y lo determinan muchos factores, uno de ellos -que por suerte está a nuestro favor- es la vacunación- con niveles muy altos; el otro es el cambio en la dinámica social, pues sabemos que la mascarilla y el distanciamiento son factores de protección importante, y desde el momento en que no se apliquen sistemáticamente, podrían ocurrir aumento en los casos”, externó Duarte.
