El Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) informó que la cantidad de personas que buscó apoyo por consumo uso problemático de opioides pasó de 44 a 117 en el período 2017-2022, lo que representa un crecimiento de un 166%.
De acuerdo con los datos para el 2017, el IAFA atendió a 44 personas por el consumo de opioides, 58 en 2018, 118 en 2019, 101 en 2020, 84 en 2021 y 117 en 2022.
Los opioides son un tipo de medicamentos que se usan para reducir el dolor, incluye analgésicos disponibles legalmente y que se adquieren únicamente por receta médica y drogas ilegales como la heroína.
La morfina y la codeína son naturales derivados del opio; la hidrocodona y la oxicodona son semisintéticos mientras que el fentanilo es sintético.
Los opioides causan efectos como somnolencia, problemas de memoria y dificultad para concentrarse, náuseas y estreñimiento. También pueden provocar respiración lenta, lo que puede conducir a muertes por sobredosis.
De acuerdo con el IAFA, estos son medicamentos excelentes para el tratamiento de dolor moderado o severo, por lo que son de primera elección, y tienen la capacidad de producir sensación de bienestar y sedación, pero si la dosis es alta produce somnolencia, sedación y pueden conllevar a un paro respiratorio.
“Los opioides en general son buenos medicamentos para el dolor, pero que, si se toman por tiempo prolongado corre el riesgo de desarrollar una dependencia, a mayor tiempo de consumo y a mayor dosis mayor riesgo. Desde luego que las situaciones emocionales de fondo como otros trastornos adictivos, trastornos emocionales graves y la represión emocional predisponen a un mayor riesgo”, externó el doctor Luis Eduardo Sandí Esquivel, médico psiquiatra del Proceso de Atención a Pacientes del IAFA.
Algunos factores adicionales, como los genéticos, los psicológicos y los ambientales, influyen en la adicción, que puede darse rápidamente o después de muchos años de uso.
El IAFA indicó también que los opioides son más seguros si se utilizan por periodos cortos, ojalá no más de una semana; de hecho se usan durante tres días o menos para controlar el dolor agudo, como el dolor que se siente después de una cirugía o de una fractura de hueso, siempre bajo supervisión médica.
“Si usted es una persona que sufre dolor crónico, los opioides no son seguros ni la mejor opción para el tratamiento a largo plazo. Existen muchos otros tratamientos disponibles, entre ellos, analgésicos menos adictivos y terapias no farmacológicas”, agregó Sandí.
Actualmente el IAFA cuenta con varios servicios para atender a personas con trastornos de consumo de opioides, tales como la Clínica de deshabituación de opioides, el Programa de atención a Pacientes, la Casa JAGUAR, los Centros de Atención Integral en Drogas, y la Línea 800 IAFA 800 (800-4232-800). La población interesada también puede escribir al correo [email protected].