País Álvaro Ramos, expresidente de la CCSS:

Gobierno mejora sus finanzas a costa de no pagarle a la CCSS y con un enorme costo social

De acuerdo con el expresidente ejecutivo de la CCSS, Álvaro Ramos, la paralización de las inversiones por parte de la Junta Directiva es otra de las maniobras que permiten a Hacienda no desembolsar a la seguridad social el dinero invertido en bonos de deuda pública. 

No pagar ni reconocer a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) la billonaria deuda, así como paralizar el portafolio de inversiones de esta institución, son dos maniobras que el Gobierno utiliza para “mejorar” sus finanzas, pero a un costo social “enorme”, según el criterio del expresidente ejecutivo de esa institución, Álvaro Ramos.

De acuerdo con Ramos, a la fecha, el Estado adeuda a la CCSS casi $6 mil millones, sin embargo, esta deuda no ha sido conciliada. Además, la institución tiene invertido en bonos de deuda pública cerca de $3 mil millones, que corresponden a las reservas del seguro de salud. 

El expresidente ejecutivo de la CCSS, Álvaro Ramos, considera inapropiado que el Gobierno “perturbe” procesos sociales solo en función del tema fiscal. (Foto: Katya Alvarado)

Estos $9 mil millones, según Ramos, corresponden a dinero “cautivo” para el Ministerio de Hacienda, al cual le sirve tener esas cifras en sus arcas para así “sanear” su situación financiera. 

Sin embargo, mientras esto pasa, la deuda del Estado con la CCSS crece como la espuma, pues no se hacen arreglos de pago, y diversos proyectos de infraestructura como el Hospital de Golfito, el de Limón, el de Cartago, el Geriátrico y otros continúan sin hacerse realidad, afectando así a miles de costarricenses.

Deuda del Estado con la CCSS

Vecinos de diferentes comunidades del país esperan que la CCSS construya diferentes hospitales, entre ellos el de Golfito, el cual fue construido hace más de 80 años. (Foto: Katya Alvarado)

Sobre la primera maniobra, el exjerarca de la CCSS —quien fue destituido por el actual Gobierno en setiembre del año anterior— considera que el Ministerio de Hacienda no quiere reconocer su deuda con la seguridad social, pues hacerlo significaría subir el porcentaje de deuda pública a más del 60% del Producto Interno Bruto (PIB) lo que implicaría mantenerse por más tiempo en la zona de aplicación más estricta de la Regla Fiscal.

“La regla fiscal es muy estricta cuando la deuda pública supera los 60 puntos del PIB, y es menos estricta cuando está debajo. En la medida en que el Ministerio de Hacienda no reconoce la deuda con la CCSS, está muy cerca de quedar debajo de 60 puntos del PIB, entonces en el momento en que se quede debajo de 60 puntos del PIB, un montón de elementos de gasto se van a liberar. La deuda con la CCSS son 6 o 7 puntos del PIB”, indicó Ramos. 

“Resulta que, si acepta que esa deuda existe, entonces su deuda sube de 60,5% a 67,5%, y ahí sí se le desarma el muñeco de lograr quedar debajo del umbral estricto de la Regla Fiscal. A mí me ha parecido muy obvio que ese ha sido uno de los principales componentes para no aceptar la deuda ni llegar a ningún tipo de arreglo de pago, porque en un sentido estricto, siempre van a terminar teniendo que pagar”, agregó.

Ramos criticó el hecho de que, siempre que se habla de pagar la deuda del Estado con la CCSS, el Gobierno sale con excusas para no asumir su responsabilidad. 

Agregó que cuando fue presidente ejecutivo de la CCSS, por ejemplo, nunca se planteó pagar la “totalidad” del adeudo en un solo pago: “A nadie se le va a ocurrir hacer eso, nadie pide los 6 o 7 puntos del PIB de un solo, sino que vayan pagando a través del tiempo”.

En esa línea, por ejemplo, Ramos recordó que propuso al presidente de la República un arreglo de pago a un plazo de diez años. La mayor parte del dinero se pagaría en el segundo quinquenio. 

“Que la negatoria sea tan rotunda me revela que hay un intento de maquillar los números de una manera que les permita permanecer debajo del umbral desde el punto de vista estrictamente legal. Todas las agencias calificadoras de riesgo, el Fondo Monetario Internacional, todos ellos saben que esa deuda existe, tal vez haya un debate en si son $6000 millones, $5.800 millones o $6.200 millones, no importa, la deuda existe y es muy voluminosa”, destacó.

Bonos de deuda pública

La segunda maniobra del Gobierno, de acuerdo con Ramos, corresponde a la paralización del portafolio de inversiones de la CCSS, para que el dinero que la institución tiene invertido en bonos de deuda pública, cerca de $3.000 millones de reserva del seguro de salud, se mantenga en las arcas de Hacienda.

“Imaginemos que pronto se hubiera iniciado la construcción del Hospital de Cartago y que se hubiera empezado a desembolsar $50 millones por aquí, otros $100 millones por allá, y poquito a poco se va desembolsando. ¿Qué significa desembolsar? Significa que la CCSS liquida su ahorro actual en bonos de deuda pública”, indicó Ramos.

En caso contrario, el dinero quedaría en Hacienda y solo se le pagaría a la CCSS los intereses de mantener esos bonos.  

“Esto es lo que la mayoría de los inversionistas hacen con la deuda del Gobierno, compran un bono que vence en dos años y dos años después simplemente compran otra vez deuda del Gobierno que vence en dos años y así van haciendo una renovación de la deuda. Entonces, eso para el Gobierno es lo ideal, porque ellos van pagando los intereses y cuando madura la deuda no tienen que desembolsar el principal, sino simplemente renuevan la deuda, y con la nueva deuda se paga el principal de la vieja”, indicó Ramos.

“En cambio, desde el punto de vista de Nogui (Acosta, ministro de Hacienda), él debe estar pensando, ‘híjole ese hospital de Cartago aunque en un sentido estricto de la palabra no significa para el Ministerio de Hacienda pagar $50 millones para que hagan el hospital o $100 millones, sí significa que la CCSS no me va a renovar la deuda, sino que simplemente me va a decir ‘Mira, muchas gracias Nogui, ya no necesito otra vez estos $100 millones invertidos, me los voy a llevar porque los voy a invertir en el hospital, usted vea a ver dónde consigue esos $100 millones, pero págueme’”, agregó. Para Hacienda, según Ramos, cualquier movimiento que haga la CCSS es una “catástrofe”.

“Me parece inapropiado perturbar tantos procesos sociales y políticos solo en función de lo fiscal, pero por lo menos tengo que reconocer que dentro de la maldad que me parece a mí hacer eso, por lo menos sí parecen estar saneando la finanzas públicas a un costo social astronómico”, acotó.

En esa misma línea, agregó que el Gobierno no es “transparente”, pues debería decir que el “saneamiento fiscal son el alfa y omega de todo”, y dejar de mentir con argumentos como “cancelé el hospital de Cartago porque en el terreno tiembla mucho y no se puede construir ahí”, o “cancelamos porque el estudio actuarial dice que la CCSS está quebrada”. 

Además, dijo que si el Ministerio de Hacienda estuviera cumpliendo sus obligaciones, es decir, si pagara la deuda del Estado con la CCSS, posiblemente la institución podría financiar todos los hospitales solo con el flujo de caja.

“Lo que creo fue que ellos se percataron de que la CCSS estaba a punto de ejecutar un montón de inversiones y cada vez va a haber más presión de que el Estado cumpla, entonces paralicemos las inversiones y así tienen reserva, y no van a pedirle al Estado que cumpla, porque ahí van a poder seguir al pasito tun tun”, añadió.

UNIVERSIDAD realizó varias consultas al Ministerio de Hacienda sobre este tema; sin embargo, al cierre de la edición se indicó que posteriormente se remitiría la información solicitada.

 

Jonathan Acuña, diputado Frente Amplio:

“Yo coincido por completo (con Álvaro Ramos) porque lo que ocurre a fin de cuentas es que el Estado tiene un conjunto de obligaciones incumplidas con la CCSS y, por tanto, son recursos que el Estado debió haber trasladado a la CCSS, pero no lo hizo nunca y por eso la deuda supera los ₡3 billones a la CCSS y sigue creciendo. Cada colón que el Estado deja de trasladarle a la CCSS se convierte en un colón que no es invertido en la seguridad social y, por tanto, debilita la atención que se le da a las personas usuarias, y por supuesto que eso también implica sanear, para llamarle de alguna manera, las finanzas del Gobierno central a costa debilitar la CCSS.

Si el Gobierno trasladara los recursos que corresponden a la CCSS, eso implicaría unas derogaciones mayores. Lo que hacen es que para sanear falsamente las finanzas públicas, terminan sin pagarle a la CCSS todo lo que corresponde y, por tanto, generan, en lo que corresponde al Gobierno central, la visión de una situación que es mejor que la que realmente tienen. Ese endeudamiento que tiene el Estado con la Caja no se reporta igual que la deuda interna y la deuda externa, no lo están poniendo ahí.

(…) Tenemos recursos que son de esta liquidez que corresponde a las inversiones en infraestructura, y yo ahí coincido también con don Álvaro. Si el Gobierno lo que está haciendo es utilizando esos recursos que deberían estar invirtiéndose en la construcción de clínicas y hospitales, y en lugar de utilizarlo, lo que están haciendo es creándole una demanda artificial de bonos al Gobierno utilizando los recursos que deberían invertirse en Seguridad Social, esto es un problema grave: tener a la CCSS con una cantidad de recursos tan significativa que debería estar invirtiendo para mejorar el servicio para la ciudadanía, y en lugar de eso estar sirviendo de prestamista del Gobierno central”.

María del Rocío Sáenz, expresidenta ejecutiva de la CCSS:

“Existe una posibilidad muy alta (que esté pasando lo que dice Álvaro Ramos). Yo no tengo evidencia para sustentar eso que le estoy diciendo, pero me parece que efectivamente hay una política macroeconómica sustentada en una afectación a la CCSS. En ese sentido, me parece que es un argumento potente, y que suena muy lógico por el accionar del Gobierno.

Cuando se dice que la CCSS tiene cerca de ₡2 billones en la reserva del seguro de salud, y que esas inversiones están en bonos, —y hasta donde yo recuerdo más del 80% de esas inversiones están en Hacienda— entonces en el momento en el que se hagan efectivos, Hacienda va a tener que movilizar ese dinero hacia la CCSS. 

Cuando don Guido Miranda (expresidente ejecutivo de la CCSS) y otras personas, por los años 60-70, vieron esta posibilidad de invertir en bonos del Estado, una de las grandes preocupaciones que tuvieron era que por medio de ese mecanismo se pudiera vulnerabilizar la autonomía de la CCSS. Nunca antes eso había sucedido hasta ahora que se asume una posición en la que no solo no se le paga, sino que no se están honrando las inversiones”. 

Julio Humphreys Vargas, vicepresidente del Consejo Regional de Juntas de Salud Huetar Atlántico:

“Yo concuerdo plenamente con él (Álvaro Ramos), porque es cierto que se estabilizan las finanzas y la inflación pues decrece o no aumenta, pero obviamente a costillas o a costas de no hacer inversión en salud pública, y de otras inversiones sociales que se deberían hacer.

(…) El país se ha estabilizado comparativamente con otras latitudes, pero si lo vemos de esa manera al fin y al cabo dentro de unos años el deterioro que vamos a tener va a ser bastante grande en cuestión de atención a la salud”.

 

Pie de Foto 1: El presidente ejecutivo de la CCSS, Álvaro Ramos, considera inapropiado que el Gobierno “perturbe” procesos sociales solo en función del tema fiscal. (Foto: Katya Alvarado)

Pie de Foto 2: Vecinos de diferentes comunidades del país esperan que la CCSS construya diferentes hospitales, entre ellos el de Golfito, el cual fue construido hace más de 80 años. (Foto: Katya Alvarado)

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