El gobierno de Rodrigo Chaves y sus brazos de acción en el exterior comenzaron esta semana a palpar el terreno y miden las posibilidades de triunfo que tendría una eventual candidatura de la expresidenta Laura Chinchilla para presidente el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Después de la reunión crítica que tuvo lugar el viernes por la noche entre la exmandataria y el presidente Chaves, la “exploración” anunciada empezó a desplegarse para medir las opciones de triunfo que tendría Chinchilla ante una posibilidad de postulación que ella señaló como viable.
Pese a la adversidad política conocida entre Chinchilla y Chaves, este aceptó evaluar las opciones de que Costa Rica la postule de manera formal, previo estudio de las condiciones del entorno internacional, lo que pasa también por analizar las otras posibles candidaturas para el puesto que tuvo que dejar el estadounidense Mauricio Claver-Carone, destituido por la Asamblea de Gobernadores de la institución.
En el panorama asoman nombres como los de la mexicana Alicia Bárcena, exsecretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), de la expresidenta chilena Michelle Bachelet y también una posible postulación procedente de las islas del Caribe, opciones que entra el juego de convencimientos y negociaciones entre los países impulsores y sobre todo los países de más peso relativo en el BID.
Chinchilla goza de apoyo internacional y respaldo de grupos afines al gobierno de Estados Unidos, ahora en manos del Partido Demócrata con Joe Biden, pero juega en su contra la falta de certeza de que la postule el gobierno de Costa Rica, presidido por un rodrigo Chaves con quien la exmandataria ha cruzado duras críticas.
Pese a cuestionamientos y descalificaciones mutuas desde la campaña electoral y luego en gobierno, tanto en asuntos externos como internos, Chaves le abrió las puertas de su despacho el viernes 7 de octubre y el mensaje posterior de ambos tuvo un tono más diplomático.
“Hablamos sobre las aspiraciones que se me han asignado, sobre posibilidad de avanzar a la presidencia del BID, algo que hasta este momento no había confirmado públicamente, porque lo más importante era tener la cortesía de comunicarle el tema al Presidente”, dijo Chinchilla.
Chaves, que tres días atrás dijo tener “reservas” sobre esa postulación, aceptó de manera tácita que vería bien la candidatura de la exmandataria, al centrarse más en el terreno que debería desarrollarse la candidatura que en las características de ella como candidata.
“Hay que explorar antes las posibilidades de Costa Rica de postular a alguien formalmente, porque es una elección muy compleja. Hay que ganarla en dos frentes: la mitad más uno del capital accionario del BID y ganar la mayoría de los votos de los 28 países miembros”, alegó Chaves. “Voy a conversarlos con socios internacionales y amigos de Costa Rica”, añadió.
Ni Chaves ni Chinchilla mencionaron las divergencias del pasado reciente, pese al sabido rechazo que contra el Partido Liberación Nacional (PLN) tiene un sector de la población que apoya a Chaves, o las críticas que contra ella han dirigido figuras políticas afines al Gobierno, como la diputada Pilar Cisneros.
Después de la reunión del viernes empezó a circular una carta firmada por decenas de figuras políticas y otras personas en apoyo a Laura Chinchilla, bajo el argumento de que el país obtendría réditos en caso de que ella alcance el cargo y de que ello no pasa por asuntos partidarios o rencillas políticas.
“El apoyo que recibo de diversos sectores y afiliación política me conmueve. Enaltece a Costa Rica cuando la polarización es la norma en otros países y me obliga a emprender una campaña hacia al BID inspirada en los valores que han marcado el desarrollo de mi país”, publicó en la red social Twitter el domingo.
El proceso de consulta, confirmación eventual y campaña podría llevar poco menos de dos meses, en un contexto complejo de relaciones entre países y ante la idea de buscar colocar a una mujer al frente del BID por primera vez en su historia.
