País Reacción a informe de la Relatoría de la Libertad de expresión

Exmagistrado Arroyo denuncia amenaza de Celso Gamboa

Magistrado Gamboa alega que tuit no tenía relación con revista cuyos periodistas se sintieron intimidados

El exmagistrado de la Sala Tercera y ex vicepresidente del Poder Judicial, José Manuel Arroyo, denunció haber sido amenazado por el magistrado Celso Gamboa en medio de una polémica por la publicación de un artículo que criticaba fuertemente a Gamboa, en el medio digital Revista Paquidermo.

La denuncia de Arroyo se da luego de que, el pasado 15 de abril, el informe de la Relatoría de la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), del relator Edison Lanza, citó un comentario del magistrado Gamboa en la red social Twitter como uno de los “Ataques, amenazas e intimidaciones a periodistas y medios de comunicación”.

“El 10 de mayo (del 2016), el magistrado de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, Celso Gamboa Sánchez, publicó en su cuenta personal de Twitter, el siguiente mensaje: ‘La imprudencia y malas decisiones pueden llevar a la extinción de Los Paquidermos’. El texto fue acompañado de la foto de un elefante. La publicación del mensaje fue interpretada, por directivos de la Revista Paquidermo, como un intento de intimidación que habría tenido como origen diferentes publicaciones que el medio de comunicación ha realizado criticando la designación y actuación del funcionario”.

“En su página de Facebook la revista publicó, el 11 de mayo, el siguiente estado: ‘Nunca antes nos había intimidado un alto funcionario. Esta es nuestra primera vez”. El magistrado declararía posteriormente, al Semanario Universidad, que su tuit no guarda ninguna relación con la Revista Paquidermo’”, dice el informe de la Relatoría.

El artículo que había sido publicado en la Revista Paquidermo se titulaba “Jairo no tiene magistrado” y hacía una dura crítica hacia la gestión de Gamboa en relación con el caso del asesinato del ambientalista Jairo Mora.

Sobre esto, Arroyo recordó que, en aquel momento, su letrado de confianza, Agustín Gutiérrez, era parte del Consejo Editorial de la Revista Paquidermo, y que el magistrado Gamboa llevó a la Sala Tercera una queja en contra del letrado.

“Mi letrado le dio las explicaciones (a Celso Gamboa), de que él no era el responsable de la publicación, hasta eso hizo, se disculpó, y creímos que el asunto iba a quedar ahí. Sin embargo, don Celso llevó el asunto a la Sala de Casación mostrando su inconformidad y ciertamente criticando ya no solo a don Agustín sino de alguna manera a mi persona, porque yo era el jefe inmediato de él”, narró Arroyo a UNIVERSIDAD.

“Empezó a exhibir que él conoce información de mi familia, lo cual es absolutamente inédito, nunca me había sucedido, ni como persona ni menos como magistrado. Sentí que estaba exhibiendo información con intenciones amenazantes, ya no solo contra Agustín sino contra mi persona. Empezó a decir que un hijo mío también había escrito en esa revista. Y esto es un estilo que tiene él de hacerle ver a la gente que tiene información personal o que es una persona muy informada y puede tener, en esa misma medida, poder. Sin duda lo sentí como una amenaza”, añadió el exmiembro de la Sala Tercera.

Arroyo afirmó que esta fue una de las razones por las que se jubiló el año pasado, pues se sintió “solo” y afirmó que en 38 años de carrera nunca vivió algo similar.

Consultado sobre las razones de que lo denunciara un año después, expresó: “La gente tiene miedo y cuando le digo gente, es toda la gente. No hablé hasta ahora que la Comisión interamericana toma nota del asunto y me siento con algún respaldo. La mayoría de la gente va a negar que esto sea cierto”.

Arroyo también manifestó preocupaciones por las vinculaciones político-partidarias que están ejerciendo influencia en el Poder Judicial.

Sobre Gamboa, agregó: “Lo que hay es un origen negativo -para calificarlo lo más neutro posible- de una persona que ha estado en la política partidaria, en los gobiernos, y llega a la magistratura sin idea clara de qué significar ser juez”.

Por su parte, el magistrado Gamboa negó nuevamente –como lo había hecho hace un año en una publicación de UNIVERSIDAD- que su tuit tuviese relación con la Revista Paquidermo.

“Yo no puedo dejarme llevar por la apreciación subjetiva de determinados grupos sobre lo que yo pueda poner en Twitter”, alegó.

Sobre las apreciaciones de Arroyo, respondió: “José Manuel me dijo que no conocía la revista y le dije que me parecía muy extraño porque su hijo era escritor de la revista. Eso fue todo”.
Añadió que nunca tuvo una discusión seria con el ex vicepresidente de la Corte sino discrepancias en votos.

“Pero no quiero referirme a don José Manuel, que es un señor que ya está jubilado y espero que disfrute la jubilación”, finalizó.

Otros casos que menciona el informe de la Relatoría son la amenaza del presunto líder de un grupo narco al periodista de Telenoticias, Álvaro Sánchez, cuando este se encontraba cubriendo la detención, y las agresiones verbales a un equipo de Diario Extra durante manifestaciones de taxistas.

Libertad de expresión

El director de la Revista Paquidermo, Francisco Víctor Aguilar, narró a UNIVERSIDAD que luego del polémico tuit del magistrado, interpusieron la denuncia ante el relator.
“Que se publique en el informe le da legitimidad a la forma en la que reaccionamos frente al tuit. Es legítimo interpretarlo como una amenaza”, expresó.

Como consecuencias de esa supuesta intimidación, Víctor mencionó que se separaron del equipo de periodistas Agustín Gutiérrez y otros miembros.

“En términos de lo que publicamos, (tuvo impacto) quizá no directamente, pero indirectamente sí. Comenzamos a recibir menos propuestas de corte político como las que estábamos acostumbrados a publicar”.

Resaltó que la revista digital es un medio de opinión. “No pretendemos informar sino generar crítica y opinión, es una tarea muy ideológica y política de frente. Paquidermo no esconde sus intenciones ni línea ideológica (…) Nos preocupa que el ataque sea también por razones político-ideológicas”.

La defensora de los Habitantes, Montserrat Solano Carboni, indicó que esa entidad nunca recibió denuncia ni solicitud de acompañamiento en relación con el caso del magistrado.

“Esto se basa mucho quizá en el tema de percepción, intenciones y si lo que se dice es lo que realmente pasó. Al final termina siendo un asunto de prueba un poco complicado”, comentó.

No obstante, explicó que la Defensoría de los Habitantes coincide con la Relatoría en que los funcionarios públicos deben ser más tolerantes a la crítica sin que eso signifique que estén “desprovistos por completo de su derecho al honor”.

“El efecto que muchos de estos eventos pueden tener -quizá un caso aislado no, pero cuando hay varios-, puede ser el amedrentamiento de la prensa. En este caso, habría que ver qué efecto pudo tener en la línea editorial de la revista”, consideró.

Solano recalcó la importancia de que los periodistas denuncien, ya sea ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) o el Ministerio Público cuando hay amenazas, ante la Corte Plena cuando haya un magistrado vinculado o ante la Defensoría de los Habitantes.

Alejandro Delgado, presidente del Instituto de Prensa y Libertad de Expresión (IPLEX), consideró que se trata de un hecho “aislado” en el país, pero que genera una alerta.

“Porque un comentario de ese tipo, venga de quien venga –y no me refiero específicamente al caso de don Celso- me parece que puede generar, al menos, temor, que al final termina siendo autocensura”.

“No deja de ser una llamada de atención a la que hay que ponerle atención para que los funcionarios cuiden su forma de manifestarse. Están en todos sus derecho de discrepar con la prensa, lo complicado es cuando de paso podrían estar mandando un mensaje de censura. Eso es totalmente inaceptable en una democracia”, apuntó.

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