Un grupo de estudiantes de secundaria pidió al Consejo Superior de Educación (CSE) suspender la aplicación de las pruebas nacionales estandarizadas, pues consideran que son “una improvisación” por parte de las autoridades, e incluso no han sido validadas con el rigor técnico necesario.
Así lo demandaron los estudiantes al CSE mediante una acción administrativa presentada el pasado miércoles 9 de agosto.
“Esta es una solicitud para la suspensión de las pruebas nacionales estandarizadas, hasta tanto los instrumentos de medición técnica y de evaluación sean sustentados científicamente y validados mediante un pilotaje”, indicó Alejandro Barrantes, estudiante del Colegio José María Gutiérrez, este jueves en conferencia de prensa.
“(…) No vamos a conformarnos con menos que no sea la suspensión de estas pruebas, por lo menos por este año, hasta que ellas sean sustentadas”, agregó.
Entre las razones para presentar esta medida administrativa, los estudiantes indicaron que la prueba nacional estandarizada realizada en el primer semestre prevista originalmente para repetirse en el segundo semestre y la técnica de evaluación utilizada no está sustentada científicamente, ni validada por un peritaje confiable.
Agregaron que el resultado de la prueba nacional estandarizada aplicada en el primer semestre carece de validez académica y de utilidad para la mejora educativa; y que existen errores de planificación y de ejecución en la implementación de la prueba que no se han resuelto.
Además, indicaron que estos exámenes “no respetan los derechos de las personas estudiantes con necesidades especiales y personas migrantes, ni las diferencias de oportunidad por falta de conectividad.
A esto sumaron el hecho de que la aplicación de la prueba nacional estandarizada con valor sumativo, la cual tiene un efecto en la promoción académica, también tendrá un impacto discriminatorio y provocará una mayor exclusión educativa.
Los estudiantes resaltaron que “no están en contra de los instrumentos de evaluación en el sistema educativo público”, y que reconocen la importancia de las pruebas estandarizadas, siempre y cuando estén bien diseñadas y estén científicamente sustentadas.
Finalmente, los estudiantes también denunciaron públicamente el uso de la fuerza policial el pasado lunes 7 de agosto, cuando se dieron enfrentamientos entre policías y estudiantes.
“Esto fue una marcha pacífica. En todo momento se tenía como objetivo entregar a Casa Presidencial un documento con nuestra posición sobre las pruebas”, indicó otra de las estudiantes de secundaria del Colegio Técnico Profesional de Dos Cercas, quien agregó que recibieron violencia física y verbal.
Acuerdos anteriores
El CSE acordó el pasado lunes por la noche modificar el valor porcentual de la Prueba Nacional Estandarizada Sumativa, la cual pasó de tener un valor del 40% de la nota a un 30% para este 2023. Esto significa que el restante 70% corresponderá a trabajo en clase. La modificación se dio tras una propuesta al CSE por parte de la ministra de Educación Anna Katharina Müller y el mismo día en que un grupo de estudiantes de secundaria se movilizaron en protesta a Casa Presidencial el pasado lunes 7 de agosto.
Esta medida será transitoria y solo se aplicará para este año, pues para 2024 la Prueba Nacional Estandarizada Sumativa tendrá un valor de 40% (como inicialmente estaba planteado para este año) y subirá a 50% en 2025.
Ese mismo día, luego de las movilizaciones realizadas por parte de la comunidad estudiantil, el MEP prometió que la prueba estandarizada no va a influir en la nota de presentación que se remite a las universidades públicas, pues esta incluirá todas las asignaturas de la malla curricular y de todo el ciclo lectivo.
En el caso de colegios académicos se tomarán en cuenta los dos semestres de décimo y el primero de undécimo; y para colegios técnicos se incluirán los dos semestres de décimo y undécimo, sumados al primer semestre de duodécimo.
Por otra parte, la entidad estipuló que la cantidad de preguntas de las pruebas estandarizadas aumentaría a 35 por componente, lo que implica que cada pregunta tenga menor valor y por ende, el estudiante tenga mayor posibilidad de acertar y aprobar la prueba.
