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Estado de la Nación identifica las diez peores trampas viales en Costa Rica

Las zonas con la mayor cantidad de presas se encuentran en la Gran Área Metropolitana; son áreas de cerca de un kilómetro de diámetro, en que se concentran no una sino varias vías con atascos frecuentes.

Una visualización llevada a cabo por investigadores del Programa Estado de la Nación, y disponible en: https://estadonacion.or.cr/trampas-viales/, permite identificar las diez zonas con mayor congestionamiento vial en el país, como fruto del crecimiento desordenado de las ciudades, un ineficiente diseño del transporte público y una creciente cantidad de vehículos particulares.

Las características de estos atascos del tránsito permiten refuerzan la idea de que la solución realista a este problema no se encuentra en una ampliación de las carreteras, sino en reducir el uso de los automóviles, dar condiciones para la movilidad no motorizada y crear alternativas de transporte masivo, interconectado y eficiente, indicó el Estado de la Nación este martes en un comunicado.

El Estado de la Nación explicó que con el apoyo del Departamento de Informática del Ministerio de Obras Públicas y Transporte se utilizó la base de datos de la aplicación WAZE para este análisis, que permitió confirmar en cuáles zonas hay más congestionamientos.

Se trata de áreas de cerca de un kilómetro de diámetro, en que se concentran no una sino varias vías con atascos frecuentes. El estudio tomó 20 millones de registros acumulados durante un año (2017), que permiten determinar dónde se concentran las presas, de qué tamaño son y a qué velocidad se recorren. Gracias a esto, se pudo elaborar por primera vez un ranking de las peores diez zonas, con datos empíricos.

Las diez zonas registradas con los puntos más graves de presas se encuentran en la Gran Área Metropolitana. No se trata de congestionamientos aislados, sino áreas que se entraban por diversas vías a la vez.

Se trata de puntos neurálgicos de la red vial, en su mayoría en centros urbanos ubicados en San José centro, San Pedro, Alajuela centro, Zapote, Guadalupe, Heredia centro o Curridabat.

También hay algunos puntos de paso que son entrada a este tipo de zonas, tales como Barrio México/Cinco Esquinas, rotonda Juan Pablo II y entrada de la Autopista General Cañas, y Paseo Colón/Sabana Este.

El Informe Estado de la Nación 2018 recalca que pensar en grandes cambios de infraestructura vial no es una solución realista y posible de implementar.

Estas zonas están en cantones densamente poblados, y aunque el punto específico no lo sea (el centro de San José, por ejemplo), lo cierto es que son calles de paso para gran cantidad de población.

Cerca de un millón de personas se mueven al día de su municipio para trabajar en la GAM. Solo en los cantones centrales de San José, Heredia, Alajuela, Curridabat y Montes de Oca, casi 350.000 personas trabajan fuera de donde viven y pasan probablemente por estos puntos.

Alguien que viaje de Curridabat a San José, por ejemplo, tiene un tiempo promedio de 45 minutos de viaje en horas pico, y usualmente no van a trabajar ahí, sino a moverse a otros puntos que le suman más tiempo (el promedio en hora pico es de 1,3 horas). Pero también se trata de zonas altamente construidas. El centro de San José tiene un 98% de su área ya urbanizada, y la mayoría de distritos involucrados tienen más del 80%.

Ante esta realidad, la solución no está donde la mayoría de la imagina, hizo ver Leonardo Merino, Coordinador de Investigación del Informe Estado de la Nación.

“Cuando estas zonas nos atrapan, la frustración causa una fantasía: ¡si el Estado hiciera más calles…! Esto lleva la premisa de que el problema está en “los otros” y en “un mal gobierno”, y nunca en nosotros mismos, que vamos sentados solos en el carro causando presa, mientras pensamos en cómo queremos que alguien nos la resuelva”, expresó Merino.

Como plantea la información contemplada en la visualización, que se publicó este 17 de diciembre de 2018, “Se sabe que por los diez puntos con mayor congestionamiento vial seguirán moviéndose cientos de miles de personas diariamente, y que no es posible ampliar significativamente las carreteras; la apuesta realista, necesaria y urgente es otra: hay que sacar a la gente del automóvil, dar condiciones para la movilidad no motorizada y crear alternativas de transporte masivo, interconectado y eficiente. Así no solo bajaremos los tiempos de viaje, sino las emisiones contaminantes, los altos costos económicos y la tensión que genera el panorama actual.”

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