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En las Américas las mujeres afrodescendientes embarazadas sufren maltratos desproporcionados en centros de salud

Costa Rica recientemente incorporó protección de esta población en la normativa del Convenio 169 de pueblos indígenas y tribales, pero resta camino para que población afro perciba un trato igualitario

En Estados Unidos las mujeres afrodescendientes tienen tres veces más probabilidades de morir durante el parto que las blancas; dicha tasa es 2,5 veces superior en Surinam y 1,6 veces en el Brasil y Colombia; mientras que en las Américas, adultas y niñas afrodescendientes sufren abuso y desamparo y sus necesidades no se toman en serio en los centros de salud.

Esto lo determinó un estudio desarrollado por UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva, el cual concluyó que existe un patrón sistémico e histórico de abuso de carácter racista en el sector de la salud en todos los continentes.

El maltrato del que son víctimas las mujeres afro al recibir atención sanitaria tiende a manifestarse como agresiones físicas y verbales o de denegación de una atención de calidad y la paliación del dolor, lo cual provoca complicaciones durante el embarazo y un retraso de las intervenciones, que a la larga puede desencadenar en la muerte.

De acuerdo con la investigación, existe una serie de ideas erróneas que atribuyen como motivos de estos indicadores de muerte durante el parto, a que las mujeres afrodescendientes no recurren al tratamiento a tiempo, llevan hábitos de vida poco saludables o tienen una predisposición genética. UNFPA lo desmiente categóricamente y sostiene que existe un patrón histórico de abuso racista en el sector salud.

“Desde la formación médica hasta la prestación de servicios sanitarios, y pasando por la formulación de políticas, las mujeres afrodescendientes sufren un abandono y un maltrato sistémicos”, reveló la investigación.

“La plaga del racismo sigue vigente para las mujeres y niñas negras de las Américas, muchas de las cuales son descendientes de las víctimas de la esclavitud”, afirmó Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA.

Este abandono de los sistemas de salud también se refleja en la recopilación de datos estadísticos, pues solamente en 11 de los 35 países de la región se reúnen datos sobre la salud materna, desglosados por raza y únicamente un tercio de los 32 planes nacionales de salud existentes determinan a las personas afrodescendientes como un grupo poblacional que se enfrenta a barreras para acceder a la asistencia sanitaria.

Costa Rica no está exento

Pese a que Costa Rica ha desarrollado a lo largo de décadas un sistema de salud materna que es gratuita y cubre a todas las mujeres independientemente de su nacionalidad o situación social, siguen existiendo barreras culturales que hacen que algunas tengan más o menos acceso a dicha atención.

Así lo confirmó Siannie Palmer, una enfermera obstetra-ginecóloga que trabaja en el sur caribeño del país, quien contó durante el lanzamiento regional del estudio de UNFPA, que el racismo y la discriminación que históricamente ha vivido la población afrodescendiente podría ser una de las razones por las que aún se percibe este trato desigual.

“Podría no ser una situación tan abierta en la actualidad, pero es un problema histórico y estructural, pueden ser pequeños gestos, cierta forma de decir o preguntar las cosas, incluso podría no ser intencional, pero eso puede generar que las mujeres no vayan a consulta”, explicó Palmer.

Agregó que, para Costa Rica, en el tema de salud materna no se ha visto un impacto, porque la mortalidad materna no es mayor en el grupo u otro, de hecho, en los últimos 16 años no le ha tocado reportar casos de muertes maternas o de niños menores de un año.

Actualmente, la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), ha buscado formas de acercarse a estas poblaciones, a través de reuniones de encuentro, en lo que la enfermera obstetra califica como una oportunidad para que el personal de salud pueda escuchar cómo la población percibe el servicio que recibe y las recomendaciones para que ésta mejore.

“Cuando iniciamos la consulta de ginecología en el cantón de Talamanca, específicamente en la comunidad Honecreek (en la cual labora), logramos trabajar con todas las poblaciones, atendemos a aquellas mujeres que necesitan papanicolau, de cualquier etnia y mujeres embarazadas de alto riesgo”, contó.

Sí considera que el desfase que puede suceder en esta comunidad para la atención temprana del embarazo en población afrodescendiente, podría estar relacionada a un tema de horario, pues la mayoría de personas del pueblo se dedica al turismo y se dificulta sacar cita en el horario que pone la CCSS, o asistir a una consulta.

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