A media mañana, a las afueras del Hospital Max Peralta decenas de mujeres cuidadoras fácilmente identificables corren de un lado a otro con papeles en una mano y en la otra a su padre, madre, hijo o hija.
La vecina de Cartago, Maribel Mena, acompaña a su tío de compras, como lo ha hecho durante tres años y como también lo hace con su padre y lo hizo con su tía -hasta que falleció-.
“Me gusta mucho acompañarlo, para protegerlo de tanta cosa que se ve hoy en día. Me inclino mucho por el adulto mayor (..) Sería muy bueno que ellos (los hombres) anduvieran, siempre la mujer es la que dejan cuidando a todos los adultos mayores” dijo Mena.
A 200 metros de Mena está Raquel, una madre de tres que está sacando una cita de rayos x para su hija: “Si se tienen los hijos en el hospital… atenderlos a ellos, hacer los quehaceres, el oficio, tener la comida lista, sobre todo con el más pequeño”.
“La mayoría no se da cuenta de nuestro trabajo, sobre todo los hombres, ellos creen que es más fácil que trabajar afuera, pero no. Fuera bonito que se involucren más, para que vean el trabajo duro que es”.
Las mujeres en Costa Rica dedican más del doble de horas a la semana al trabajo doméstico y de cuido no pago. En total invierten 32 horas de su tiempo frente a 15 horas que dedican los hombres, determinó la última Encuesta de uso del tiempo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Esta encuesta también identifica que la actividad a la que dedican más tiempo es al cuido de personas mayores de 12 años, totalmente dependientes, con más de 13 horas; frente a 6 horas que dedican los hombres. La brecha se mantiene en el caso del cuido de niños y niñas menores de 12 años, a la que las mujeres destinan 12 horas, frente a 7 horas que dedican las personas del sexo opuesto.
Más de la mitad de las mujeres están fuera de la fuerza laboral, alrededor de un millón, e incorporarlas es uno de los retos más grandes del país frente a los cambios demográficos que vive en el que cada vez hay menos nacimientos y por lo tanto personas en edad de trabajar.
“La red de apoyo de los menores es fundamental, por dicha ya existe en el país desde hace más de una década, pero lamentablemente es muy limitada y fue creada incluso con ciertos aspectos perversos porque es solo para las personas por debajo de la línea de pobreza y cuando una mujer, por ejemplo, una madre empieza a trabajar y sale de la línea de pobreza, deja de tener acceso a la red. La Red de Cuido tiene que ampliarse y volverse universal” comentó el reconocido demógrafo Luis Rosero-Bixby en una conferencia el pasado primero de marzo.
Mujeres jefas de hogar en pobreza
El trabajo doméstico no remunerado tiene importantes implicaciones en la vida de las mujeres, limita sus ingresos y compromete la posibilidad de tener pensión acorde. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señaló que más del 90% de las mujeres en Costa Rica no trabajan remuneradamente y que las tareas de cuido son su mayor obstáculo.
“Las mujeres que asumen responsabilidades de cuidado familiar enfrentan dificultades para completar la educación o continuar en la fuerza laboral. Esto afecta a las mujeres de todos los niveles de ingresos, pero en particular a las de hogares de bajos ingresos” dice el informe, publicado el año pasado.
La Unicef señaló en su último informe el persistente aumento en la pobreza en hogares con jefatura femenina que a la vez resulta en que los niños, niñas y adolescentes en el país sufran más las pobreza monetaria, ya que alcanza el 38,3% (470 mil personas) -en comparación al 25% general- y al 13% de esta población le alcanza la pobreza extrema 13%.
Entre las mujeres que trabajan, asumir trabajo doméstico y de cuido es su doble jornada. A pesar de laborar más horas en conjunto, en las estadísticas sufren más el desempleo y el subempleo, y acceden trabajos de menor calidad, porque su rol de cuidadoras no es reconocido como un trabajo formal.
