País Cobertura especial desde la Conferencia Internacional del Trabajo

Empleo informal de 2.000 millones en el mundo reduce garantía de aplicar sistemas de protección social

En América Latina y el Caribe cerca del 53% de los ocupados están en el sector informal, con mayor presencia en el sector agropecuario y de cuido.

Ginebra, Suiza. A nivel mundial, existe un total de 2.000 millones de personas trabajadoras que se encuentran en la informalidad, eso significa un 60% de los ocupados, y su condición laboral es un factor que juega en contra de las posibilidades para establecer eficientes sistemas de protección social.

El trabajo informal se marca con mayor énfasis para los vendedores ambulantes, trabajadores agrícolas, recicladores, empleadas domésticas o personas en la economía de plataformas.

Si se analiza la situación para América Latina y el Caribe, se trata de unos 140 millones de personas que están en el sector informal, es decir, cerca del 53% de los ocupados, siendo el sector agropecuario y de cuido los más afectados.

Este ha sido uno de los temas que se ha discutido en el marco de la 111 Conferencia Internacional del Trabajo (CIT), evento que realiza cada año la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, Suiza y que reúne a representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores de los 187 países miembro de este organismo de Naciones Unidas.

En la CIT se ha planteado que tener esa enorme cantidad de trabajadores en el sector informal marca fuertemente las dificultades para construir sistemas de protección social integradores, algo que resulta urgente para impulsar buenas condiciones salariales, de jornadas laborales, protección de la maternidad y para hacer frente a los despidos sin precedentes y la seguridad y salud en el trabajo.

En otras palabras, quienes trabajan sin estar registrados en un sistema de protección social y en la formalidad padecen empleos de mala calidad, salarios bajos, largas jornadas, falta de oportunidades de formación y de acceso a la seguridad social, y están representados de forma mayoritaria por mujeres y personas jóvenes.

Para la OIT los procesos de transición de la economía informal a la formal deben darse, pero no a cualquier precio; deben respetar los derechos fundamentales de las personas trabajadoras, lograr políticas públicas que promuevan empresas sostenibles.

De acuerdo con Sonia George, vicepresidenta de la Asociación de Trabajadoras Autónomas de la India, quien expuso sobre la temática, la economía informal tiene características que hacen difíciles su control, por ejemplo, no hay un empleador visible y para encontrar la relación laboral es muy difícil, y las normas internacionales y nacionales se refieren a la protección laboral donde sí existe un patrono.

“Es muy difícil que se organicen, tienen diversos horarios de trabajo y sin un espacio físico determinado para llegar adónde están los trabajadores, lo cual dificulta muchísimo su acompañamiento y negociación colectiva.”, detalló George.

Añadió la dirigente sindical, que es necesario crear nuevas formas de negociación colectiva, por ejemplo, en el caso de vendedores ambulantes, utilizar los espacios públicos, estableciendo conexiones a través de municipalidades y otros para unir a las personas trabajadoras.

 

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