País

El presidente electo corre a extinguir las llamas de la campaña

El discurso de la noche electoral, la primera conferencia de prensa y un abrazo con Figueres: el fuerte viraje en el tono de Rodrigo Chaves para empezar a gobernar.

La operación fue rápida. El TSE dio un dato contundente pasadas las 8 p.m., media hora después el candidato perdedor José María Figueres salió a felicitar a Rodrigo Chaves y al rato estaba el ganador leyendo su discurso en un modo que nadie lo habría creído posible en la víspera, al cierre de la hiriente campaña electoral.

Fue un mensaje lleno de conciliación y de comprensión de los resultados, de inclusión para quienes acabaron votando por Figueres, pero también por los 1,5 millones de costarricenses que no votaron. Promesa de respeto a las formas democráticas, llamado a deponer las banderas (todas, incluidas las de los partidos a que llamaba corruptos), juramento a respetar la Constitución, a dialogar. Felicitación a “don José María” (ya no ‘Chema Olsen’) y cita al “milagro costarricense” que Pepe Figueres proclamaba allá por años del naciente PLN.

“Apartemos las mezquindades y vanidades, esta misma noche empezaremos juntos a servir a nuestra patria (…) Comprendo que en una campaña electoral se dicen muchas cosas. Todo cambio crea incertidumbre, en muchos casos amenaza privilegios y afecta intereses, pero yo me he comprometido y me empeñaré en impulsar profundos y positivos cambios en la forma de gobernar Costa Rica democráticamente”, leyó en el hotel Radisson ante decenas de simpatizantes y ante las cámaras. Sabía que hablaba para todo el país y más allá. Era consciente de la alta temperatura que habían alcanzado sus mensajes en campaña y de las fricciones con los adversarios.

A Fabricio Alvarado le había dicho “usted es un actor” y a Eliécer Feinzaing lo pintó como un candidato al servicio de los ricos y ambos son líderes de sus respectivas bancadas legislativas. A Lineth Saborío le cuestionó la capacidad intelectual, a Frente Amplio lo desdeñó apenas PPSD alcanzó el paso a segunda ronda y el PLN fue su blanco favorito, con Figueres como “mentiroso” y representante de la política corrupta, decía Chaves. Fueron constantes las fricciones con la prensa y con algunos gremios, como cuando usó la figura de “pijamas” para referirse a médicos. Habló también contra los “grupos poderosos”, aunque sin precisar demasiado.

Pero la campaña ya acabó y Rodrigo Chaves está decidido a extinguir las llamas, si es eso posible del todo.

Por si quedaban dudas, ese mensaje conciliatorio lo reiteró el lunes en su primera conferencia de prensa, donde contó que había llamado a Figueres y le había dejado mensajes de audio, pero que seguía esperando la respuesta.

Esa respuesta llegó pronto y Chaves estuvo dispuesto a sacrificar el rato de descanso que tenía pensado pasar con su familia el martes por la mañana, cuando dejó para la prensa un gesto todavía más gráfico: un abrazo con Figueres. Fue en la casa del próximo presidente, en una reunión tras la cual abundaron los cumplidos recíprocos y reiteraron que están para trabajar juntos. En el encuentro estuvieron “doña Laura Arguedas” y “don Álvaro Ramírez”, los excandidatos a vicepresidencias, de quien dijo “me impresionaron por su inteligencia y capacidad”.

Figueres hizo su parte. Atrás quedó el “salto al vacío”, el señalamiento de misoginia y el deseo de verlo en cualquier otro espacio menos en la política. Si para pelear se necesitan dos, para apaciguar convienen dos también: “Venimos en representación de 900.000 personas que nos votaron el domingo. Vengo a felicitarlo y decirle que como costarricenses nos tiene a la orden (…) El país necesita que nos pongamos de acuerdo por las crisis y necedades en que estamos”.

Chaves le pidió el favor a Figueres de concertar un encuentro con los 19 diputados del PLN, el mayor grupo del Congreso que tomará funciones el 1 de mayo y del que dependerá mucho del margen de maniobra del nuevo gobierno. Y recordó, eso sí, que buscará a las otras fracciones, que poco se lograría con solo los 19 del PLN y los 10 del PPSD. Tuvo palabras para mencionar a las otras cuatro bancadas, para la inclusividad de grupos vulnerables y para advertir que en la formación de su gabinete no hay puertas cerradas para gente de otros. “Es un orgullo ser miembro de la sociedad más pacífica del continente. Guardemos los odios, no hay tiempo para vanidades”, añadió antes de excusarse unos minutos con los periodistas para cumplir con la cortesía de acompañar a Figueres, a Ramírez y a Arguedas a la salida. Todas las señales estaban dadas.

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