La desinformación, la baja escolaridad y la poca anuencia de las piñeras para que sus trabajadores sean inmunizados hacen que vecinos de Pital, en San Carlos, se resistan a ser vacunados contra la COVID-19. Ni el visitar casa por casa o llevar las inyecciones a los lugares más alejados de esta zona han sido suficientes para que los pobladores se interesen por inmunizarse.
Mientras que en otras zonas del país las largas filas continúan siendo la constante diaria para recibir la inmunización, el pasado jueves 22 de julio, el vacunatorio principal ubicado en la Clínica de Pital tan solo colocó 10 dosis de la vacuna contra la COVID-19, aseguraron las autoridades encargadas.
“El problema más grande que hemos tenido ha sido la negatividad para recibir la vacuna, no quieren vacunarse. Ellos dicen que si se vacunan se van a enfermar más, y muchos también dicen que la vacuna no sirve para nada, o que para qué se la van a poner si igual les va a dar”, indicó la directora a.i. del Área de Salud de Pital, Adelina Salazar.
“No es que no hemos buscado a la gente, se ha ido casa por casa, se ha ido a las comunidades, a las empresas, a los colegios, las escuelas, a los supermercados, se ha movilizado mucho”, añadió.
Hasta el pasado 27 de julio, el Área de Salud de Pital apenas contabilizaba un 43,9% de su población con primeras dosis contra la COVID-19; es decir, apenas 12.650 de las 28.818 personas a vacunar contra esta enfermedad, convirtiéndose así en una de las áreas más rezagadas en la carrera por alcanzar la inmunidad de rebaño.
Desinformación
La desinformación es quizá la causa que más ha influido en la resistencia a la vacunación de los vecinos de Pital, señalan las autoridades y los mismos pobladores. Los mitos que se viralizan en redes sociales, así como el boca a boca entre la comunidad provocaron esta baja.
“La desinformación a través de las redes sociales llega ahora muy fácil, y si no hay alguien que corrija o les cambie ese error, puede ser que sigan asociados a esa línea de pensamiento”, indicó el director regional a.í.de la Dirección Regional de Servicios de Salud Región Huetar Norte, Randall Chavarría.
“Hay mitos religiosos, hay de todo. Hay cosas tan cómicas que dicen, como que el Gobierno implantó un chip y los quiere controlar, cosas como esas que no tienen ningún sentido. Nosotros hemos tratado a través de redes sociales, medios de comunicación locales, nos hemos reunido con sacerdotes y pastores para explicarle a la gente que no hay de esas cosas. Una de las cosas que estaba más de moda es que para finales de julio se iba a activar el chip que se les estaba colocando en el brazo y se iba a producir una muerte global de gente para controlar natalidad”, añadió.
Basta con visitar el Parque de Pital, ubicado a 1.8 kilómetros de la clínica, y conversar con los lugareños para conocer de primera mano la negativa que tiene esta población a recibir la vacuna.
“No lo siento importante. Muchas personas se la han puesto pero tienen efectos secundarios. Es preocupante porque trae consecuencias, van a parar al Hospital de San Carlos”, indicó Angélica Wilson, de 32 años de edad.
Esta vecina de Pital y sus tres hermanos aseguran que no consideran que la vacunación sea importante y que además trae más perjuicios que beneficios.
“Nada garantiza que sea efectivo, ni el Gobierno. Hay gente que se ha vacunado e igual se contagia. Solo Dios tiene la última palabra”, añadió su hermana Leticia Wilson, de 25 años de edad.
Aseguraron que en la comunidad de El Saíno, donde residen, varias personas han muerto luego de ser vacunados contra la COVID-19.
Lo mismo mencionó Alexis Gutiérrez, de 26 años, quien destacó que una amistad suya murió luego de ser vacunada. En su criterio, la vacuna contra la COVID-19 “no es muy buena”.
Diferente a ellos opina María de los Ángeles Rodríguez, de 61 años de edad, quien se vacunó hace unos meses. Esta vendedora ambulante aseguró que muchos pobladores de Pital no quieren vacunarse, algunos de ellos alentados por grupos religiosos que los incitan a no hacerlo.
Miedo por efectos secundarios
Ligado a la desinformación, existe el miedo a la vacunación, ese es el caso de María Alvarado, de 45 años de edad. En su caso “el miedo” a los efectos secundarios que podría causarle recibir la vacuna la mantienen alejada de los vacunatorios.
“Me da miedo, seguro que en algún momento lo vamos a tener que hacer. Mis hijos ya lo hicieron, pero yo vivo muy enferma, padezco de dolor de huesos. Yo tengo que ir a trabajar, y a unos les da feísimo (los efectos secundarios) luego de vacunarse”, añadió.
Esta vecina tampoco está segura de la efectividad de la vacuna; sin embargo, es consciente de que en algún momento lo tendrá que hacer por obligación.
La directora a.i. del Área de Salud de Pital, Adelina Salazar, agregó que en las comunidades de Pital viven gran cantidad de nicaragüenses, muchos de ellos no tienen escolaridad; esto también se relaciona con el rechazo de esta población a vacunarse.
Poca anuencia de piñeras
Para el director a.i.de la Dirección Regional de Servicios de Salud Región Huetar, otra razón que está causando la baja en la vacunación en Pital, y también en Santa Rosa y Los Chiles, es la poca anuencia de las piñeras para que sus empleados sean inmunizados. Gran parte de la población de estos tres sitios se dedica a actividades agrícolas.
“Creemos que en algunos casos puede darse también porque hay algunos patronos que no están dándole permiso a sus trabajadores, sobre todo en piñeras y naranjeras. Nosotros hemos tratado de llevar la vacuna a estos lugares, pero ellos para no perder producción, no les sirve. Ellos tienen la preocupación de que se les va a enfermar el trabajador por la vacuna y entonces no desean este proceso. Ha faltado anuencia en algunas piñeras”, agregó Chavarría.
Chavarría indicó que en el caso específico de Santa Rosa y Los Chiles, se acercaron incluso a los dueños de las piñeras para visitar las fincas e inmunizar a los trabajadores; sin embargo, ellos querían imponer sus propias reglas, y que los equipos vacunadores tan solo colocaran entre 10 o 15 dosis por visita.
Esta opción no resulta favorable para la CCSS, pues existen piñeras con más de 1.000 empleados, por lo que tardarían mucho tiempo en poder vacunar a todo el personal.
Preocupación
Un equipo de UNIVERSIDAD visitó el jueves 29 de julio la Clínica de Pital en horas de la tarde y no halló personas esperando para vacunarse, el vacunatorio estaba completamente vacío. Una enfermera del lugar mencionó que la colocación de los biológicos durante ese día estuvo baja.
La baja vacunación en Pital preocupa a las autoridades sanitarias. Actualmente existen cinco vacunatorios en esta área de salud distribuidos por varias comunidades, hay vacunas disponibles y el personal está listo para inmunizar, lo único que falta es la disposición de la población, indicó la directora a.i. del Área de Salud.
Salazar comentó también que semanas atrás los equipos vacunadores visitaron centros educativos para inmunizar a la población mayor de 12 años; sin embargo, la respuesta no fue positiva. Lo mismo sucedió con los barridos casa por casa, en los cuales los Asistentes Técnicos de Atención Primaria (Ataps) visitan los domicilios de la población con el objetivo de vacunar.
“Es preocupante, los funcionarios están cansados. No es lo mismo estar en un lugar vacunando a salir casa por casa, bajo la lluvia o con sol. También nos preocupa que la población que se nos va a ir enfermando es la que tiene riesgo y no está vacunada, se nos va a complicar más y hacen que el trabajo que tenemos acá sea mayor y que el hospital colapse”, explicó Salazar.
En esa misma línea, el director regional a.i. de la Dirección Regional de Servicios de Salud Región Huetar Norte, Randall Chavarría, alegó que los funcionarios de la CCSS han recorrido entre 70 y 80 kilómetros en las comunidades de Santa Rosa, Los Chiles y Pital en motocicleta, lancha o cuadraciclo con tal de vacunar a la población; sin embargo la negativa es la que impera.
Según datos de la CCSS, hasta el pasado 27 de julio, el Área de Salud de Los Chiles presentaba una cobertura del 45% en primeras dosis, seguido de Santa Rosa con 49,3%. Estas áreas que son fronterizas junto a Pital son las más rezagadas en cuanto a vacunación en la Región Huetar Norte.
Las estrategias de vacunación se han ido agotando en estos tres sitios ubicados en San Carlos. El fin de semana anterior (del 31 de julio al 1 de agosto), por ejemplo, se tenía planeado inmunizar a cerca de 1.000 personas en Pital, pero apenas se alcanzaron cerca de 200 dosis aplicadas.
De acuerdo con Chavarría, tras la poca afluencia en los vacunatorios, la idea es replicar en estas comunidades estrategias que han funcionado en Aguas Zarcas y Ciudad Quesada, las áreas de salud que llevan la delantera en la Región Huetar Norte, tales como el hecho de que el comercio ofrezca regalías o descuentos a la población que asiste a vacunarse o presente su carné de vacunas.
Asimismo añadió que otra de las estrategias continuarán aplicando serán los barridos casa por casa, y la visita a piñeras y centros educativos. “Hay que encontrar la estrategia más adecuada para los que nos faltan”, finalizó.
Esta no es la única preocupación para las autoridades de la Región Huetar Norte, pues mientras la vacunación en estas tres áreas de salud presenta números bajos, el aumento de los contagios por COVID-19 en San Carlos y Los Chiles es una realidad.
Hasta el 3 de agosto —último corte— San Carlos presentaba un total de 56 casos nuevos, convirtiéndose así el segundo cantón con más contagios después de Alajuela, mientras que Los Chiles sumó 15.
La precariedad laboral, y la práctica normalizada de traer migrantes sin documentos a través de la frontera norte causó una explosión de contagios en la zona norte en mayo del 2020.
Vecinos de Pital rechazan vacunación
“No lo siento importante. Muchas personas se la han puesto pero tienen efectos secundarios. Es preocupante porque trae consecuencias, van a parar al Hospital de San Carlos”, Angélica Wilson, vecina de Pital.
“Nada garantiza que sea efectivo, ni el Gobierno. Hay gente que se ha vacunado e igual se contagia. Solo Dios tiene la última palabra”, Leticia Wilson, vecina de Pital.