Una Costa Rica más desigual es el legado de los primeros cinco meses del 2023, tras 16 meses de registrar bajas, revela el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica (IICE-UCR) en su análisis para el II trimestre 2023.
El abismo queda demostrado si se comparan las cifras de noviembre del 2022, cuando el 10% más rico percibía 18,3 veces más que el 10% más pobre, mientras que en mayo del 2023 reciben 20,7 veces más ingresos, según estimaciones del estadístico, Luis Ángel Oviedo del IICE.
En la cúspide de la montaña, el quintil del selecto grupo de ricos que reporta mayores ingresos tiene un ingreso promedio de ₡3.389.721 a mayo del 2023, alrededor de ₡340 mil más que en noviembre del 2022, mientras que la base amplísima del grupo, con menos ingresos, gana ₡163.699 y, para empeorar, alrededor de ₡3 mil menos que en noviembre 2022.
El 48,9% de la riqueza del país la acumula el 20% más rico, en contraste, el 20% más pobre sostiene el 4,1%, según estimaciones de Oviedo con datos del INEC.
La desigualdad se mide con el coeficiente de Gini, el cual va de 0 a 1 y cuanto más alto, mayor es la desigualdad. Este coeficiente es “bastante alto” en Costa Rica, indicó Oviedo, ronda el 0,5 y varía poco, por lo que sus oscilaciones —aunque pequeñas— son destacables, indica el reporte del IICE.
En mayo del 2020, la herencia de la pandemia dejaba una Costa Rica que registraba niveles históricos de desigualdad con un coeficiente de Gini de 0,521 y en el 2021 alcanza, pese al alza en el costo de los alimentos por la crisis de los contenedores, 0,518 en julio.
Fue a partir de mediados del 2021 que este indicador empieza a registrar una tendencia a la baja que se sostendría hasta noviembre del 2022, esto porque es a partir de diciembre cuando empezaron las alzas que se han sostenido en lo que lleva el año.
En mayo, la desigualdad es más alta que la del año anterior, a pesar de que en el II trimestre hay una mejoría en otros indicadores como la pobreza y pobreza extrema.
Oviedo indicó que esto se debe a que la baja en desigualdad resultó de una reducción en la riqueza del grupo más rico y no en una mejora significativa en el ingreso del resto de los hogares, consecuentemente, las alzas recientes responden a que los ingresos de este grupo más privilegiado superan con creces la leve mejoría entre los grupos más pobres.
“Se distribuyó inequitativamente. Tras varios meses aumentando, la pobreza alcanzó su pico en marzo de este año y mejoró entre abril y mayo por una mayor incorporación de personas de bajos ingresos al mercado laboral, pero esta mejoría no alcanza para mejorar la redistribución de la riqueza”, explicó Oviedo.
Pobreza
Hay más pobreza y pobreza extrema en el país si se compara con mayo del 2022, a pesar de que mensualmente se registran bajas en este indicador desde marzo, destaca el análisis del mercado laboral y desigualdad realizado por el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad de Costa Rica (IICE-UCR).
El reporte indica que la pobreza total pasó de 25,54% a un 22,86% entre marzo y mayo, mientras que la pobreza extrema pasó de 8,13% a 7,24%. También, se ha registrado una tímida mejora en la brecha entre la pobreza rural (27,92%) y urbana (20,94%) en los últimos meses, aunque sigue siendo significativa.
La inversión social, en combinación con la mejoría en otros indicadores económicos que dan liquidez a las transferencias económicas, permitieron reducir la pobreza en un 2,3% o, en otras palabras, ayudaron a 40 mil hogares a superar el umbral de pobreza.
Por otro lado, la pobreza extrema sería aún mayor que la registrada en el 2022 sin las transferencias que ayudaron a 65 mil hogares a satisfacer las necesidades mínimas de alimentación para pasar al grupo de pobres no extremos.
“La baja en la tasa de pobreza se va a dar siempre y cuando los precios sigan estables y bajos, o sea, mientras siga con esa tendencia que hemos venido viendo desde finales del año pasado hasta ahora, donde incluso estamos teniendo inflaciones mensuales negativas. Es un efecto combinado entre los precios y las transferencias”, indicó la investigadora del IICE, Daniela Córdoba.
Empleo
Otros indicadores, como la ocupación y participación (o inactividad) laboral, tienen un comportamiento similar al de la pobreza: mejoran en meses recientes, pero siguen siendo más altos en comparación a mayo del 2022.
“El mensaje principal del informe es que estamos peor que hace un año, pero trimestralmente estamos mejorando”, dijo Córdoba.
El reporte señala que son las personas jóvenes entre 25-34 años, así como las mujeres, los que más han salido del mercado laboral en los últimos meses. Córdoba apuntó que la razón principal señalada en la encuesta del INEC es por motivos personales.
“Por ejemplo, con los cambios tecnológicos recientes, una posible explicación (a la salida de 25 a 34 años) es que al terminar una carrera universitaria busquen empleo y no resulte suficiente, entonces vuelven, salen del mercado laboral para prepararse más”, comentó Córdoba.
En el caso de la brecha de ocupación por sexo, los hombres están un 25% más ocupados que las mujeres y se registra un leve aumento en esta significativa brecha para el segundo trimestre del 2023 en comparación con el año pasado. Mientras que los salarios reales mensuales y por hora tienden al alza desde finales del 2022, señala el IICE.
